Mbappé cumple su palabra para apagar las dudas del vestuario y justificar la calma del Real Madrid
El francés prometió un cambio de mentalidad que ya es una realidad. Ya es el líder que quería presidente.

Kylian Mbappé (26 años) ha cambiado su realidad radicalmente en las últimas semanas. El futbolista se dio cuenta de que necesitaba un cambio de mentalidad, el mismo que le pidió el club, si quería triunfar en el Real Madrid. Este fue el primer paso para que ahora se erija como el gran jefe del equipo sobre el terreno de juego y, por momentos, también en un vestuario que cambia su idea del francés después de que generase algunas dudas en sus primeras semanas.
No eran futbolísticas. La calidad del de Bondy quedó en evidencia desde sus primeros entrenamientos. Sin embargo, dentro no veían esa llama competitiva que exige la camiseta blanca. Incluso se le veía apagado, desconectado del resto. Todo ha cambiado para que en los últimos tiempos esa llama esté más viva que nunca: suma seis goles y dos asistencias en los últimos nueve partidos.
Pero más allá de los números, que nunca han sido malos, lo que ha cambiado es lo que transmite. Mbappé no sólo juega mejor, sino que se atreve más y se le ve reivindicativo, como si tratase de mostrar una realidad que el vestuario ya nota: asume el rol de jefe en el equipo. Un ejemplo es su gesto al Bernabéu en el partido contra el Celta, donde tras marcar se agarró la camiseta mientras gritaba "con el escudo no se juega". Una lección al Bernabéu, al más puro estilo Cristiano Ronaldo.
No sólo eso, sino que de puertas para dentro también ha asumido la voz cantante, justo lo que quería el club. Por ejemplo, para defender a compañeros ante las críticas o para dar un par de voces recriminando acciones, algo impensable en sus primeras semanas. También para unir, como ha demostrado con Vinicius. Entre rumores de que no se llevan bien, ellos no paran de hacerse guiños públicos.
Superó un "momento difícil"
Lo que también ha demostrado es tener palabra. Después del partido contra el Athletic, en el que falló un penalti, le dijo a compañeros del vestuario o incluso al presidente que daría un paso adelante. Que era responsable de su mal momento, prometiendo un cambio. Lo verbalizó para la afición en Instagram subiendo una foto. "Es un momento difícil pero es el mejor momento de cambiar la situación y demostrar quién soy", firmó. Dicho y hecho.

Florentino Pérez, que desde el primer momento quería que su nueva estrella asumiese galones, aunque esto supusiese quitárselos a otros cracks como Vinicius, celebra cada gol de Mbappé con especial emoción. El presidente no quería que su gran anhelo llegase al Bernabéu para ser uno más. Siempre confió en que el ex del PSG, incluso cuando más dudas generaba, y por ello le transmitió calma cuando tocó fondo en Bilbao. Ahora recoge los frutos de esa paciencia.
El presidente fue el primero que vio que Ancelotti debía darle presencia a su jugador. Así se lo trasladó el mandamás al italiano, sobre el que puso la responsabilidad de sacarle todo el jugo posible, aunque para ello tuviese que cambiar su posición sobre el campo. Tanto el entrenador como su equipo trabajaron durante horas pensando cómo conseguirlo.
"No sé si es más líder o no, pero cada día busca más protagonismo. No ha cambiado su actitud fuera del campo, en los entrenamientos. Ha subido mucho su protagonismo en el campo, mostrando un nivel muy alto. Su periodo de adaptación ha terminado y cada partido me parece que sube su nivel", comentó Ancelotti en la rueda de prensa previa al partido contra Las Palmas.
Son ya 15 goles y tres asistencias. Contra Las Palmas, volverá a liderar un equipo al que le faltan líderes pero en el que él quiere erigirse como tal. Mbappé vino para hacer historia y poco a poco va a asumiendo su rol.