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La falta de identidad, las salidas de tono y un inicio pobre fulminan a Abelardo del banquillo del Cartagena

El técnico asturiano deja el banquillo cartagenero tras perder cinco partidos de seis y sin encontrar la solidez defensiva ni la identidad de juego que pedía el club.

Abelardo en su último partido como entrenador del Cartagena/LALIGA
Abelardo en su último partido como entrenador del Cartagena LALIGA
Pablo Ruiz

Pablo Ruiz

Abelardo es el tercer entrenador que la apisonadora de LALIGA Hypermotion se lleva por delante en las seis primeras jornadas. El técnico asturiano ha durado tres meses y medio al frente del FC Cartagena, en un proceso que albergó muchas aristas, alguna salida de tono y declaraciones que afearon su imagen y la del propio club en tiempo récord. Se marcha, pero deja su huella con una puntuación que calca los números de hace un año y refresca la memoria de un entorno que no quiere volver a repetir la primera vuelta de la temporada pasada.

Pudo aprovechar la mochila de ilusión que dejó Julián Calero, después de hacer historia con una remontada nunca antes vista en la categoría, pero tomó el camino de lamentar que merecía más puntos, añadiendo que el panorama no estaba para más que la permanencia. El proyecto del Cartagena en el fútbol profesional es, a día de hoy, uno de los más austeros y Abelardo lo supo en el momento de firmar, pero a la plantilla que la Comisión Deportiva puso en sus manos no le ha hecho justicia la puesta en escena de las primeras jornadas.

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Los problemas defensivos y el Tartiere marcaron el futuro

No han ayudado las lesiones en la parcela defensiva, donde Gonzalo Verdú continúa con su proceso de recuperación y Kiko Olivas en su batalla personal por no visitar la enfermería cada tres semanas. Incluso Pedro Alcalá, que no era habitual en el dique seco, ha tenido que parar. Abelardo tuvo que tirar de Jorge Moreno, que debuta en la categoría, y de Nikola Sipcic como únicos argumentos para el centro de la zaga. En el Cartagonova también se echa de menos (y no poco) a Fontán e Iván Calero en los laterales, pero ambos son parte del pasado.

El FC Cartagena ha encajado diez goles en lo que va de campaña. Solo superado por el Almería (11). Son números que se antojan hasta cortos si se tiene en cuenta que Pablo Cuñat es el portero de la Liga que más paradas hace (24; 4,8 por partido) incluso habiéndose perdido un encuentro por estar con la Selección. El guardameta internacional sub-21 ha sostenido al cuadro albinegro en gran parte de este inicio pobre, en el que el equipo (o Abelardo) se ha olvidado de las herramientas que dejó encima de la mesa Julián Calero sobre cómo defender el área, con un orden que rozaba lo castrense y que fue la base de una salvación milagrosa.

La fragilidad defensiva no es el único punto en el que ha pinchado Abelardo. El Tartiere, en la quinta jornada, fue el principio del fin. Planteó un Cartagena que según sus palabras "jugó el partido que tenía que jugar", replegado atrás. Apostó por el 0-0 y pasó que lo suele pasar cuando se firma el empate. El Oviedo, que tampoco estaba para tirar cohetes, se creció y acabó llevándose la victoria que precipitó el descalabro de Abelardo.

"Nosotros no podemos atacar como el Oviedo, porque tenemos otras características. Muchas virtudes, pero el Oviedo para eso tiene un presupuesto cien mil veces mayor que el Cartagena", insistió Abelardo Fernández, en la rueda de prensa más viral de lo que llevamos de competición. La victoria del Castellón en Almería (2-5) un día después no le hizo ningún favor a su explicación. Las comparaciones son odiosas. El Cartagena, dos años atrás, se plantó en el Tartiere con Luis Carrión en el banquillo y goleó (1-3) al cuadro carbayón, siendo muy superior y con un presupuesto también inferior.

La rueda de prensa terminó con varias salidas de tono contra el único periodista de Cartagena que viaja cubriendo los partidos a domicilio del cuadro albinegro. La actitud de Abelardo con Juan Pedro Hurtado (Onda Regional) dio la vuelta en redes sociales y medios de tirada nacional y dejó muy tocada la imagen del entrenador asturiano, que parecía haber perdido algo más que tres puntos esa tarde en el Carlos Tartiere.

Abelardo agotó su crédito

El club aguantó a Abelardo en el banquillo un partido más, pero la confianza estaba herida de muerte, aunque el míster pidió disculpas públicas por su salida de tono en la rueda de prensa de Oviedo. El presidente, Paco Belmonte, comentó que "los equipos consiguen los objetivos teniendo una identidad muy concreta y nosotros tenemos que tenerla durante 42 jornadas, la que sea". "Nosotros no somos quién para meternos ahí, la tiene que definir el entrenador y en eso anda. Eso es lo que yo, a día de hoy, echo en falta", insistía Belmonte aprovechando la presentación Avatel, el nuevo patrocinador principal del FC Cartagena.

El Cartagena y Abelardo se dieron la última oportunidad de reconciliación en la visita del Cádiz al Cartagonova, pero las cosas no mejoraron. La identidad que se esperaba seguía sin aparecer y las carencias se multiplicaron ante un rival que tiró de Chris Ramos para sentenciar al técnico asturiano. El golazo de Luis Muñoz que sirvió al Efesé para empatar fue un espejismo, pero dejaba encima de la mesa que había más talento que puntos y propuesta.

Abelardo tomaba la palabra para volver a decir que el equipo mereció más. En cuanto a su posible destitución, comentaba: "Yo por supuesto que estoy con fuerzas para seguir y para sacar esto adelante, pero evidentemente no depende de mí". El Cartagonova se levantó en contra del míster, pidiendo su marcha justo después del segundo tanto del Cádiz. La destitución era cuestión de tiempo.

La sombra de arranque de la temporada pasada con Víctor Sánchez del Amo al frente ha vuelto a aparecer en Cartagena. En aquel caso, el cese se dio con 3 puntos de 21 y cuatro derrotas como local. Abelardo y el club han puesto el punto y final con 3 de 18, anticipándose a tiempo para no tener que recurrir a una nueva remontada histórica, ni hacer números de ascenso directo en la segunda vuelta para salvar la categoría. Ahora le toca a Jandro Castro, nuevo entrenador albinegro, ponerse el traje de Julián Calero para volver a ilusionar y rescatar al Efesé de la quema.