Cómo la 'autopsia' del Clásico ayudó al Real Madrid a encontrar a Mbappé y jurar una revancha
Informes internos alertaron de un bajón físico y la desconexión defensiva de Kylian tras el 0-4. El francés ha dado un paso adelante y quiere resarcirse.

Las finales son territorio del Real Madrid… y, por lo menos hasta ahora, no tanto de Mbappé. En el subconsciente del francés pervive el desenlace de dos de los tres partidos más importantes de su carrera (perdió sobre la bocina la Champions del 2020 y el Mundial 2022) y un balance negativo en estas lides: sólo ha ganado seis de 17. El 2/2 desde que viste de blanco le ha arreglado las cuentas. En cualquier caso, Kylian se toma la Supercopa de este domingo como una "revancha", como reconoció ayer Valverde, y con ganas de resarcirse de sus errores en su único Clásico oficial disputado hasta la fecha.
Después del 0-4 de octubre no se habló de otro asunto que de las ocho ocasiones en las que cayó en la trampa del fuera de juego de Flick. Cubarsí e Iñigo Martínez, que repetirán como pareja de centrales, ejecutaron con maestría la técnica del paso adelante y frustraron así una decena de ocasiones del francés. Ancelotti se lamentó en el post: "El Barça ha tirado 65 veces el fuera de juego en Liga. Se sabía". Después de aquello hubo charla con el '9'.
Los culés mantienen exactamente el mismo estilo (posicionan a su defensa a más de 50 metros de área propia) y tratarán de replicar la estrategia. Para apretar arriba, como pretende Hansi, resulta prácticamente una obligación asumir riesgos. Vinicius y Bellingham también se vieron perjudicados en la ida por este factor: Sánchez Martínez señaló hasta 12 infracciones (ocho en la primera parte, récord blanco en 12 años) y amargó a un Kylian al que se le anularon dos goles, uno en cada mitad.
Carletto insistirá en medir mejor los tiempos, sin precipitación en el momento de la arrancada y con mejor entendimiento en el timing entre pase y desmarque. Este Barça exige la excelencia. Y su estilo, aunque en el Bernabéu se comprobase sólo a medias, también le abre una ventana al Real Madrid: la velocidad de Mbappé, 'Vini' y Rodrygo al espacio contra una retaguardia tan adelantada. El cuerpo técnico ha estudiado cómo hacer daño a los blaugrana y cree tener la fórmula. El once, con Camavinga en el medio y no Ceballos, será el mismo de la semifinal.
Una 'autopsia' que ahora sirve
El staff desmenuzó a la mañana siguiente de aquel desastre cuáles habían sido las fugas del Madrid. Y, entre otros temas tácticos, encontraron uno físico: según datos que se manejan internamente y a los que pudo acceder Relevo, el equipo de Ancelotti corrió diez kilómetros menos que su rival en el 0-4. El foco miró entonces a Antonio Pintus, preparador físico que sigue sin reconquistar la confianza perdida por una parte importante del vestuario. El Barça les había pasado por encima por fútbol y vigor.
Otro de los aspectos que hizo estallar a Ancelotti fue el pobre comportamiento defensivo del colectivo y, sobre todo, del propio Mbappé, desconectado sin la pelota y sin tapar líneas de pase. Su nulo esfuerzo hacia atrás permitió que Casadó conectase fácilmente con Lewandowski en el 0-1 e iniciase la fiesta. Los errores individuales de Militao, Rüdiger, Mendy o Lunin hicieron el resto.
Florentino Perez x Kylian Mbappé 🤍 pic.twitter.com/rrpnKEZMMp
— Madrid Zone (@theMadridZone) January 11, 2025
Esas lagunas, que tanto lastraron el inicio de la era Mbappé, parecen ahora corregidas. El galo se ha adaptado al estilo, ya se le ve más activo en la presión y amenaza con romper (su primera media hora ante el Mallorca fue su mejor rato de blanco); y el equipo, en general, ha encontrado la línea del equilibrio y la manera de juntar a los cuatro fantásticos sin resentirse en defensa. Las ayudas de Bellingham, y la escoba de Valverde y Camavinga, han colaborado de forma clave con la mejoría global. Aquel día el inglés jugó tirado a la banda derecha y no de mediapunta, donde ahora brilla. Kylian fue a menos tras el Clásico (tocó fondo en Bilbao) y después de San Mamés comenzó a remontar.
En la caseta, además, hay "muchas ganas de revancha", como admitió Valverde. "Esa noche nos costó dormir. No esperábamos perder así. En el primer tiempo tuvimos oportunidades de marcar y en la segunda parte ellos salieron mejor. En cualquier caso, eso nos dio ganas y fuerza para salir adelante y convertirnos en el equipo que somos hoy". Mbappé siente la obligación de redimirse y, con el fuera de juego en mente, promete vendetta en Yeda.