La intrahistoria del no fichaje de Juninho que recuerda la 'maldición' de Víctor Orta con los delanteros: el cuarto fichaje frustrado
El caso del brasileño recuerda al de Azmoun del pasado verano, pero también, por otros motivos, al fatídico desenlace con Bozenik o Fofana. Iheanacho y Mariano, también en el 'debe' del director deportivo.
Comenzó hace apenas días, pero el Sevilla ya ha recibido el varapalo importante del mercado de fichajes invernal. El no fichaje de Juninho por el club nervionense, cuando todo estaba pactado y la palabra del brasileño fue dada a Víctor Orta, ha causado un profundo dolor en la entidad. Sobre todo por el importante trabajo realizado por la dirección deportiva para buscar a un jugador que estaba totalmente alejado del foco. Pero también por la propia posición del futbolista, delantero, que recuerda un historial negro del ex del Leeds en Nervión que aún le persigue.
Todo comenzó en los primeros meses de competición. El Sevilla ya sabía que tendría que acudir al mercado para reforzar ciertas posiciones de una plantilla dañada por las operaciones fuera de la ventana de traspasos en España -la salida de Lucas Ocampos-... y un pensamiento que comenzaba a gestarse: Iheanacho ni estaba, ni se le esperaba. El nigeriano fue el gran fiasco del verano. Por ello, Víctor Orta y su equipo se pusieron manos a la obra: había que buscar un delantero.
Entre varias opciones, la decisión fue unánime: Juninho era el candidato favorito. Sin embargo, pese a que todos coincidían en que sus cualidades se ajustaban a las necesidades del Sevilla, Víctor Orta decidió dar un paso importante. Hizo las maletas y se marchó a Azerbaiyán para conocerle de primera mano. Su trayectoria, su cambio de posición... y, sobre todo, físico, cuando Gurban Gurbanov decidió moverle de la banda a la punta de ataque y tuvo que aligerar su peso para ajustarse a la perfección.
Las sensaciones fueron positivas tras aquel encuentro, por lo que se comenzaron a dar pasos en la negociación. Lo primordial, convencer al jugador, estaba hecho -o al menos eso parecía hasta el último giro de esta historia-, faltaba el Qarabag. Un tira y afloja importante, que acabó con un paso al frente de Juninho que calmó a todas las partes. Aunque cuando todo estaba acordado, tanto con el club como con el delantero, algo empezó a resultar extraño.
Parecía que su llegada a la capital andaluza estaba planificada para el pasado domingo, o incluso ya el mismo lunes día de los Reyes Magos. Pero el regalo a Víctor Orta esta vez vino envenenado. Una última intentona del Flamengo fue irrechazable para un Juninho que ya había dado su palabra al Sevilla -pero no su firma, por lo que no tendrá que compensar económicamente de ninguna forma-. El club brasileño, que días antes ya intentó su fichaje pero recibió la negativa del delantero, presentó una oferta que triplicaba el salario acordado por el brasileño y la entidad hispalense -algo menos de dos millones brutos-.
Todo ello desembocó en una 'cuerda huida' de Juninho... y una decepción tremenda en el Sevilla. Sobre todo en Víctor Orta, quien, junto a su equipo de trabajo, se había propuesto cerrar por fin al delantero que acabase con un negro historial. Y es que el caso del brasileño entra directamente en el cajón 'para olvidar' del director deportivo. Ahí están dos movimientos frustrados de enero de 2024: Datro Fofana, quien no acabó cedido en Nervión porque el Chelsea tenía rebasado el número de jugadores a préstamo fuera de Inglaterra; y Bozenik, delantero que se quedó a las puertas del Sánchez-Pizjuán -y con todo acordado- por problemas burocráticos con su club de origen, el Boavista.
En su lugar llegó Alejo Véliz para solucionar el fiasco de Mariano Díaz -también el debe de Víctor Orta-. Pero nada cambió. De hecho, tuvo que ser un chico de la cantera, Isaac Romero, el que sacara las castañas del fuego a un Sevilla que llegó a temer con el descenso. Pero esta maldición con los delanteros no acabó aquí. Azmoun, objetivo principal de la dirección deportiva nervionense el pasado verano, acabó dándole largas a la entidad tras recibir una irrechazable oferta de Dubái. Otro varapalo importante.
Los nervios llegaron y Víctor Orta decidió mal. Firmó a su peor fichaje desde que asumió la dirección deportiva del Sevilla: Iheanacho. El nigeriano llegó fuera de forma y la motivación por hacer algo importante en Nervión ha brillado por su ausencia. La apuesta fue tan importante que le colocó en el escalón salarial más alto de esta nueva plantilla basada en la regeneración -casi dos millones de euros netos-, y, ahora, tras apenas meses en la capital andaluza, se le busca una salida para cerrar su ciclo en la entidad.
Víctor Orta y su posición negra en el Sevilla, la del delantero, que deberá seguir intentando reforzar en este mes de enero. Turno para la reflexión. Por los errores del pasado, tanto los que son responsabilidad suya como los que no -aquellos que acabaron faltándole a su palabra-. Pero, sobre todo, turno para acertar.