Lo que se cuece en el Barça: la fe ciega en Hansi Flick, los cantos de Arabia a Fermín y el beneficioso adelanto electoral de Joan Laporta
El Clásico define la temporada pero el futuro deja muchos escenarios abiertos, tanto en la plantilla como en el palco.

Como bien dijo Ancelotti en su comparecencia, este domingo se juega el último Clásico de la temporada porque el Barcelona no disputará el Mundial de Clubes. Lo que no fue necesario que confirmara es que este también va a ser su último Clásico, porque el Real Madrid ha decidido que no seguirá en el Bernabéu y porque él mismo, en sala de prensa y a partir del 30 de junio, dio la bienvenida a Xabi Alonso. Es decir, que hasta podría ocurrir que el técnico italiano, como el Barça, tampoco jugase con uno de los dos clubes de su vida, el otro es el Milan, el Mundial de Clubes. Lo importante, en todo caso, es que Carlo viene hoy a Montjuïc a ganar, a provocar un final de campeonato agónico y a marcharse a Brasil dejando un título más en una sala de trofeos que él ha engrandecido aportando 15 trofeos. Ningún otro técnico de la Casa Blanca ha ganado más que él.
Flick, por su parte y aún sabiendo lo que significa jugar contra el Madrid, ve la cita sin el agobio de verse perseguido por ser líder, ni sentirse presionado por esa persecución y seguro de su continuidad pase lo que pase. Y es que lo mismo que el lunes puede anunciarse la salida de su colega para convertirse en seleccionador de la canarinha, ese mismo día, el martes o cualquier día, puede oficializarse su renovación hasta 2027 porque, en términos de banquillo, mientras en Madrid termina un ciclo, en Barcelona se inicia. No hay ninguna duda con el entrenador. El grado de satisfacción es máximo y el compromiso mutuo es extremo.
El Barcelona será el último equipo que dirija Hansi y su mayor preocupación, según manifestó el sábado, no es tanto el partido contra el Madrid como seguir creciendo, a base de jugar cada semana mejor, para alcanzar niveles superiores a los logrados en su primer año en el banquillo. Y no, no cree que sea trascendente haber ganado ya a Ancelotti en la Supercopa y en la Copa del Rey. Ni siquiera haberlo hecho por goleada en el Bernabéu. Lo que cuenta es el partido del domingo y sólo el partido del domingo.
Pudiera ocurrir, en cambio, que el cara a cara sea también el último Clásico para jugadores que estarán sobre el terreno de juego, casos de Modric, Lucas Vázquez y Vallejo, del mismo modo que está comprometida la continuidad en el Barça de gente como Héctor Fort, Araújo, Ansu Fati, Pablo Torre y hasta el mismísimo Fermín, un futbolista excelente con buen y caro mercado por el que se han interesado ya varios clubes y quien, a él no, el Barça no dejará salir por menos de 60 millones. Se sabe, desde hace poco, que tiene cartel y posibilidad de irse a Arabia a ganar más de ocho millones netos siendo todavía un chaval de 21 que podría volver a Europa cuando quisiese, en plenitud física y habiendo resuelto el futuro económico de su familia presente y futura.
Eso, que seguro lo sabe Fermín, no será obstáculo para, si juega, salir al mil por mil, como si fuera realmente su último partido contra el Madrid porque, además de su calidad, el vínculo emocional de Fermín con el Barcelona es indestructible y si se consuma el hoy supuesto traspaso, no será por falta de dinero sino por falta de recursos económicos para tratar de reforzar la plantilla en zonas distintas a la suya. Por ejemplo, para poder comprar a la prioridad que es Luis Díaz.
Hablando de Arabia... Sigue el interés por Raphinha
Hablando de Arabia, del Barcelona y del Inter. El Al Hilal no ha renunciado a Raphinha. Mantiene tanto interés en firmarle un contrato largo y sideral, como el Barça está negociando a tope para renovarle. Y si los árabes consiguieran su fichaje, el brasileño sí podría volver a jugar contra Mbappé y compañía porque el equipo de Riad será rival del Madrid en el Mundial de Clubes. Y no sólo eso, los petrodólares son insaciables y después de despedir a Jorge Jesús (70), el afamado técnico portugués, está tentando ahora a base de millones a Simone Inzaghi. El entrenador del Inter, finalista de la Champions después de eliminar al Barça en unas semifinales memorables, lidera una lista de aspirantes al cargo en la que muy cerca del italiano está Xavi Hernández, quien después de su año sabático tras dejar su puesto en el Camp Nou, quiere volver a la actividad. Y él conoce bien esa zona. Sea de una u otra manera, el Al Hilal entiende que el privilegio de poder jugar contra los mejores del mundo es un escaparate promocional inmejorable para su país, por eso quiere presentarse en Estados Unidos con un álbum de cromos que haga intuir el proceso proyección será, por lo menos, hasta que en 2034 acoja el Campeonato del Mundo de selecciones.
Pero hoy, volvamos a la realidad, es otro día. El mundo, como siempre, se parará un par de horas para vivirlo con el corazón en un puño el enésimo Clásico de nuestras vida que, como de momento no pensamos irnos a ninguna parte, aunque no sea el último se vivirá como si lo fuera. Y eso, aún sabiendo que, pase lo que pase, el liderato seguirá siendo blaugrana. Ahora bien, es obvio que no es lo mismo afrontar las últimas tres jornadas con 7 puntos de ventaja, más el goalaverage, que hacerlo con sólo un punto. Curioso que nadie o casi nadie se plantee la opción del empate que le ofrecería al Barcelona la opción de mantener el colchón de 4+1. Un resultado que igual firmarían muchos, muchísimos aficionados del Barça y muy pocos del Madrid pero, lo trascendente, es que no lo rubrican ni Ancelotti y aún menos Hansi Flick. Ni el alemán ni su equipo saben ser conservadores en sus ambiciones ni en sus partidos. Si pierde quiere remontar, si empata quiere ganar y si gana quiere hacerlo con mayor diferencia.
Esa voracidad admirable es la gran virtud del líder pero también hay quien piensa que es, al mismo tiempo, su talón de Aquiles. Un equipo joven, muy joven, lanzado y convencido, muy convencido, al que algunas veces en este año, y como consecuencia de su convicción plena en la victoria, le ha faltado oficio necesario para ahorrarse algún berrinche. Y, efectivamente, se ha llevado disgustos como el del martes en Milán que quizás podría haberse ahorrado sin renunciar al ataque pero aportando un punto de prudencia. Un disgusto de Champions que en el vestuario dicen haber superado pero que, a ciencia cierta, hasta este domingo no sabremos si se han aprendido la lección de defender bien cuando, por tiempo restante y marcador vigente, ya no hace falta atacar más. A veces hay que nadar y guardar la ropa pero, sinceramente, no será aquí donde encuentren una crítica agria al fútbol ofensivo y la votación ganadora. Hacía años que no veíamos un Barça tan esplendoroso como el que en este curso está presentando sus credenciales para ser, en el siguiente, un espectáculo, primero, semanal y, luego, cada tres días.
¡Ah! Una cosa más. Hay quien piensa en el FC Barcelona que, ocurra lo que ocurra, quizás Joan Laporta debería plantearse adelantar las elecciones para evitar que el año próximo, con un calendario extenuante en el que el Barça volverá a aspirar a todos los títulos y que incluye en 2026 el Mundial de Fútbol, que tal vez sería bueno para Joan Laporta se plantease seriamente adelantar las elecciones a este verano. Sería renunciar a un año pero, visto lo visto, ganar cuatro asegurándose la reelección. Iremos viendo. En dos semanas se agita el mercado, el 'fair play' y todo.