MAPA VIOLENCIA ULTRA

El ranking de los grupos ultra más peligrosos del fútbol español: el Frente Bokeron, el peor "con mucha diferencia"

Con el ascenso del Málaga y el descontrol de los viajes de sus aficionados más radicales, el fútbol español se ha puesto en alerta.

La afición radical del Málaga, el Frente Bokeron. /Diario Sur
La afición radical del Málaga, el Frente Bokeron. Diario Sur
Sergio Fernández
Gonzalo Cabeza

Sergio Fernández y Gonzalo Cabeza

Los ultras del Málaga llegaron al bar La Menuda de La Coruña y lo dejaron hecho escombros. Fue una carga brutal, decenas de radicales sin ningún tipo de control. Sorprendió a muchos, pues es difícil entender qué hacen dos centenares de ultras recorriendo los más de mil kilómetros que separan las dos ciudades, pero no a las autoridades. Se sabe desde hace tiempo que actualmente no hay un grupo ultra en España más peligroso que el Frente Bokeron.

Son los primeros de la lista y con cierta distancia con el resto, un grupo que ya el año pasado, en Primera Federación, iba causando estragos en casi todos sus desplazamientos. Tienen prestigio, una palabra difícil en este contexto, entre los demás ultras porque son peligrosos y viajan con frecuencia. Ese es el baremo en el que se analiza el fenómeno.

El grupo entero lo forman 200 personas, y 100 de ellas viajan casi todas las semanas. Son muchos y muy duros, gente de cierta edad muy violenta, no unos chavales que están empezando. "En este mundillo lo que da caché es viajar. Si no viajas, no eres nadie. Y los del Frente Bokeron... si cogen a los Riazor Blues en A Coruña... acaban con ellos. Son gente bregada, muy malos", explican a Relevo fuentes de la lucha antiviolencia en España.

Algunos compraron las entradas por internet y otros mediante el club, amparándose en el grupo 'Fondo Sur 1904', que aglutina varias peñas y que usan porque no pueden usar el nombre Frente Bokerón. Los que pagaron las entradas, evidentemente, no tienen ningún tipo de sanción que se lo impida. Tampoco hubo ningún tipo de aviso ni organización, lo que hizo la labor mucho más complicada para la Policía, pues normalmente los tienen más controlados. En este caso no fue así, aparecieron con entradas en la zona reservada a aficionados locales, lo cual hace que se dispare el riesgo. Todo lo que pudo hacer la Policía fue, una vez ocurrieron los incidentes, controlarlos en una grada de Riazor para, al menos, tenerlos a todos en el mismo sitio.

Esquema representativo de la peligrosidad de los actuales grupos ultra en España, ahora mismo. Relevo
Esquema representativo de la peligrosidad de los actuales grupos ultra en España, ahora mismo. Relevo

Y, además, se juntó otro de los elementos más peligrosos en este tipo de viajes ultra: se mezclaron con otros grupos, al menos dos más. Fue el cóctel perfecto para que se terminarse liando... y menos mal que la Policía consiguió frenar la escalada de violencia y mandarlos al hotel donde tenían su alojamiento, a 40 kilómetros de Coruña.. Al día siguiente, los ultras del Deportivo, Riazor Blues, recorrieron la ciudad buscando a los radicales del Málaga, absolutamente ajenos al hecho de que ya no estaban allí.

Prohibidos... sólo en casa pero descontrolados fuera

El poder que tiene este grupo se demuestra con frecuencia y en ocasiones cuenta con la impotencia del club andaluz para ponerles freno. Varios de sus cabecillas tienen prohibida la entrada en recintos deportivos, pero eso no fue suficiente para que apareciesen en La Rosaleda con un pancartón que retaba al administrador judicial que dirige el rumbo de la entidad: "Muñoz, los 18 sancionados te saludan". Sujetándola ellos mismos.

Los sancionados del Frente Bokerón retando al administrador judicial del Málaga, dentro de La Rosaleda.
Los sancionados del Frente Bokerón retando al administrador judicial del Málaga, dentro de La Rosaleda.

Los datos tampoco llegan a la categoría de alarmantes, aunque sí invitan a la reflexión: las autoridades consultadas por Relevo explican que, a estas alturas de temporada, se han registrado cinco incidentes violentos relacionados con los ultras en el fútbol profesional español, uno más de los que ocurrieron la pasada temporada. Se valora, además, que ahora el riesgo ha crecido, pues la pasada temporada ascendieron a Segunda equipos con fuerte implantación de radicales —Deportivo, Córdoba, Castellón y Málaga— y descendieron otros, el Andorra, el Amorebieta, el Alcorcón y el Villarreal B, con aficiones mucho menos (o nada) peligrosas. Nada que ver con algunos países de Europa.

Cinco incidentes esta temporada

El primero esta temporada se dio el 7 de septiembre, en el derbi asturiano, donde la Policía tuvo que cargar por una lluvia de botellas. Diez días más tarde, las autoridades tuvieron que intervenir en Son Moix porque los líderes de Supporters Mallorca, que tienen prohibida su entrada en una zona concreta del estadio, se plantaron allí. Al no poder reducirlos la seguridad privada, tuvieron que echar mano de las fuerzas del orden, que enseguida los desalojaron.

Los otros tres son más conocidos. El derbi madrileño tuvo que detenerse después de que cayesen mecheros al área de Courtois, cuando los avisos por megafonía no habían hecho efecto. Los otros dos que tienen registradas las autoridades se dieron en el infausto Deportivo-Málaga, el primero de ellos en el bar La Menuda y el segundo, al día siguiente, cuando los radicales coruñeses intentaron vengarse.

La estadística dice que la triste media de la violencia ultra, en España, es de una pelea cada 2,5 jornadas, y por el momento no ha habido ninguna. Sobre todo gracias a que la Policía ha conseguido evitar "sobre la bocina" algunas tardes que estaban marcadas en el calendario. La primera fue en Valladolid, con la RSF Firm, de la Real Sociedad, heredara de alguna forma de la conocida como Peña Mujika, que iba acompañada por algunos miembros de Indar Gorri, de Osasuna. La segunda, en el derbi sevillano y, finalmente, una última que fueron capaces de detener los Mossos en la previa de un Espanyol-Alavés. Así que de momento cero peleas... pero a punto de sumar tres. Hay actividad, como siempre, pero está bastante bien controlada por ahora.

Los grupos ultras, uno por uno

El Frente Bokeron es el líder distanciado en esta lamentable clasificación de radicales, ahora mismo. Son muchos, peligrosos, sospechosamente solventes y viajan en casi todos los desplazamientos del equipo. La tormenta perfecta, el grupo que más quita el sueño a las autoridades, pero no el único. Hay más ultras, algunos venidos a menos, otros tan fuertes como siempre.

El segundo grupo más alarmante es otro frente, el Frente Atlético. Son al menos 200 y es un grupo muy estructurado que, además, no se encuentra una resistencia por parte del club tan notable como sí sucede en otras muchas partes. Es un grupo bien organizado, que viaja con frecuencia y mantiene una estructura que les proporciona buenos ingresos y la repercusión necesaria para que esos ingresos no amainen. Siguen encontrando una sorprendente comprensión en su estadio... y hasta en el banquillo de Simeone, que iguala las responsabilidades, por ejemplo, de lanzar mecheros y botellas con provocar a la grada.

En la Real Sociedad está el tercer grupo considerado más peligroso. Ahora se llama RSF Firm —Firm es el nombre inglés para estos grupos—, pero sigue llevando Mujika Taldea en su simbología en redes, pues esa peña, la Mujika, de la que son herederos. Son unos 60, vienen algunos todavía de la kale borroka, o han aprendido de ellos, y están muy bien organizados.

También de los Supporters Gol Sur del Betis se puede decir algo similar. Son unos 60 y destacan por ser muy violentos, como ya se vio antes del derbi sevillano, que es una fecha muy complicada para las autoridades. Es casi una tradición que ellos y los Biris queden la noche previa para pegarse, pero en esta ocasión la Policía lo supo a tiempo y pudo detenerlo. Tienen una escisión, Family United, que ha ido perdiendo fuerza con el tiempo.

Estos cuatro clubes cuentan con los grupos más peligrosos, los que de verdad preocupan a las fuerzas del orden. El resto se monitorizan, se vigilan y tienen peligro, pero el centro del problema reside en las ya nombradas.

Bukaneros, Ultras Sur y Boixos Nois...

Siguiendo la lista, en quinta posición, están los Bukaneros del Rayo Vallecano. "Son los más listos de todos", destaca una fuente especializada en esta problemática. El grupo es grande, tiene cerca de 250 personas, pero no destaca por su violencia. Sí por su vida social, son frecuentes las rifas o las pancartas, también la simbología de extrema izquierda. Cuando viajan lo hacen de manera ordenada, bajo el amparo de una peña llamada Franja Vallekana. Suelen comunicar a las autoridades sus viajes, lo que permite a la Policía evitar problemas.

En este punto de la lista aparecen dos organizaciones que en otro tiempo hubiesen estado cerca de liderar el ránking: Ultras Sur y Boixos Nois. Han mermado su apoyo, ya prácticamente son irrelevantes "fuera de casa". Los clubes han hecho mucho para que desaparezcan. No lo han conseguido del todo, eso sí, ambos grupos pueden dar problemas en algún partido como locales, en los alrededores de sus estadios. Pero suele ser mucho más como acciones de auto promoción para poder seguir "vendiendo su marca".

Viajan muy poco, suelen aprovechar primeras rondas de la Copa del Rey o de la Champions. Eso sí: cuando lo hacen, suelen aparecer un centenar de ellos y siempre es para terminar liándola. Muy pocos viajes de estos dos grupos termina bien. Tanto la directiva del Real Madrid como la del Barcelona mantienen un régimen de tolerancia cero con ellos, aunque no siempre consiguen mantenerlos fuera del estadio, de manera individual. También hay algunas situaciones como mínimo llamativas de líderes de su grada de animación que, a pesar de haber participado en peleas incluso dentro del estadio, siguen viajando y gestionando la misma con bastante impunidad.

El siguiente escalón lo ocupan las peñas vascas Iraultza 1921 (Alavés), Herri Norte (Athletic) y la navarra Indar Gorri. Viajan poco, no dan muchos problemas aunque en ocasiones pueden causarlos, como se demostró con el último desplazamiento de los bilbaínos a Roma, en el que hubo una bengala y mucho lío. Cuentan con un rechazo social bastante importante en sus estadios y en sus clubes.

Preocupan también los Biris, aunque su peligrosidad ha ido decayendo con el tiempo, en parte también por las riñas accionariales que marcan el día a día de la entidad. Estaban históricamente ligados al expresidente Del Nido Benavente y la directiva actual tiene menor tolerancia. Hay un motivo, eso sí, por el que siguen preocupando, y es que en Sevilla hay un derbi y el riesgo esos días se dispara.

Los que menos preocupan

Todo equipo tiene un grupo más o menos ruidoso, pero no todos los grupos tienen mucho riesgo. Ligallo (Zaragoza), Ultra Boys (Sporting de Gijón), Resaca Castellana (Burgos), Juventudes Verdiblancas (Racing), Brigadas Blanquiverdes (Córdoba), Symmachiarii (Oviedo)... son bandas que crearon muchos problemas, pero que ahora mismo cuentan con menos gente y muy controladas. Fuera de su estadio tienen poca actividad y viajes mucho más tranquilos. Los clubes, además, les han ido acotando y dificultando la vida. Solo las nuevas hornadas de ultras cordobeses llaman la atención entre todos estos, una vez que las Juventudes Verdiblancas del Racing de Santander (que sí viajan bastante) han reducido su conflictividad de manera sensible.

Eso no quita para que no se les vigile, porque en cualquier momento pueden llegar a generar problemas, pero en las perspectivas de prevención que manejan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aparecen como los menos relevantes de todos.

Bueno, no, en realidad no, hay un grupo que se sitúa muy claramente en la última posición de esta clasificación: los Yomus, en Valencia y el desaparecido Kolokon, en Granada. El grupo de radicales valencianos protagonizó varios enfrentamientos con los dirigentes, y también con políticos, lo que derivó en una pérdida de protagonismo que supuso, prácticamente, su desaparición.