SEVILLA FC - UD LAS PALMAS

La crispación total en torno al Sevilla marca un partido que puede poner patas arriba la permanencia

Las Palmas también llega en medio de mil incógnitas. Una victoria hispalense reventaría las posibilidades canarias y aliviaría a los locales.

La Policía custodia la Ciudad Deportiva del Sevilla./EFE
La Policía custodia la Ciudad Deportiva del Sevilla. EFE
José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

La locura del descenso. La incertidumbre de LaLiga. El fútbol de los de abajo. Repleto de carencias, fallos y nerviosismo. Todo eso visita hoy a un Ramón Sánchez-Pizjuán que será uno de los puntos más calientes de todo el país. Recibirá a Las Palmas de Diego Martínez, quien regresará al lugar donde comenzó a brillar -firmó un ciclo sobresaliente en el filial nervionense-... y que ahora respira completamente distinto.

Lo cierto es que la incertidumbre es máxima. Seguramente sean los dos equipos con peores sensaciones en las últimas semanas. El Sevilla abraza una crispación social sin parangón que huele a Segunda. Las Palmas convive con una apatía y falta de plan enorme que tiene pinta de descenso. Hasta en corrillos con periodistas de la isla y de la capital andaluza coinciden en lo mismo: "No tenemos ni idea de lo que puede pasar".

Porque en el partido influirán más cosas que sólo fútbol. El temor en el Sevilla jugará un papel muy importante. La afición, no me cabe duda, animará y apoyará a los suyos como nunca. Como bien dijo Caparrós, tiene una madurez tremenda, y sabe lo que está en juego. Pero la inexperiencia de una plantilla que le da la espalda al acierto... es la gran incógnita. Podrían temblar las piernas.

En Las Palmas, la ausencia de Fábio Silva nubla las posibilidades ofensivas. Diego Martínez no podrá contar con su mejor delantero en el partido más importante. Para los canarios es ganar o morir. Los tres puntos lo dejarían casi dependiendo de sí mismo, con Leganés en casa y visitando al Espanyol en la última jornada. El calendario del Sevilla es mucho más complicado, y ni siquiera un punto calmaría la situación: Real Madrid en Nervión y Villarreal a domicilio. Tela.

La crispación social, protagonista

Pero, sin duda, la más protagonista será la gente. La afición del Sevilla puede salvar a su equipo. Es una realidad. Las gradas del Ramón Sánchez-Pizjuán son conscientes de la gravedad de la situación, y su pensamiento es claro: primero, amarrar la permanencia; después, protestar ante el palco.

Es el peor momento social en la historia del club. Lo dijo el propio Joaquín Caparrós en sala de prensa. La tensión es constante. Desde horas antes del partido ya se palpará. Seguro. Al igual que ya ocurrió en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios el pasado sábado, donde se vivieron capítulos muy al límite. Los aficionados asaltaron el lugar y hasta estuvieron aporreando la puerta del edificio del primer equipo. Muy caliente todo.

Presidente, vicepresidente y director deportivo no dejan de ser amenazados, acosados por las noches... situaciones surrealistas. Pero es una afición cansada de todo lo institucional que envuelve a una entidad más que centenaria y que hace menos de dos años estaba levantando su séptima Europa League. Todo ello jugará un papel fundamental esta noche.

Nervión será una caldera. Y podría desencadenar en lo peor. No me quiero ni imaginar lo que puede ocurrir si el partido se pone de espaldas. Crispación, tensión y mucho sufrimiento. El Sevilla-Las Palmas va a ser una final... por evitar el final.