La vergüenza de Barbastro echa más gasolina a la realidad deportiva y económica del Espanyol: "Es un fracaso"
Manolo González cree que "regalamos un penalti" y después no hubo acierto: "No hay que esperar el balón, hay que atacarlo"
Es imposible que haya paz en el Espanyol. Ni una semana. Si el sábado el equipo blanquiazul ganaba con cierta solvencia al Celta en LaLiga al grito de "Manolo, Manolo", este martes quedaba eliminado de la Copa del Rey ante el Barbastro por 2-0, un conjunto que ocupa las posiciones de descenso de la Segunda RFEF. Los blanquiazules fueron de más a menos y perpetraron una segunda parte decepcionante mientras se iba sacando el confeti en la ciudad aragonesa, un club que apenas tiene un presupuesto de 500.000 euros y cuyo portero, Arnau Fàbrega, infranqueable y un gigante, fue descartado en el fútbol base del Espanyol y tuvo que buscarse la vida en Las Palmas, Granada y Olot.
Y así, con esa vergüenza, salió Manolo González con una cara que era el espejo del alma en sala de prensa, intentando achicar agua y dejando claro que "no fue un problema de actitud". El técnico, que estuvo en el alambre después del 4-1 ante el Girona hace diez días y cogió una bombona de oxígeno ante el Celta, vuelve de nuevo a estar en una situación crítica, con el desastre de Barbastro que provocará que se la juegue ante el Getafe el lunes. El técnico no quiere pensar en ello, ni valorarlo, y poco a poco fue dando las claves de la derrota. "Hay que recuperar la mentalidad del día del Celta", intentó ser optimista el técnico en medio del incendio.
"La primera parte no lo hicimos mal, pero a partir del penalti hubo errores, imprecisiones, y acabas perdiendo", dijo. "Cuando haces 50.000 centros debes ocupar el área bien y atacar el balón en carrera, no estar allí. Tuvimos muchas situaciones de ataque para hacer mucho más daño. Toca hacer autocrítica". Y añadió: "No nos pueden meter esos dos goles, son evitables. Regalamos un penalti, no era una situación de peligro".
"No nos pueden meter esos dos goles, son evitables. Y regalamos un penalti, no era situación de peligro"
Entrenador del EspanyolSi Manolo González se enrocó, fue igual de taciturno Sergi Gómez, el capitán, que reiteró que no era un problema de "actitud", que destacó que el equipo falló 19 ocasiones de gol, pero no se excusó a la hora de calificarlo de "fracaso, y de que hay que asumirlo". Sus explicaciones no fueron a más, con respuestas lacónicas, asumiendo la derrota y la decepción, pero intentando pasar página cuanto antes. Tierra trágame.
BUAH, BRUTAL.
— U.D. Barbastro (@UD_Barbastro) December 3, 2024
GRACIAS POR ESTA NOCHE ❤️🤍 pic.twitter.com/gkSoTRqZqK
La Junta de Accionistas se celebra con otro ambiente destructivo
El problema del Espanyol es que todas las páginas se acaban quemando. Y no solo a nivel deportivo. Los blanquiazules, en diciembre, están fuera de la Copa, en zona de descenso en LaLiga, con el entrenador en el alambre, con los fichajes sin dar el rendimiento esperado y con la imposibilidad de poder tener recursos para reforzarse en el mercado invernal por estar ahogado por el límite salarial y porque la propiedad no quiere rascarse el bolsillo. Y este miércoles, en una reunión de nuevo telemática y con el propietario a 10.000 kilómetros, se celebrará su Junta General de Accionistas en las que se presentarán pérdidas. Y no habrá proyecto más allá que rezar los domingos.
La derrota de Barbastro echa más leña al fuego del Espanyol, que atraviesa una situación de decadencia que cada vez aumenta. El club presentará sus deficientes números pese a las ventas y ofrecerá la previsión de la temporada, todo ello en el peor ambiente posible, con la protesta de 250 aficionados en el consulado chino de Barcelona la semana pasada o los cánticos de "chino vete ya" -que podrían ser sancionados por Antiviolencia- resonando en el RCDE Stadium. La espiral de la destrucción no se detiene. Y en Barbastro fue aún peor en una de las páginas deportivas más grises de siempre.