SEVILLA FC

Las horas más críticas de Del Nido Carrasco: señalado por la afición y emplazado a tomar decisiones

Hasta Caparrós lo ha reconocido públicamente, y en el Consejo piden soluciones. Víctor Orta, en el foco, pero aún sin una decisión clara sobre su futuro.

Del Nido Carrasco en el palco del Sevilla./Reuters
Del Nido Carrasco en el palco del Sevilla. Reuters
José Manuel Rodríguez
Samuel Silva

José Manuel Rodríguez y Samuel Silva

Compás de espera. Aunque más bien, tiempo de análisis. Y de reflexión, mucha reflexión. El Sevilla cayó ante el Real Madrid y se despidió del Ramón Sánchez-Pizjuán hasta la próxima temporada con una imagen que resume a la perfección lo que es este club a día de hoy. Un equipo más cerca de Segunda División que de Europa, con un proyecto que ha tocado fondo y un sinfín de incógnitas que convierten al de 2025 en el verano más importante para la entidad.

Con Joaquín Caparrós en el banquillo cerrará el Sevilla una temporada más de angustias, donde todo ha llegado demasiado lejos. La crispación social es mayor que nunca, tanto que la presión que le cae al presidente, José María del Nido Carrasco, le obligará a tomar decisiones. El Consejo también le pide soluciones ante una situación que invita a la "sentada" de la que hablaba su propio entrenador, pero que aún reflota en la no-decisión continua.

En estos momentos, todos los focos apuntan hacia Víctor Orta. El director deportivo volvió a equivocarse en su apuesta para el banquillo, García Pimienta, y, de nuevo, quedó relegado ante la elección de su sustituto. Tampoco ha acertado en el mercado de jugadores, siendo la posición de la delantera su debe más importante: un jugador que vino para el Sevilla C ha acabado siendo titular. Y en verano regresará Kelechi Iheanacho porque el Middlesbrough no cuenta con él. Suspenso claro.

Pero para Del Nido Carrasco aún no está la decisión tomada. Con Agustín López -adjunto en la coordinación de la cantera- ganando peso en las quinielas para promocionar en importancia dentro del club -aunque no para sustituir al madrileño-, Víctor Orta no está sentenciado por su máximo apoyo dentro de la entidad. El presidente aún medita qué hacer. Muchos frentes abiertos. Si se va el director deportivo, acertar en su reemplazo también es una cuestión delicada. El proyecto hace aguas, pero la posible tercera vía es algo que se deberá, al menos, encarrilar antes. Es casi imposible presentar un proyecto a largo plazo con el futuro tan en el aire. Son los grandes accionistas los que deben dar el paso en este sentido. Y lo único seguro es que el verano será complicado para cualquiera que asuma la dirección deportiva: obligados a vender jugadores importantes y seguir rebajando la masa salarial.

Y, mientras, en el entorno del club hay opiniones de todos los gustos. Depende de a quién preguntes, afirma que Orta está más fuera que dentro o que su continuidad es más que posible. Todo es un mar de dudas. Este Sevilla está loco. Y hasta que no esté el director deportivo, la planificación no podrá comenzar -tan sólo Alfon parece asegurado-. Porque otro debate a solucionar es el banquillo. Con la continuidad de Joaquín Caparrós muy complicada de darse, en Nervión tendrán que apostar por un candidato, y el pasado apunta a que las decisiones presidencialistas para el banquillo suelen ser habituales en el Sánchez-Pizjuán. Aunque el propio Del Nido Carrasco tenía clarísimo que quería seguir con Víctor Orta la próxima temporada... y ahora hasta eso se discute. Al menos hace un mes. El presidente tiene que salir a dar explicaciones, aunque no lo hará hasta que las decisiones estén tomadas.

Porque el final de temporada lo ha cambiado todo. Le ha abierto más aún las costuras a la planificación de Víctor Orta. Y la afición aprieta, aunque su incapacidad para empujar a tomar ninguna decisión hace que no ahogue. Conscientes de cómo funciona una S.A.D, a la hinchada del Sevilla sólo le queda protagonizar manifestaciones continuas en contra de la dirección del club. Cuesta recordar a un presidente que haya unido a tanta gente a su contra. Todo el estadio al unísono canta contra él y su gestión. Piden cambios... y cabezas. Y cuando se mira al palco, el dedo siempre suele apuntar hacia a un lado. Nunca hacia uno mismo.

En definitiva, un Sevilla obligado a ser de cambios. La primera incógnita a resolver es la dirección deportiva. Ninguna decisión firme está tomada, pero la continuidad de Víctor Orta está en el aire. Demasiadas cosas sin resolver... y la próxima temporada empieza en tres meses. Comienza la cuenta atrás para un proyecto tardío y casi en la lona. Y con el futuro del club en el aire. Verano complicado en Nervión.