ATLÉTICO

Los 33 segundos que demuestran la cara más humana de Simeone que conoce el vestuario y no el público

El técnico del Atlético se marchó de la entrevista en DAZN con la voz rota, una actitud habitual dentro de casa, pero que no muestra fuera.

Simeone, en el partido ante el Alavés./AFP
Simeone, en el partido ante el Alavés. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

¿Quién es Diego Pablo Simeone? Es difícil dar una respuesta inmediata. Desde luego, es un emblema del Atlético de Madrid, una de las personalidades más importantes de su historia. ¿Pero quién es él? Aquellos que le recuerdan de su época como futbolista pueden asegurar que es un tipo emocional. Los que solo le han vivido a los mandos del banquillo le pueden describir como un tío con coraje, sentimiento, corazón y algo moderado cada vez que coge un micrófono. Su discurso, siempre firme, pone al club por delante de todo y todos, no se sale de la línea. ¿Cuántas veces ha sonado el "partido a partido"?, ¿cuántas veces ha escurrido el bulto ante una polémica y ha respondido algo así como "mañana tenemos un partido importante"? Sin embargo, tras el triunfo ante el Alavés, hubo una pregunta que le descolocó por completo. Entonces, le desbordó la emoción, mostró a todos sus fieles una cara que muchas veces trata de mantener oculta, pero que es tan él como en esos arrebatos de locura como el que vivió celebrando el gol de Sorloth.

DAZN le preguntó sobre la rumorología en torno a su posible marcha. Concretamente, Relevo ha informado esta semana que el club ya valora opciones y piensa en un futuro sin su entrenador, creyendo que su final está más cerca, que puede sentirse exhausto. Una cuestión que ya había llegado en la previa del partido ante el Alavés y ante la que había echado balones fuera. Como viene siendo habitual, Simeone prefirió no afrontar un asunto así de espinoso y centrarse en lo más importante: el encuentro, tres puntos más. Por lo que ante la misma pregunta en el postpartido, su respuesta podría haber sido la misma. Sin embargo, se dejó llevar por la emoción del momento. Así cerró su discurso: "Quiero mucho al lugar donde estoy. Y nada, chao, me voy". Pero no fueron sus palabras las que hablaron. Se quedó callado, levantó la cabeza, suspiró y entonces pronunció esa frase antes de marcharse, sin dar siquiera posibilidad a Miguel Quintana y su equipo de despedirlo como suelen hacer.

Nada como ver el vídeo para entender qué es lo que pasó a pie de césped en el Civitas Metropolitano:

Una vez visto el vídeo, ¿responderías igual a la pregunta de quién es Diego Pablo Simeone? Sin embargo, este comportamiento algo frío y distante que muestra ante los medios de comunicación no habla por él. Es una coraza, la de siempre poner al club por delante. Pero en el vestuario del Atlético de Madrid su actitud es bien diferente. Es más, en ocasiones el técnico hasta se ha pasado, siempre en sentido positivo, dialogando con los jugadores, explicando su sentimiento colchonero. A Simeone se le han saltado las lágrimas en más de una ocasión en los adentros del Metropolitano o en el Cerro del Espino. Una personalidad que tan pocas veces ha mostrado con un medio de comunicación implicado, pero que no ha tenido reparo a la hora de enseñar a sus jugadores. Transmitirles su particular verdad.

Son varias las ocasiones en las que Simeone se ha roto acompañado de su vestuario. Suele apelar a lo emocional en las charlas. No duda en reconocer el trabajo de todos e implicarse con el futbolista o el ayudante que por lo que sea no lo está pasando bien. Si algún miembro del equipo ha perdido a un familiar, incide en apelar al resto a que se lo deje todo en el campo para brindarle ese apoyo y cariño que tanto puede necesitar. Y él mismo se emociona en consecuencia. Nadie dentro de la familia colchonera se sorprende viéndole romperse así. Lo que pasa es que habitualmente siempre se queda en casa.

Puro Simeone. Esta temporada, por poner varios ejemplos a su habitual conducta, ya se ha mostrado pletórico, eufórico en casos como el gol de Sorloth ante el Deportivo Alavés de la tarde de este sábado, a la hora de afrontar la polémica del lanzamiento de mecheros a Thibaut Courtois o con la emoción tras cumplir 700 partidos. Pero una cosa es la euforia y otra la lágrima, ese lado más íntimo que casi en exclusividad desde que llegó al banquillo del entonces Vicente Calderón se ha podido ver en DAZN. 33 segundos que muestran la cara oculta de un corazón rojiblanco.