El capitán del Espanyol que hace historia en el Girona con seis kilos menos: "Llegó herido en su orgullo..."
David López será uno de los protagonistas del encuentro en Montilivi al reencontrarse con el que fue su equipo de siempre.
Parecía inimaginable que David López, santo y seña del Espanyol, canterano procedente de la Damm pero criado en Sant Adrià, a quien Mauricio Pochettino lo hizo debutar en Primera y Óscar Perarnau lo rescató del Huesca para ponerlo en la línea delantera del fútbol internacional, sea ahora uno de los bastiones del Girona a sus 35 años. De un Girona, además, que juega la Champions, y donde el central de Sant Cugat ha logrado algo que permanecerá en la memoria de todos: se convirtió en el primer goleador de la historia del club en esta competición con su zurdazo tras un córner ante el Feyenoord. Así es el fútbol y así es la historia de David López, que en sus mejores años apareció, incluso, en las quinielas para ir a Selección, especialmente aquel curso 2018-19 en el que formó con Mario Hermoso una de las parejas más interesantes de LaLiga.
"Cuando llegó, se tomó esto como una oportunidad, estaba herido en su orgullo y sabía que lo tenía que aprovechar", explican fuentes de la entidad rojiblanca, que conocían muy bien al canterano, especialmente Santi Pou, quien fuera uno de los scouters del Espanyol de Ramon Planes. De hecho, se encargaba de seguir las evoluciones de los cedidos, y David López se marchó al Terrassa y al Leganés, en Segunda B, donde fue nombrado Don Pepino del año (distinción al mejor jugador). "Lo conocíamos muy bien, teníamos muchos informes, había realizado temporadas muy buenas y Quique Cárcel -el director deportivo del Girona es un asiduo al RCDE Stadium- lo había observado mucho en directo".
Por eso mismo, David López, que acababa contrato y no iba a renovar con el Espanyol, era una de las mejores opciones del mercado: libre, con experiencia (31 años), catalán, humilde, con calidad y con una gran capacidad de trabajo. Y todo eso adquirido en una etapa en el club perico inestable, con momentos supremos y otros frustrantes, especialmente marcado estuvo el central por aquel descenso en la campaña 2019-20 que erosionó una parte de la relación del futbolista con la grada. Algo que el tiempo cura. El central no guarda rencor, todo lo contrario, y la afición del Espanyol miró también con cierta nostalgia el rendimiento del central en el Girona con la manera de jugar de Míchel, que le va como anillo al dedo.
"Es un chico con una vida muy centrada, con la familia, con los hijos, que está fino y espectacular, se cuida y es un líder en el vestuario", relatan. Uno de los secretos de David López, que en su carrera ha estado castigado por las lesiones -incluso una rotura del ligamento cruzado de una rodilla-, ha sido su dieta. El futbolista ha perdido hasta seis kilos que le han ayudado a compensar mejor su cuerpo y a poder, incluso, soportar los tres partidos a la semana que tiene este curso el Girona, en complicaciones en la Champions. Las experiencias vividas le han ayudado a "no sentir presión y saber cuándo tirar del carro".
Se fue del Espanyol de la noche a la mañana para dar lo mejor de sí
Esta temporada ha participado en 16 encuentros y sigue siendo clave para un Míchel que lo elogia, y un central que le corresponde: "Disfruto mucho junto a él". Algo que no pudo conseguir en sus tres últimos años de perico: "Ya está hablado. La forma del adiós no fue justa. No había problemas con la renovación, pero hubo cambios. Me llaman en vacaciones para decirme que no cuentan conmigo y que la despedida debía ser ya. Por la mañana y entre semana. Fue el resumen de mi final. Una pena, y una espina clavada". Así se expresó el futbolista esta semana en La Vanguardia.
La carrera de David López ha dado muchas vueltas. Hasta los 24 años no logró jugar asiduamente en Primera. Lo hizo con Javier Aguirre como mediocentro, una posición que encajó con la manera de jugar del mexicano. Tan bien fue su curso, que el Nápoles de Rafa Benítez lo contrató. El de Sant Cugat jugó dos años, el primero de titular, el segundo como recambio habitual. Y se marchó a Sevilla para firmar por el Betis. Hasta el presidente lo anunció y el mediocentro pasó la revisión, pero antes de firmar llegó de nuevo el Espanyol y David López regresó a casa. Tenía 27 años y con Quique Sánchez Flores, y ante las necesidades del equipo, pasó a ser central, la posición en la que mejor se desempeñó.
Y, curiosamente, ahora con el Girona saborea quizás sus mejores momentos, cuando en el Espanyol se creía -fue el actual director deportivo del Valladolid, Domingo Catoira, el que decidió no renovarle- que sus mejores años habían pasado. Pero esos estaban por llegar, y esta tarde, con seis kilos menos, el que fuera capitán del Espanyol quiere seguir haciendo historia con el Girona.