VALENCIA CF

El silencio y las dudas envuelven el futuro de Rubén Baraja

El técnico no tiene constancia de que se le vaya a destituir. La zona noble de la entidad pide tranquilidad, pero no le refuerzan.

Baraja en un entrenamiento. /Valencia C.F
Baraja en un entrenamiento. Valencia C.F
Nacho Sanchis

Nacho Sanchis

El futuro de Rubén Baraja no está nada claro ni para bien ni para mal. El entrenador no ha recibido en estas últimas horas, tras la derrota ante el Rayo Vallecano, ningún input de que vaya a ser destituido, por lo que todo hace pensar que estará ante el Real Valladolid. Sin embargo, lo que antes era un respaldo total por parte de la entidad, es hoy un silencio que solo alimenta las dudas sobre el futuro del vallisoletano.

La zona noble de la entidad ya no mantiene la confianza en Rubén Baraja, al menos de la misma forma que la tenía hace un par de semanas cuando, tras la derrota ante Las Palmas, defendieron pública y privadamente a su entrenador. De hecho, posteriormente Miguel Corona y Javier Solís viajaron a Singapur, donde Baraja fue ratificado por Peter Lim.

Pero ahora mismo solo dos cosas se 'respiran' en las oficinas de la entidad: silencio y un mensaje 'tranquilidad'. Lo que traducido al idioma deportivo es que el crédito de Baraja está bajo mínimos y que su futuro pasa por Valladolid, salvo que antes llegue una llamada de Singapur pidiendo su cabeza. Algo que, todo sea dicho, no ha ocurrido desde que Corona es director deportivo, por lo que el futuro del Pipo está en el juicio del director deportivo.

Baraja sobre su voluntad de no dimitir. Relevo.

En el Valencia mantenían la confianza en Baraja por dos razones oficiales y otras dos más oficiosas. Las oficiales, que encontrar un recambio de garantías al Pipo era complicadísimo teniendo en cuenta que el mal endémico que vive la entidad no es de entrenador como tal. La otra razón, que en la zona noble de Mestalla no veían a un equipo desconectado de su entrenador.

Pero ante el Rayo Vallecano el Valencia estuvo superado y con poca capacidad de reacción. Es cierto que no hay un choque vestuario - entrenador de la forma que vivieron otros predecesores del vallisoletano, pero también lo es que el no ganar ha llevado a que muchas voces de dentro se planteen si el entrenador puede dar la vuelta a la situación.

Las dos razones oficiosas son que en Rubén Baraja había un escudo perfecto. No de las críticas a la directiva, las cuales nunca han cesado, sino de las críticas al equipo como tal. Mestalla y Baraja han sido este año y medio un bálsamo dentro del terremoto que es el club, pero en las últimas semanas ese efecto ya se ha acabado y ha habido críticas a los jugadores y cánticos tímidos de 'Pipo vete ya'.

Mientras que por otro lado, el finiquito de 5 millones que cobraría Baraja en caso de marcharse también es una losa importante si se tiene en cuenta la situación económica de la entidad, aunque fuentes cercanas al técnico siempre han deslizado a este medio que Baraja nunca sería un problema para el club de su vida.