El Barça es el gran perjudicado del (no) partido de Miami y será un fijo para el proyecto de jugarlo en 2025
Tras alargarse las obras del Camp Nou y no poder estrenarlo en la 24-25, iban a paliar esa falta de ingresos con los 5 millones que les suponía jugar en EE.UU.
Sin hacer demasiado ruido se ha diluido el partido oficial de LaLiga que (sobre todo) Barcelona y Atlético de Madrid querían disputar en Miami el próximo 21 de diciembre. No ha sido posible por tiempos, por situación social y por la situación política dentro de la RFEF. Lo volverán a intentar por cuarta vez y, en esta ocasión, parece que ya no habrá más obstáculos para que se cumpla. LaLiga y Relevent han ido salvando uno a uno los obstáculos y, con un presidente de la RFEF ya formalmente elegido, no deberían tener ningún problema en 2025. Y en ese proyecto, casi con total seguridad, va a estar el Barça.
El caso es que renunciar al encuentro en el Hard Rock Stadium ha sido un palo para todos... pero sobre todo para el Barcelona de Joan Laporta. La excelente situación deportiva parece haber echado tierra por encima de todos los problemas económicos de la entidad. Y no sólo echa tierra, también algunos millones de euros, los que el Barcelona opta a ganar como ingreso extraordinario gracias a sus buenos resultados en Champions League. Llegar (por ejemplo) hasta las semifinales sería un alivio muy considerable y todo lo que sea plantarse en cuartos ya será lo suficientemente bueno. Pero hasta aquí las buenas noticias, por ahora, en la parte de la pasta...
El conjunto azulgrana terminó el pasado mercado de fichajes con verdaderos problemas, por tercer verano consecutivo, para inscribir a sus jugadores, teniendo que aprovechar las bajas de lesionados de más o menos larga duración como Christensen (así entró Dani Olmo) o Araujo (que sirvió para meter a Iñigo Martínez dentro de la plantilla oficial). Estaban a la espera de poder cerrar el nuevo acuerdo de patrocinio con Nike, que hubiera aclarado mucho el panorama financiero... pero no lo pudieron lograr.
De esta forma, consiguieron salvar los muebles en lo que a inscripciones se refiere gracias a esas dos lesiones. Pero tenía trampa: el 1 de enero, si el Barcelona seguía excedido en su límite de plantilla, Dani Olmo dejaría de estar inscrito en LaLiga. Ese problema también se ha solucionado solo: la lesión de Ter Stegen cubre de sobra el salario de Dani Olmo... e incluso algo más. Pueden volver a inscribirlo. De ahí que las urgencias, por ahora, sean limitadas.
¿Dónde aparecen los problemas para la división financiera del Barcelona? Pues, además de la ya clásica repalanca, que es lo que lastra todo lo demás, el club se va a tener que enfrentar a otro número en negativo si no consigue abrir el Camp Nou en la temporada 2024-25. Y todo indica que no lo van a lograr... Estamos hablando de -10 millones de euros, que eran los que tenían pensado ingresar por volver a poder explotar locales comerciales y zonas vip de su estadio y abandonar Montjuic.
Ese problema parecía resuelto, al menos parcialmente, por el partido oficial de Liga que iba a disputarse en Miami el próximo 21 de diciembre frente al Atlético de Madrid. El beneficio para el Barcelona iba a rondar los 5 millones de euros (seguramente más), una cifra absolutamente incomparable a lo que les supondría en caso de jugarlo en la Ciudad Condal. De hecho, muchas de las prisas derivadas de los preparativos para este partido sólo tenían una explicación: "Es que el Barça lo necesita".
Por supuesto que ese partido en EE.UU. iba a ser muy rentable para todos, su rival y el resto de clubes de Primera afianzarían un acuerdo con un socio estratégico de mucho peso como es Relevent, responsable también de buena parte de las lucrativas giras americanas de pretemporada.
No pudo ser. Y eso que todos lo intentaron hasta el último minuto a pesar de no tener demasiado sentido porque dependían de un permiso de la RFEF... que nadie podía otorgar al no tener presidente. Dado el grado de consenso que había entre instituciones (por extraño que parezca), si hubieran intentado organizar ese partido con un presidente de la Federación elegido ya formalmente, lo habrían conseguido sin problema. Todos los demás organismos que tenían que dar su OK estaban sorprendente alineados y no parecían tener mayor problema.
Por eso sorprendía la premura y el empecinamiento en que fuera precisamente ese Barcelona-Atlético en diciembre, que era el que tenían preparado y por supuesto uno de los partidos más llamativos y fáciles de vender al espectador internacional de todo el torneo. En la RFEF lo que hay, por ahora, es una Comisión Gestora. La última vez que este organismo tomó decisiones de gestión más allá del día a día, estuvieron a punto de ser inhabilitados. Conceder el permiso para que se jugase un partido oficial en EE.UU. no parecía lo más "ordinario" y no era fácil que se arriesgasen a seguir adelante sabiendo la que les podía caer encima.
Además, la trágica DANA que ha asolado Valencia cambió radicalmente el foco y, además de que el tiempo se estaba agotando, los problemas pasaron a ser otros muchos más graves y la respuesta se centró en ayudar y coordinar la nueva realidad de LaLiga, aparcando hasta 2025 el proyecto del partido al otro lado del charco.
Queda pendiente, por lo tanto, retomar el partido de EE.UU. que casi al 100% de posibilidades contará con el FC Barcelona como uno de sus contendientes. De hecho, no sería nada extraño que, si en el sorteo de la próxima temporada el Barcelona-Atlético cae en una fecha razonable, sea el mismo partido el que se intente exportar. Con el Real Madrid fuera de la ecuación al tratarse de un tema directamente negociado por LaLiga, es evidente que Relevent se querrá asegurar el mejor partido posible. Sobre todo después de seis años de intentos fallidos...