Los inútiles derechos del Barça que ideó Rosell con Saúl Ñíguez y renovó Bartomeu pagando 15 millones al Atlético
Desde 2013, el club azulgrana tuvo preferencia por hasta cuatro jugadores prometedores del Atleti, pero nunca lo aprovecharon.
El Barcelona y el Atlético de Madrid tienen una curiosa relación desde hace años, en la que el paso de Griezmann de un club a otro es la máxima expresión de ella. Pero antes de todo eso, de la marcha incluso de Luis Suárez, del fichaje fallido de Arda Turan y de otra serie de operaciones rocambolescas, el punto de partida de la relación fue con el mandato de Sandro Rosell, en sus últimos coletazos, y con la operación que puso punto final a la etapa de David Villa en el FC Barcelona.
Sucedió en 2013, en julio, cuando se firmó la marcha del delantero asturiano por 5,1 millones como máximo y un 50% de una futura venta. Un valor por debajo del estipulado, pero el Barça ideó una manera de poder sacar más provecho por un futbolista que había dado un gran rendimiento de azulgrana (119 partidos) y que después lo haría también en un Atlético de Madrid con el que, incluso, ganaría una Liga. Dos de los mejores talentos del fútbol base rojiblanco en aquel momento, Saúl Ñíguez y Manquillo, entrarían en la operación. Y también se incluía a Koke. El Barcelona obtuvo un derecho preferencial sobre ellos a la hora de adquirirlos.
Fue el inicio de una relación entre ambas entidades que no se detuvo ahí porque se siguieron sucediendo las operaciones y se repitió la fórmula después, bajo el mandato en ese caso de Josep Maria Bartomeu. El primer fichaje fue Arda Turan, por 41 millones -otras fuentes hablaban de 34- y posteriormente, tras dar calabazas en 2018, llegó Antoine Griezmann un año después por 120 kilos. El turco fue una decepción y una mochila económica. El francés no acabó de cuajar y regresó a Madrid en un Barça ya de vacas flacas por... 20 millones. Y al Atlético se marcharon también Luis Suárez y Memphis Depay, este último por solo cuatro millones y el primero, libre pero con una serie de variables.
En el camino de esas operaciones, el Barça repitió fórmula y consiguió un derecho preferencial por el central uruguayo Giménez y por el delantero Sergio Camello. Y, además, por dos talentos a escoger del fútbol base colchonero. Todo ello, enmarcado en la operación Griezmann, que fue un enredo y en la que el Barça pagó 15 millones de euros tras una denuncia rojiblanca.
El 'porqué' de los 15 millones de la compra de Griezmann
El Barça acordó con el Atlético de Madrid el fichaje del delantero francés por 120 millones de euros, que correspondían a la cláusula de rescisión. Sin embargo, el Atlético denunció al Barça por haber negociado con el internacional antes de que su cláusula se redujera de 200 millones a 120, el 1 de julio de 2019. Entendían que los azulgrana habrían intentado adelantar las negociaciones para conseguir un precio más bajo, argumentando que existían pruebas de un acuerdo previo a la rebaja de la cláusula. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) investigó el caso y, aunque reconoció algunas irregularidades, no encontró evidencia suficiente para sancionar al FC Barcelona, imponiéndose una multa simbólica de 300 euros.
En ese contexto, ambos llegaron a un acuerdo en el que Barça y Atlético cerraban el litigio con un pago de 15 millones de euros a cambio de un "derecho de tanteo" sobre varios futbolistas del Atlético. Este acuerdo le otorgaba al FC Barcelona la posibilidad de igualar cualquier oferta que el club colchonero recibiera por jugadores de su plantilla. El derecho de tanteo permite a un equipo estar al tanto de los movimientos del mercado de otro y tener la primera opción para fichar a un jugador si se le presenta una oferta de otro club.
Este tipo de acuerdos se utilizan para asegurarse de que los grandes clubes puedan estar en una posición privilegiada para fichar a jugadores que consideran de interés estratégico para su futuro. Lo cierto es que todo aquello fue inútil porque el Barcelona nunca ejecutó su opción, aunque en 2016 sí que hubo un interés por Saúl Ñíguez.
Una estratégica de mercado 'habitual'
El FC Barcelona utiliza este mecanismo de forma frecuente, que le permite la posibilidad de igualar cualquier oferta que reciba el jugador en el futuro, aunque, a diferencia de una opción de recompra, no obliga a que el club catalán ejerza esa opción. Es el caso de Mingueza, actual jugador del Celta de Vigo. "El Barcelona tiene un derecho de tanteo y derecho a un 5% de una venta posterior, pero no tiene un derecho de recompra", afirmó en su día el director deportivo del Celta de Vigo, Marco Garcés. Es decir, que si el Celta recibe una oferta por el ex canterano, deberá informarla al Barça, que podrá igualarla y recuperar al jugador.
Ferran Jutglà es otro de ellos. El FC Barcelona lo traspasó al Brujas por cinco millones de euros con un derecho de tanteo, y además en el acuerdo con el club belga se fijó que el 10% de la plusvalía en una futura venta fuese para el club azulgrana. El Barça sigue pendiente de las ofertas que le puedan llegar al exazulgrana.