Golpe de autoridad del Atlético, que sigue la estela de Barça y Madrid gracias a… Gazzaniga

El debut de la 'Araña' fue la pesadilla de su compatriota Paulo Gazzaniga, protagonista involuntario del primer triunfo en LaLiga del Atlético en un partido que se decidió por una polémica roja no señalada al guardameta de Murphy, desquiciado desde que, a poco del descanso, se tragó un balón aéreo fuera del área y lo cogió con las manos. El colegiado le dio una vida extra, pero él ya estaba fuera del partido. Y Griezmann y Llorente se sirvieron de ello para desequilibrar un duelo parejo. Una vez más, un año más, el conjunto rojiblanco hizo del defecto de su rival su mayor virtud, lo cual es tremendamente complicado y meritorio. Y así, partido a partido, este renovado Atleti de Simeone, el segundo club europeo que más dinero ha gastado en fichajes este verano, da un golpe sobre la mesa en forma de goleada para seguir la estela de FC Barcelona y Real Madrid en LaLiga.

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Era la gran noche de Julián Álvarez, la de su puesta en escena oficial como futbolista del Atlético de Madrid, además como titular. Y en el primer balón que olió, quiso sorprender con un disparo desde muy lejos que se marchó desviado. Apenas se habían disputado 70 segundos de encuentro y la 'Araña' ya avisó. Por cierto, con la inclusión del delantero argentino en el once, Sørloth se quedó fuera de él.

Como era de prever, desde el inicio el Girona dominó la posesión y el Atlético, la situación. Lo de siempre en un Metropolitano, que es un fortín para los colchoneros y que vio poco fútbol durante la primera media hora. Lo sabía Míchel y, a la que pudo, durante el cooling break, azuzó a los suyos para romper con la monotonía imperante que ni el duende de Tsygankov, única novedad en su once, pudo desafiar. "Me falta algo de profundidad", dijo el vallecano, nacido y criado a escasos doce kilómetros del estadio rojiblanco. "Hay que ocupar el espacio de la espalda de Azpilicueta cuando salga", también recomendó el entrenador gironí a los suyos.

Pero a los gerundenses no les dio tiempo a digerir las órdenes de su míster, pues en un abrir y cerrar de ojos, el partido enloqueció después de unas manos fuera del área de Gazzaniga, que midió mal, fatal, y casi ve la roja. La pidieron con ahínco los colchoneros, pero se quedó en amarilla. El balón votó y sobrepasó al guardameta de Murphy, que lo agarró con sus manos, claramente más allá de la línea. Y se montó la polémica.

En ese momento, Julián Álvarez y Daley Blind, a la par, estaban esprintando para tratar de llegar a esa pelota. La lógica dice que la 'Araña', con más punta de velocidad que el neerlandés, iba a llegar antes, pero esa variable no la sospesó Martínez Munuera en su decisión. A la afición del Atleti se le pasó rápido el cabreo porque, en el lanzamiento de falta, Griezmann adelantó a los suyos. Fue un disparo prácticamente raso y muy colocado, que sorprendió a Gazzaniga, que por segunda acción consecutiva no estuvo del todo acertado. El francés se besó el escudo, el antiguo, el de toda la vida, y gritó su primer gol del curso.

Como suele ocurrir en el Metropolitano, el gol lo alteró todo y la previsibilidad se tornó en diversión. Tuvo dos casi consecutivas Abel Ruiz, pero Oblak se hizo grande y le negó el gol. También gozó de un mano a mano Rodrigo Riquelme, pero el portero argentino del Girona, esta vez sí, evitó el tanto colchonero y mandó el partido al descanso con 1-0. Los errores, y ya venía advertido el equipo catalán después del desastre del pasado curso en su visita al Atlético, se pagan muy caros en este estadio.

La pesadilla de Gazzaniga todavía iba a ir a más porque en una de las primeras acciones del primer minuto se vio sorprendido por un obús de Marcos Llorente, muy fuerte pero muy centrado, que le dobló los dedos y se convirtió en el 2-0.

Era una balsa de aceite para Simeone, que hizo debutar a Gallagher en el sitio de Riquelme. También Miovski, que está llamado a sustituir a Dovbyk, disputó sus primeros minutos con el Girona en un contexto nada propicio para hacerlo, ante un rival ultraprotegido, pendiente de cazar un contragolpe para cerrarlo.

Pese a ello, Bryan Gil rozó el 2-1 con un chut desde el interior del área que se fue por encima del larguero. Siguió percutiendo el conjunto visitante, sin el premio del gol, tan caro como siempre en un Metropolitano que se quedó sin el tanto de su nuevo ídolo, pero con un valiosísimo triunfo -el Girona fue cuarto el curso pasado- que nació en las manos de Paulo Gazzaniga y que cerró Koke en el 94' tras un rapidísimo contragolpe dirigido por Pablo Barrios que remachó el capitán colchonero tras una asistencia de Llorente.