'Mister Proper' Óscar Dertycia alucinaba con el léxico de Valdano y Cappa: "Fueron mis psicólogos"
El 'pelado' más icónico de España repasa su vida y analiza tanto al Tenerife como al Albacete, dos de sus queridos equipos que se enfrentarán este domingo (14.00 horas).
De presumir de un pelucón que más quisiera uno, a ser el 'Mister Proper' del fútbol español. Su cruel choque contra su compatriota Maradona, en Italia con la Fiorentina de un joven Roberto Baggio, destrozó los ligamentos de Óscar Alberto Dertycia Álvarez (1965, Córdoba, Argentina) y le desembocó en una feísima depresión. El Cádiz, a principios de los 90, con las manos de Manuel Irigoyen y la hechicería de Mágico González, recogió con el humor de las chirigotas su pelo, su fútbol y aplaudió sus seis goles para dar la salvación en Primera. Meses después, el súper Tenerife de Jorge Valdano y Ángel Cappa se enamoró, contó con él por tres temporadas y le disfrutó en UEFA. Como muestra de gratitud, él respondió convirtiéndose en el verdugo del Real Madrid, en la segunda de las dos históricas ligas arrebatadas a los blancos. Más tarde, pudo fichar por el Real Betis, pero finalmente decidió cumplir su promesa de jugar una temporada en el Albacete Balompié. Aunque después no gozó del protagonismo deseado bajo la dirección de Benito Floro, vivió junto al 'Queso Mecánico' la experiencia de alcanzar las semifinales de la Copa del Rey.
"En Argentina me llamaban Cocayo. Con apenas 17 años y en Instituto, debuté en Primera. Todo salió bien. En mi país me convertí en un gran goleador, y aunque no fui convocado al Mundial de 1986, me siento campeón del mundo", rememora en Relevo. "Poco después fiché por Argentinos Juniors, donde marqué 20 goles en 34 partidos. Luego di el salto a Europa, a Italia, que fue una prueba futbolística y mental difícil para mí. Ahora, en la actualidad, doy charlas a niños, a niñas y a adolescentes de mi vida profesional, y precisamente hablo de esa entrada del Pelusa que me dejó sin pelo en la cabeza y sin pelo en el resto del cuerpo", suelta tranquilo. De España regresó a Argentina, donde jugó en Talleres y nuevamente en Instituto. En 1998, buscó nuevos horizontes en el fútbol chileno, vistiendo la camiseta de Deportes Temuco, sin demasiado éxito. Posteriormente, volvió al fútbol argentino con General Paz Juniors y puso punto final a su carrera como jugador en el Coopsol Trujillo, en Perú.
El Albacete Balompié, en la parte intermedia-baja de la tabla con 17 puntos, y el Club Deportivo Tenerife, penúltimo de Segunda con 10 puntos, se enfrentarán este domingo en el Estadio Municipal Carlos Belmonte "y eso amigo es muy, muy especial para Óscar". Antes de la entrevista, no puede evitar sacarse un selfie y enviarlo a Relevo. "Mirá, son de mi querida colección. La mayoría de mis camisetas están en el museo del Estadio Mario Kempes". Se nota que las guarda con una pasión inmensa. "Por cierto, ya vi a mis amigos de Tenerife apoyando, este lunes, a su selección", se encariña.
Efectivamente con esas camisetas marcó al Real Madrid -en la mencionada y famosa segunda liga "ganada"-, al FC Barcelona, jugó contra la Juventus, llegó a dos Semifinales de Copa del Rey. "A mí me marcaron de por vida todos y cada uno de los partidos con ellos. Jugué con y contra gente que admiro", se enorgullece. Y se nota que le gusta hablar, como a casi cualquier argentino. La principal diferencia es que él "solo" ha estado en más de 500 programas y tertulias de su país natal. "Me han ofrecido puesto como periodista. Sobre todo he aprendido mucho del léxico de Valdano y de Cappa".
Un placer saludarte, Óscar. ¿Cómo te encuentras? ¿En qué proyectos o actividades estás enfocado actualmente?
El placer es mutuo. Estoy feliz, mucho, trabajando en la Agencia Córdoba Deportes, que se encarga de la gestión del Estadio Mario Alberto Kempes. Es fútbol formativo y es un proyecto que forma parte del Gobierno de Córdoba, de donde soy yo. Llegué a ser presidente de este lugar. Antes participé en la Fundación Córdoba Fútbol y fui entrenador del Instituto de Córdoba y del General Paz Juniors. Además, pude tocar la política local, siempre relacionada con el deporte.
¿Cuáles son exactamente tus funciones?
Doy charlas de mi vida, de lo que ha sido mi etapa como jugador profesional, lo que me costó la lesión, mis vivencias con la Selección argentina, jugadores con los que tuve el honor de jugar con ellos, como Fernando Redondo, Mágico González y Roberto Baggio, con él solo estuve dos meses. Al final, disfruto entrenando. Actualmente son 300 varones y 50 niñas, de edades desde los 5 hasta los 16 años. Los más pequeños entrenan de lunes a miércoles, los más grandes los martes y jueves. Los viernes hacemos encuentros, invitamos a dos escuelitas más, hacemos visita, foto en la cancha principal. Ya hay nueve canchas de fútbol, juegan todos contra todos, los viernes. Está Julio Ledesma, entrenador de porteros, y yo tengo un programa de entrenamiento específico de delanteros.
Qué interesante. La formación es vital.
Sí, exactamente. Estoy contento porque ofrezco la posibilidad de formar a los chicos. Una formación específica que al menos yo no tuve tan marcada en mi carrera. Porque a los arqueros sí les entrenan, ¿pero qué pasa con los delanteros? Pues eso, ahí estoy yo. Perfecciono los detalles de los delanteros, al menos una hora. Con Jorge Valdano sí es cierto que aprendí muchísimas cosas, él jugaba en posiciones adelantadas.
La influencia de Valdano y Cappa, en tu época en Tenerife, te ha llevado hasta lo que eres hoy.
Eran dos genios. Es cierto que, al principio, en el plano estrictamente deportivo, vivimos una situación delicada. Al Tenerife le quedaban ocho fechas y necesitábamos ganar para conseguir la permanencia. Pues ganamos seis partidos -incluido FC Barcelona y Valencia- , con un empate y una derrota. Ya al año siguiente conseguimos la clasificación UEFA, quedamos quintos. El léxico de ambos, el vocabulario, era brutal. Transmitían los valores y las palabras justas para salir al campo y darlo todo. Fueron mis psicólogos. Y en la semana, el trabajo específico con ellos me quedó muy marcado. De hecho, eso lo aplico hoy, para que los niños, niñas y adolescentes interpreten de verdad y con honestidad lo que significa el concepto futbolístico.
Sabemos que Dertycia, en España y en el fútbol, era incansable. ¿Pero cómo era Óscar en el plano más personal?
La verdad es que era de los que no daban ningún balón por perdido, eso me lo agradecían todos (se ríe). En el apartado más íntimo, pues un tipo normal. En Tenerife, uno más de la isla, de compartir el sol, de ir al "Aquapark Octopus" con mis hijos. Un padre de familia orgulloso y felizmente casado. Llevo 42 años con mi mujer, tengo a mis hijos bien criados, en Tenerife los llevaba a la escuela. Sin darme cuenta, encontré una isla en la que fui muy feliz e hice sonreír a mucha gente que venía y pagaba una entrada para verme a mí, al equipo. Fui uno más, me adapté muy bien. Ganar el cariño y el prestigio por haber hecho esos casi 30 goles fue muy lindo. Me respetaron y me respetan mucho. Me hubiese gustado seguir disfrutando de Tenerife, si te soy sincero.
Tu gol al Real Madrid, ¿no lo quieres comentar?
Lo hice en diez minutos (se ríe). Yo no me quedo con ese gol, me quedo con todo, con la historia que hizo aquel grupo de jugadores profesionales. La gente no se olvida de ese Tenerife. Como a ellos, a mí me marcó todo. Me acuerdo el partido contra la Juventus, en los octavos de Final. Nos eliminaron. Y ese año jugamos toda unas semifinales de Copa del Rey contra el Celta de Vigo. Luego jugué otra en Albacete. Eran equipos competitivos, donde se unieron grupos muy aptos, que lo dieron todo por esa hermosa isla y por La Mancha. Me acuerdo que en Tenerife pasamos de tener un estadio con tribunas de madera a un estadio remodelado, al año siguiente. Llenarlo era algo hermoso. Lo que generó ese Tenerife, lo demostraba en el campo de juego.
¿Cuál sería tu radiografía de la actualidad deportiva del Tenerife y del Albacete?
Los canarios no han encontrado el equilibrio futbolístico, por eso están penúltimos. Cuando te encuentras en esas posiciones de la tabla, se complica. Ahora tiene que salir "el otro yo" que posee cada jugador y demostrar la calidad profesional y futbolística. Hay que doblegar el esfuerzo, dar lo máximo. Hay partidos por delante, pero a nadie le gusta estar así. Igual que al Albacete, o al mismo Cádiz. En la televisión, ves al Racing de Santander y observas que ya le han sacado una amplia diferencia al segundo clasificado. Ven todo desde arriba. Son un grupo profesional, competitivo, que se está adaptando a los triunfos y dando lo que significa estar en el primer puesto de la tabla. Eso, Tenerife y Albacete deben aplicarlo para estar más cerca del objetivo
Anímate con la previa del partido.
Un encuentro demasiado especial. Te agradezco la llamada, de verdad. Son dos equipos que adoro, pero por desgracia están necesitados. Un empate sería ideal para los dos. Asimismo, el Tenerife tiene que responder a la adversidad y demostrar lo que vale el Tenerife, más de visitante, que eso te ayuda a fortalecerte a nivel personal y futbolístico. El Albacete tiene sus argumentos de querer ganar de local, con su afición. Todo depende del jugador y de cómo te pueda salir el partido, quién quiere arriesgar más, quien demuestra más condiciones, cualidades y argumentos futbolísticos para sacar ventaja en los mínimos detalles: en un córner, en un tiro libre, en un jugada en la que puedas romper líneas y doblegar al equipo rival.
Los responsables de esta crítica situación, sobre todo en la isla son...
Los jugadores, punto. Ellos son los artífices de conseguir resultados, los que corren, son ellos los protagonistas. Lo que tienes que ejecutar y solucionar son los once que salen, y los del banquillo, que tienen que estar preparados, alerta, motivados el doble porque no saben cuándo pueden ingresar y sí deben dar la talla. Pepe Mel, por ejemplo, tiene experiencia de sobra, ganas, entusiasmo, sabe lo que es el Tenerife. Y hacer debutar jugadores jóvenes de la cantera me parece bárbaro. La plantilla en sí y en cualquier caso es la que debe demostrar, partido a partido, esas ganas de ganar.
El papel de la cantera, para Mel y para tu vida, es fundamental.
Sin duda. Pero hasta que no llegas a Primera no llegas a sentir esa presión extra. A los canteranos, a los jóvenes, hay que estar alimentándolos para no equivocarse a la hora de hacerles debutar. Después la fama, el protagonismo…Todo depende del jugador. Pero hay que aconsejarlos siempre. Nuestra experiencia es la que les va a ayudar en el día de mañana, en el fútbol.
Cierto es que, después de Tenerife, tú no te doblegaste y cumpliste tu palabra de no fichar por otro equipo que no fuese tu Albacete.
Mi esposa estaba tratando con Lopera, presidente por aquel entonces del Real Betis. Yo ya le había dado la palabra, con el representante Pedro Bravo, a que iba a jugar en el Albacete. Pues eso hice, no fui al Betis. Ese año, el equipo andaluz se clasificó para la UEFA y el Albacete no hizo una gran temporada. Son decisiones que tomas. Y verdaderamente lo hice por el respeto por la gente, por lo que significaba el Albacete y mi palabra. Me acuerdo de Luis Suárez, quien fue entrenador durante un solo partido. Luego vino Benito Floro. No sé qué tenía él conmigo, pero parecía que no le apetecía el juego de Óscar Dertycia. Marqué seis goles y estuve muy pocos partidos. En Albacete no disfruté tanto, pero sigo agradecido. Sí recuerdo de hacer gol al FC Barcelona, a los 50 segundos. Ese encuentro nos lo empató en el 90' el señor Óscar. Fue un partido hermoso. Recuerdo las semifinales de Copa del Rey ante el Valencia, también.
Ahí, en Albacete, coincides con Santi Denia.
Tengo su camiseta, la "5" con España. Está en mi colección. Fíjate que él tiene condiciones para ser seleccionador de la absoluta. Lo demostró como jugador, fue capitán. Esa experiencia no te la quita nadie. Al final, todo depende de cómo te expresas delante de una plantilla. Por cierto, me emocionó ver a España en Tenerife, el otro día. Siempre es lindo ver al Heliodoro lleno.
Óscar, ¿y tú disfrutaste de la Selección argentina? No fuiste convocado al Mundial 86, pero sí jugaste los partidos clasificatorios...
Yo me siento campeón del mundo. En aquel entonces, sólo viajaban 22 jugadores y yo era el número 23 en la lista. Al final, Bilardo optó por llevar a tres delanteros: Valdano, Pasculli y Almirón, por lo que quedé fuera de la convocatoria. Aun así, estuve presente en la despedida del equipo, en la final y en su regreso triunfal.
Precisamente Argentina está de suerte porque, aparte de ser los actuales campeones del mundo, está emergiendo un talentoso Nico Paz, un pibe nacido en Tenerife.
Es un jugador distinto y además tiene la suerte de contar con Pablo Paz, su padre y exjugador del Tenerife. Espero y deseo que siga enfocado. Es joven, tiene mucho por recorrer, por seguir aprendiendo, por dar. No solo para Argentina, también para su club italiano, el Como de Fábregas. La albiceleste tiene la suerte de estar nutrida de jugadores que juegan en Europa y cuidan cada detalle para poder ganar los partidos.
Me hablabas antes de varios delanteros. ¿Cuáles destacarías del Tenerife, Albacete y Cádiz?
No me gusta quedarme con nadie. Me gusta ver cómo ejecutan las decisiones. Aprendo de todos. Siempre trato de observarlos, de darles herramientas en los entrenamientos para que tengan un detalle de cómo definir para el siguiente partido. Me fijo para sacar conclusiones y ayudarlos a mejorar, es eso. Me gusta estar cerca de los delanteros, para que se sientan más importantes y para que vean que hay varias decisiones en el partido, de anotar gol.
Argentina es tu casa, Óscar. Y España es tu segundo hogar. ¿Para cuándo un regreso a tus orígenes?
Me encantaría volver a donde me sentí feliz y me abrieron las puertas. El fútbol español -Cádiz, Tenerife y Albacete- me abrió las puertas tras la cruel lesión en Italia. El de coaching, el de aconsejar, de preparar a chicos adolescentes es una faceta que amo. Nunca tuve una charla con Kempes, mi ídolo. Y me hubiese encantado. Y ahora que me he preparado como técnico, puedo expresarme y sacar lo mejor de cada jugador. Sé que estoy preparado para esto. Los pibes son el futuro del fútbol. A veces les digo, una hora más de fútbol, una menos de celular y videojuegos. Así interpretan que hay que mejorar día a día, semana a semana.
Cerramos con un mensaje a tus tres amados equipos de España.
Desearles lo mejor. Siempre van a tener un amigo en el fútbol, desde la Argentina. Asimismo, tengo que decir que los dirigentes cambiarán, pero la afición siempre estará, de lunes a domingo. Es un sentido de pertenencia y un amor tremendo. Insisto que luego los jugadores tienen que hacerse valer y defender su escudo. Ellos deben mostrar esa seguridad y personalidad, el por qué están ahí. Los partidos son el examen perfecto. Y se aprueban contrabajo, sacrificio y humildad.