El sueño imposible ya es real: Vallecas, Europa te espera
El Rayo es de Conference tras empatar y perder Osasuna. Ante el Mallorca mereció más, pero chocó con un gigante Greif.
Lo de "el año que viene, Rayo-Liverpool" siempre fue una forma de hablar. Como para saber, además de lo propio, lo que harían por Anfield. Pero era un cántico de fe, un grito de esperanza en un barrio donde las cosas casi nunca son fáciles. Sí, el Rayo Vallecano ha logrado la clasificación para Europa 24 años después. Una hazaña dirigida por Iñigo Pérez, siempre en la sombra, siempre consciente de que la franja estaba por encima de todos ellos. Y capitaneada por un grupo de jugadores inolvidable que ha entendido que defender a este barrio es muchísimo más que dar patadas a un balón. Una victoria que vale mucho más que un billete para Europa, aunque van de la mano. Que el nombre de Vallecas pasee por el continente es un triunfo de todos aquellos que creyeron un día que era posible. En el barrio obrero por excelencia, los sueños también se hacen realidad.
En un partido con aroma de final para los vallecanos, Iñigo sacó todo lo que tenía aunque siempre con esas variables impredecibles incluso para los que siguen al club día a día. Chavarría y Balliu de laterales, Ratiu por delante y la suplencia de Pedro Díaz fueron las principales novedades para un partido en el que ganar era una obligación. No lo vivió así un Mallorca ya perdido en la clasificación, tras el bajón final. De ahí que Arrasate jugara sus cartas de otra forma y metiera suplentes y canteranos como Domenech o David López. Pese a que el partido tenía dos lenguajes, ni mucho menos sería sencillo para Iñigo y los suyos. Si algo ha demostrado el conjunto bermellón es que es de lo más fiable del campeonato en el repliegue.
Otro factor a tener muy en cuenta eran los nervios y la temeridad. Se puede jugar al límite sin dar ese paso más que te puede llevar a la autodestrucción. El Rayo, tal y como ha acostumbrado durante todo el año, comenzó mediando, dominando sin dominio, lo que viene a ser un control exhaustivo del partido sin rondar el primer gol. Aun así comenzaban a rondar el área de Greif hasta que, a la media hora, Álvaro García tuvo la primera gran oportunidad forzando al guardameta del Mallorca a realizar una tremenda estirada. Se habló mucho de Leo Román en fechas cercanas, pero el titular también es el titular por algo.
En escenarios de este calibre, es de lo más natural ver cascos en la grada, pero en Vallecas se lleva de otra manera. Aquí lo importante es su equipo, por encima de cuentas y calculadores. El gol del Getafe quizás se sabía en el banquillo, pero no en la grada, donde ni se inmutaron con la realidad que estaba ante sus ojos: el Rayo estaba séptimo clasificado sin ni siquiera ganar. Del mismo modo, el empate de Borja Iglesias tampoco retumbó en las butacas. Y tal y como pensaban, era: todo seguía tal y como había comenzado. Aunque igual igual... Ahora sí, el Rayo amedrentaba al Mallorca y su afición le llevaba en volandas hacia un primer tanto que se resistía. Pero no llegó y al descanso ya imperaba la sensación de que esa segunda mitad, con el fondo de testigo, sería de los que se recordarían durante mucho mucho tiempo.
El gol del Alavés y los mil intentos del Rayo
Aunque la lógica marcaba que con el tiempo todo caería por su propio peso, ya sea en marcador o en sensaciones, fue el Mallorca el primero en dar el susto, con un disparo de Muriqi desde fuera y otro cabezazo que detuvo Batalla. Era otro equipo porque solo unos segundos después, el 'pirata' tiró con rosca al palo largo y el balón se marchó por milímetros. Ironías del destino, en el estadio de 'La Vida Pirata' y los 'Bukaneros', un rival con el mismo mote les podía despertar del sueño.
Entre la amarilla y el arranque impreciso de los locales, Iñigo metió la primera variante. Cómo no, Pedro Díaz. Sorprendieron más las formas, solo con cuatro minutos de segunda mitad disputados. No fue el '4' el artífice, si bien el Rayo reaccionó de inmediato, con un mano a mano que Greif paró a Álvaro, otra soberbia parada del meta ante el rechace de Isi y un barullo dentro del área que De Frutos no cazó de milagro. De la calma de la primera al frenesí de la segunda. Un billete europeo en juego implica sí o sí alto voltaje. O, como dicen aquí, ¡a las armas!
Y la intención de la primera mitad de solo mirar a Vallecas, claro, también se diluyó. No todos los días está a tu alcance meterte en Europa y, para colmo, te pueden ayudar los demás. El penalti del Alavés se celebró como medio gol, cuando lo transformó Carlos Vicente, como uno entero. El Rayo estaba octavo, sin ganar, y con la posibilidad de marcar y ascender a la séptima plaza. El escenario ideal.
¿Iría acompañado eso de una relajación para conservar el resultado? Ni mucho menos. Depender de uno mismo es un privilegio que no todos tienen a su alcance, que se lo digan al Leganés. El Rayo lo tenía claro, había que marcar. De hecho, su entrenador reculó con lo del doble lateral y metió más batuta con Gumbau. De nuevo, como si fuera una lanza al equipo, llegó otra ocasión de las que duelen en días así: De Frutos pecó de ímpetu y lanzó arriba un mano a mano con el meta bermellón. Ahora sí que fue la responsabilidad del cambio, el recién llegado volvió a tener otra clara con un disparo franco desde la frontal que mandó a las nubes. Y otra más, de Álvaro García. El Rayo tronaba.
¡El Rayo es de Europa!
Tic, tac, el tiempo corría y el escenario seguía siendo inmejorable. Ante todo, no hay que olvidar que aunque la Conference es un sueño para el Rayo Vallecano, la Europa League estaba a un solo gol de llegar. De Frutos, el más activo en ataque, lo sabía y peleaba cada balón como si le fuera la vida en ello. Un jugador casi recién llegado, que no tuvo fortuna la pasada campaña y que ya se ha empapado de la cultura del barrio como uno más.
Otro igual es Pedro Díaz, este sí recién llegado y con un disparo privilegiado además. Vallecas anda rendida. Un chut suyo dio comienzo a un minuto de vértigo con tres ocasiones y Greif en modo estelar. El Rayo, ya desatado, perdonó una y otra vez: el balón no quería entrar. Iago Aspas marcó en el Coliseum y ya el sufrimiento se desató. Más aún con el empate de Osasuna. El camino recorrido fue la llave del éxito. Este equipo mereció Europa durante todo el año y lo cerró con justicia y emoción. Vallecas, Europa te espera.
La ficha del partido:
- 0- Rayo Vallecano: Batalla; Balliu (59' Gumbau), Lejeune, Aridane, Chavarría; Ratiu, Unai López (50' Pedro Díaz), Pathé Ciss, Álvaro García; De Frutos (88' Trejo), Isi (88' Embarba).
- 0- Mallorca: Greif; Mateu Jaime, David López, Raíllo, Toni Lato (78' Mojica); Antonio Sánchez (72' Dani Rodríguez), Mascarell (64' Morlanes), Samu Costa, Darder; Domenech (72' Jan Salas), Muriqi (64' Larin).
- Árbitro: De Burgos Bengoetxea, ayudado en el VAR por Hernández Hernández. Amonestó a David López, Unai López.