Cuando el primer goleador histórico del Girona en la Champions fue Don Pepino y peleaba por no descender a Tercera
David López se enfrenta este sábado en Montilivi a su exequipo, el Leganés.
Hay pocos futbolistas más imprescindibles para Míchel que David López (Sant Cugat, 1989), que llegó en 2022 a Girona como agente libre tras abandonar el Espanyol por quinta vez; como él mismo reconoció en su despedida, se asoció su figura a la del descenso del conjunto blanquiazul en 2020 y eso le penalizó muchísimo. Estuvo muy cerca de no recalar en Montilivi, pero entre Quique Cárcel y el técnico vallecano le convencieron. Y terminó convirtiéndose en pieza clave en el mejor Girona de la historia y marcando, ante el Feyenoord, el primer gol de la entidad en la Champions League.
Habiéndose formado en el Sant Cugat, el Mercantil y la Damm, y tras firmar por el Espanyol en el último año de Juvenil, la primera vez que David López se marchó de Sant Adrià fue para irse cedido al Terrassa. Y la segunda, al Leganés, en 2011, cuando era un jovencísimo futbolista del filial perico que necesitaba minutos lejos de casa para foguearse.
Los encontró en el club madrileño que, como David López, ha cambiado mucho desde hace 13 años. Entonces, el equipo pepinero, que nunca había pisado la Primera División, competía en Segunda B, y con con apuros. Aquel curso 2011-12 sufrió lo indecible para no bajar a Tercera División, pues se quedó a apenas un punto de la promoción de descenso.
En la última jornada, el Lega certificó la permanencia con una goleada por 5-2 al Atlético de Madrid B en Butarque, que aquel día presentó una de las tres mejores entradas de su historia hasta la fecha, con protagonismo para David López. El centrocampista de Sant Cugat marcó uno de los tantos del encuentro y, al término del partido, recibió el premio Don Pepino que le acreditaba como el mejor futbolista de la temporada del equipo del sur de Madrid.
Un par de cursos después, el Leganés pudo abandonar el fútbol de bronce y ascendió a Segunda. Y al cabo de dos años, en la 2016-17, realizó su debut histórico en Primera División. Entonces, David López ya se había ido y vuelto otras dos veces del Espanyol tras una fructuosa cesión al Huesca y un formidable año de consagración en el primer equipo blanquiazul, a las órdenes de Javier Aguirre, que le valió un traspaso al Nápoles, uno de los grandes de Italia. De Butarque a San Paolo. Casi nada.
Dos años más tarde, cuando casi lo tenía cerrado con el Betis, el canterano perico regresó a casa como uno de los primeros grandes fichajes en el Espanyol de la era Chen Yansheng, impulsor de un nuevo e ilusionante proyecto en blanquiazul que, años más tarde, fue coronado con la clasificación para la Europa League. Fue el principio del fin de un equipo que 12 meses más tarde descendió a Segunda 26 años después, con David López como capitán y portavoz.
Al de Sant Cugat, dar siempre la cara le perjudicó, le señaló y, a la postre, terminó provocando su salida del Espanyol, el club de su vida del que se fue entre lágrimas. Se dejó convencer por el arquitecto del Girona y su fiel socio de Vallecas. Y el resto, ya lo saben, es historia. Muchos le dieron por muerto y resulta que, en su tercer curso en Montilivi, lidera la zaga de Míchel y ha entrado en los libros de historia de la entidad rojiblanca. Este sábado, ante su exequipo, recordará cuando, lejos de las mieles de la Champions, fue Don Pepino y competía en el barro del fútbol semiprofesional.