El Real Madrid pasa de perfil con el caso Dani Olmo y deja claro que ve al Barça como un socio: "¿Para qué enfadarse?"
El club blanco, al contrario que Atlético, Athletic o Sevilla, guarda silencio ante LaLiga con el caso de las inscripciones del egarense y Pau Víctor. A Florentino y Laporta les unen hasta una decena de lazos.
"Al Barcelona hay que dejarlo tranquilo: es nuestro socio, no un rival". Florentino Pérez, en un cóctel de ambiente distendido, confirmó una noche ante múltiples testigos la teoría que tantos otros habían empezado a alimentar desde que los dos gigantes de España se aliasen en pro de la Superliga: en el Bernabéu se prima lo estratégico y hace ya tiempo que se dejó la enemistad deportiva con los culés en un segundo plano. El 'caso Olmo' es el último ejemplo. Si Atlético, Athletic o Sevilla apretaron a LaLiga para vigilar al dedillo la viabilidad de las palancas de Laporta, el Real Madrid permanece en silencio y no mete el dedo en la llaga ni con manifestaciones públicas ni con filtraciones interesadas en privado.
El club blanco llegó en octubre y contra pronóstico a la Comisión Delegada de LaLiga, la mesa más poderosa del fútbol profesional. El Atleti ocupa un lugar destacado (Miguel Ángel Gil Marín ejerce como vicepresidente) y el Sevilla, beligerante con los últimos escándalos culés, también pertenece al órgano ejecutivo. Ambos han instado a respetar a rajatabla las normas del control económico, como el Athletic, este sin representación. La insistencia de los tres ha despertado un cierto resquemor en el barcelonismo y ha encontrado hasta la crítica ácida de ilustres como Joan Gaspart, que se pronunció en El Español: "Será difícil que me olvide de decir a los presidentes de Athletic, Sevilla, Atlético de Madrid y LaLiga que muchas gracias. Lo arreglaremos, pero no lo olvidaremos".
El Madrid, mientras, y en oposición a las demandas de una parte importante de su masa social, ha optado por no mover ficha. Florentino Pérez y sus hombres de confianza consideran que esta es una cuestión que compete única y exclusivamente a LaLiga y la RFEF, que ya han dado el caso por cerrado a falta del CSD y la justicia, y respetarán el dictamen final; nadie busca hundir al Barça, como quedó patente con el asunto de los pagos al exvicepresidente del CTA Enríquez Negreira, y en las oficinas de Valdebebas existe la directriz de no pronunciarse en esa dirección. Ancelotti, en rueda de prensa, también sobrevoló el tema sin ninguna declaración polémica.
La Superliga es la clave
La base para entender la relación de hermandad entre Madrid y Barça se entiende principalmente a través de la Superliga. Florentino encabezó la iniciativa y encontró pronto la colaboración de Laporta, convencido de que el futuro, y la potenciación de ingresos, pasa por que la recientemente denominada Liga Unify vea la luz. Y a ninguno le sobran compinches. Si los clubes ingleses o el Bayern se bajaron del barco, el Atlético se opone y Al-Khelaïfi echa fuego por la boca cada vez que habla, blancos y azulgranas se ven en la obligación de hacer fuerza conjunta para fundar la competición. Es común ver a ambos presidentes acompañados de Bernd Reichart, el CEO de A22, la empresa promotora de la Superliga.
Por eso, sobre todo, el Madrid no hace sangre con el caso Negreira, a pesar de lo flagrante que resulta que su máximo rival deportivo tuviese presuntamente a sueldo durante 17 años al número dos de los colegiados. Con el destape del asunto, y condicionados por la presión de sus aficionados, en el Bernabéu sí decidieron personarse como acusación particular y hasta pidieron al juez de Instrucción que considerase como prueba en la investigación unas palabras de Toni Freixa en la Cadena COPE (profundizó y se enredó). Interesa que se llegue hasta el final y se haga justicia, pero sin lastimar en exceso.
En la última Asamblea, de hecho, el socio José Luis Mondéjar aprovechó su turno para pedir a Florentino que rompiese relaciones con el Barcelona a raíz del tema Negreira. El presidente no dudó en responder que Barça y Madrid "se tienen que ayudar": "Lo digo con total sinceridad: tenemos que pensar que es un club que está entre los más grandes del mundo. ¿Por qué nos íbamos a enfadar?".
"¿Romper relaciones? Real Madrid y Barcelona se tienen que ayudar"
Más allá de la Superliga, los dos gigantes comparten visión, posición y estrategia en otros numerosísimos asuntos de calado y en los que se apoyan el uno al otro. Por ejemplo, fueron de la mano hasta el final en la condena enérgica del proyecto CVC que firmó la gran mayoría de clubes del fútbol profesional español y a la que se opusieron junto al Athletic. En cuanto a la Ley del Deporte, la Ley de Presupuestos, los acuerdos con Sixth Street y Legends, la disputa con LaLiga para el registro de la marca 'El Clásico', la Liga F o la gestión de la Euroliga también comparten parecer.
Cuando uno de los dos clubes no puede asistir a reuniones institucionales en los diferentes estamentos han llegado a ceder su voto al otro, dadas sus posturas tan próximas. El Madrid necesita que la marca Barça no se devalúe para levantar la Superliga y Laporta sabe que, por muchas cosas, la entidad de Florentino se ha convertido en su mejor amigo. El lío con Dani Olmo, y el silencio desde Chamartín, vuelven a ponerlo de manifiesto.