FC BARCELONA

Lo que se cuece en el Barça: el 2030 de Pedri y el giro con un De Jong que sale más caro cuando juega que cuando está en la grada

El majestuoso encuentro del canario simboliza el paso adelante que le pedían mientras ya no hay intención de renovar, ahora, al holandés.

Pedri y De Jong, durante un partido, ambos las dos caras de la moneda del FC Barcelona. /GETTY
Pedri y De Jong, durante un partido, ambos las dos caras de la moneda del FC Barcelona. GETTY
Miguel Rico

Miguel Rico

Tres derrotas consecutivas en casa, cinco puntos de los últimos 21 y el Barça apeado del liderato por el Atlético, su verdugo del sábado. Todo muy difícil de explicar. Todo. Como tan difícil lo era que en las 12 primeras jornadas la escuadra de Flick, con la chavalería del filial al frente, encabezara la tabla con 33 puntos posible de 36 en juego aventajando al Madrid en nueve puntos y en diez al bloque de Simeone. Pero así son las cosas. No se trata de entenderlas sino de hacerlas y Laporta, que por la mañana del sábado ganó por escandalosa goleada la Asamblea de Nike, pasará unas Navidades peor de las que imaginó hace un mes pero mejor de las que suponía al inicio de la temporada.

Un entrenador nuevo, un mercado limitadísimo por la regla del 1/1, una plantilla remachada con juveniles que, al fin y al cabo, sigue teniendo opciones a todo porque su fútbol puede que no sea tan bueno como parecía cuando lo ganaba todo pero es mucho mejor de lo que parecen indicar las tres derrotas consecutivas. Como todo el mundo cree entender lo bastante de fútbol no será aquí donde encuentren explicación a lo imposible. Uno es demasiado mayor para quedar voluntariamente en evidencia. Lo mejor, por tanto, será remitirse a la célebre frase de Boskov con la que resumió todo aquello que le resultaba inexplicable: "Fútbol es fútbol". Y como desde aquel momento de siglo pasado no he oído ni leído nada mejor, cambiamos de tema.

Pedri, imposible jugar mejor al fútbol de lo que jugó contra el Atlético, salió como titular por decimoséptimo partido consecutivo. Estuvo maravillando desde el minuto 1 hasta el 97, con gol incluido, y pases majestuosos que sólo pueden firmar los privilegiados. Irreprochable actuación por más que Oblak le sacara el que hubiera sido un merecido 2-0. Paró el portero y Pedri volvió al tajo como si nada. Justo lo que le pide no sólo entrenador sino también el club. Recuerden que, en al arranque de estas colaboraciones, contamos que este año se analizaría con lupa el rendimiento de Pedri.

Que se le exigía un paso adelante y un cuidado exquisito y personalizado en su preparación física. Que, en definitiva, se estaba jugando su futuro como indiscutible del Barcelona y hoy, después de tres derrotas seguidas en Montjuic, podemos asegurar que tanto para el entrenador como para la dirección técnica, Pedri ha dado ese paso adelante que le pedía en lo profesional y en lo personal. Máximo rendimiento, máximo compromiso. Ganar o peder es otra cosa. No depende sólo de él. Aquí hay que jugar al fútbol como los dioses, Pedri lo hace, y responder a las expectativas creadas. No como otros. Entramos en materia anticipando que el canario, que acaba contrato en 2026, tiene su continuidad más que garantizada porque se la ha ganado. En cuanto haya dinero se le mejorará y ampliará, mínimo, hasta 2030.

La otra cara de la moneda es De Jong, que parte de cero

Caso bien distinto es el de Frenkie De Jong, que ha agotado la paciencia de dirigentes y técnicos. Laporta, en el encuentro navideño con la prensa, explicó que el Barcelona no permitiría que ninguno de sus jugadores iniciara el próximo curso con sólo un año más firmado. Es decir, futbolistas que pudieran quedar libres el 1 de enero de 2026. Pedri, como hemos dicho, es uno de ellos, pero nadie interpretó que las palabras del presidente, más bien su advertencia, tuviera al crack canario en el punto de mira. De forma unánime se concluyó que el máximo dirigente se refería al citado holandés y a Ronald Araújo.

Sobre el papel, dos indiscutibles que en los últimos meses han tenido, por causa de las lesiones, una presencia residual, caso de Frenkie, o una ausencia permanente como la del uruguayo que, ya en el banquillo los dos últimos partidos, está en condiciones de jugar en cuanto lo decida el entrenador. Dos situaciones muy similares pero, después de hablar muchas veces, con sus respectivos análisis internos, muy diferentes. Araújo, del derecho y del revés, ha mostrado su predisposición absoluta a seguir vinculado al Barcelona con un contrato extenso. Lo único que ha dicho es que la negociación definitiva sólo se producirá después de su vuelta a la actividad. Lo ha hecho, sino con estas palabras literales, sí con unas muy parecidas. "Yo lo que quiero es volver a jugar y demostrar en el campo que tengo un sitio en el Barcelona". Eso es todo el problema que separa a Ronald de la renovación que, según todas las fuentes, está bien encaminada al coincidir las voluntades.

Lo de Frenkie es distinto. Si hace unos meses, básicamente por razones económicas, el Barcelona no sólo se planteaba sino que le hizo propuestas serias de renovación, a día de hoy se cuestiona muy seriamente su continuidad no sólo por la ficha sideral que le convierte en el mejor pagado de la plantilla sino, básicamente, por cuestiones futbolísticas. ¿El rendimiento de De Jong después de seis años merece una ampliación? La respuesta es no, pero el problema de De Jong es más grave. Desde el club no ya no se tiene en cuenta lo mucho o lo poco que haya podido hacer un futbolista que estaba llamado a ser leyenda y que no ha pasado de ser uno de tantos futbolistas que han jugado de blaugrana. Lo que se cuestiona el Barcelona es lo que puede dar de ahora en adelante el centrocampista holandés y con qué competencia se va a encontrar en el supuesto que se llegara a un acuerdo para su continuidad.

¿Puede De Jong quitarle el puesto a Pedri, Gavi, Fermín, Casadó o Dani Olmo? Imposible, claro, no hay nada, pero el cambio debería ser tan radical que si hubiera que hacer apuestas uno diría que Frenkie es muy, muy transferible. Aquella propuesta de ampliación, prorrateando su ficha en más años de contrato, ya no existe. Hay que empezar desde cero y eso significa que para continuar De Jong tendría que volver a ser aquel maravilloso futbolista del Ajax por el que el Barcelona pagó una fortuna pero ahora resulta que la fortuna sería que llegase una oferta discreta y se fuera más pronto que tarde. Tal es la cuestión, futbolísticamente hablando, que en el club hay gente muy importante que De Jong le cuesta mas caro al Barça cuando juega que cuando está en la grada.

El futuro incierto de Christensen

Andreas Christensen llegó libre al Barça en 2022. Compañero en el Chelsea de Rüdiger, que se vino el mismo al Madrid, ha sido un jugador de comportamiento impecable y rendimiento inmediato. No vino como figura pero nunca fue figurante. Mientras lesiones le respetaron respondió a las exigencias hasta que, en agosto, se le diagnosticó una tendinopatía en el talón de Aquiles que le ha obligado a pasar por el quirófano para solventar su problema en ambos pies. Su recuperación está siendo larga y lenta aunque, en principio, se especuló que todo era una cuestión de estrategia económica para darle una baja de larga duración y poder inscribir a Dani Olmo. Y no. El central estaba lesionado y lesionado de seriedad. Su regreso a la titularidad es más que complicado. En realidad, con Kounde, Iñigo, Cubarsí y Araújo con posibilidad de su cubrir su posición y la más que probable llegada de Jonathan Tah en verano, apuntan un futuro blaugrana incierto. Tan incierto como el de Eric García, cuyo traspaso se da por seguro para ganar un buen dinero en la operación y ofrecerle la posibilidad de tener los minutos que Flick no le da ni le dará. Vamos, que entre mas más que posibles salidas en la primera ventana del próximo verano está también la Christensen. Una salida que, si como pensamos se concreta, no tendrá la consideración que su rendimiento ha merecido mientras ha podido darlo.

Confidencialidad máxima

Laporta vendió el acuerdo con Nike como el mejor contrato del mundo de ropa deportiva. Y puede que lo sea. Ganó la votación por tal mayoría que los compromisarios lo deben tener muy claro. Nosotros no vamos a discutir de lo que no sabemos, que debe ser más o menos lo mismo que ellos aprobaron. Y sabemos poco porque, la verdad, es que nos han dicho pocas cosas. Muy pocas. Los titulares sí, pero no los subtítulos. Las cifras, las ha publicado el club y no vamos a repetirlas, pero lo que sí queremos destacar es la famosa cláusula de confidencialidad a la que se acogen los clubes desde hace años para que no sepamos nada de la letra pequeña de todo aquello que es importante y no nos quieren contar. Lo hace el Barca, lo hace el Madrid y lo debe hacer todo el mundo pero es acongojante que los socios/dueños del club no tengan todos los detalles, absolutamente todos, de este u otros acuerdos. Casi con sacacorchos se puso saber que el Barça y Nke, que no es que hayan hecho un contrato nuevo sino que lo han renovado, hayan pagado unos 50 millones de euros, 50, al hombre bueno, buenísimo debe ser, que puedo de acuerdo a las partes. El Barça le paga un 1,65% del monto total y Nike el 1,25. La monda porque aquí no se trataba de traer un nuevo patrocinador. Se trataba de ampliar el acuerdo con un sponsor que lo es desde 1997 y lo será hasta 2038. Sea como fuere Darren Dein, que así se llama el mediador que ya ha hecho otros grandes negocios con el Barça, también se ha debido llevar la mejor comisión del mundo.