La imagen de la esperanza en Aldaia: lodo, barro... y niños jugando al fútbol
En Aldaia, uno de los territorios más afectados por la DANA, se ha dado una tierna imagen que saca lo mejor del ser humano.
Son días de imágenes horribles, de fallecidos, de heridos, de lodo, de barro, de dolor. Los vídeos, fotos y discursos que inundan los canales de comunicación son dramáticos y reflejan la realidad que se vive en los 61 municipios afectados en la provincia de Valencia por la DANA, que se ha cobrado más de 200 víctimas. Pero en medio de todo eso, siempre quedan imágenes para la esperanza.
Una de ellas fue la que vivieron en Aldaia, una de las localidades más afectadas, hace unos pocos días, Jona y sus amigos, que estaban limpiando el jueves en una de las calles más pegadas al barranco y que, por ende, más afectadas se vieron. Mientras quitaban barro con sus palas y sus cepillos, se percataron de una cosa llamativa: la inocencia de los niños y el fútbol.
En medio de todo ese fango, unos chiquillos de menos de 10 años decidieron sacar su pelota de fútbol y ponerse a jugar. Fue una instantánea breve, porque como ocurrió después, "las madres les dieron unas collejas", como comentan los amigos que estuvieron presentes en tono jocoso. Era lógico, el tema no estaba para jugar al fútbol, pero al final la inocencia de los niños tiene estas cosas, encuentran la felicidad en los pequeños momentos.
Jona y sus amigos quedaron maravillados con el momento: "Por lo menos los niños han encontrado un balón", se oye de fondo. En medio del caos, en medio del barro, en medio del fango, unos niños solo pensaron en coger su pelota de fútbol y ponerse a jugar juntos, como cualquiera de nosotros cuando éramos pequeños.
Esta imagen, como la de los miles de voluntarios que están cruzando la pasarela que une la ciudad con los pueblos afectados, es la viva imagen de la esperanza. La esperanza que mantiene en pie al pueblo valenciano, la esperanza que llama a cada persona a seguir quitando barro y lodo, aunque tras más de 72 horas haciéndolo todavía no se vea el asfalto en las calles. La esperanza que uno tiene cuando es niño.