Baraja y el Valencia pierden algo más que un asistente: por estos ejemplos Marchena ha sido clave
El andaluz abandona el club por motivos familiares.
Rubén Baraja sí. Carlos Marchena no. Ese es el titular de la jornada de hoy, lunes, y probablemente el de la semana en el Valencia Club de Fútbol. El Pipo ha aceptado renovar su contrato con el club de sus amores mientras que Marchena se vuelve a Sevilla tras conseguir cumplir la misión a la que vino: salvar al Valencia. El adiós de Carlos, al que él mismo alude temas familiares al menos públicamente, supone la pérdida de un activo tremendamente importante para Rubén Baraja, para el equipo y para el club en sí.
Porque más allá de todo lo que se denominan 'intangibles': el respeto que infunde Marchena, la leyenda que es etc. Su aportación ha sido extremadamente clave para que el Valencia saliera del atolladero. Simplificando las tareas de Carlos podría parecer que ha sido un asistente, que es lo que estipulaba su 'etiqueta', pero a la hora de la verdad ha habido diversas funciones que gracias a Marchena, han mejorado en el Valencia.
Por una parte, Carlos lideró la mejora defensiva en el equipo. El Pipo entrenaba a la totalidad del equipo, pero fue Marchena el que focalizó en los apartados defensivos y el que más hablaba con los zagueros y les aconsejaba. El resultado fue mejora en el promedio de goles encajados por partido (de 26 goles en 21 jornadas antes de Baraja a 19 goles en 16 jornadas después) y más porterías a cero en menos partidos (3 porterías a 0 en 21 jornadas antes de Baraja, 4 porterías a cero en 19 jornadas después de Baraja).
Por otra parte, cuando Baraja llegó al club una de las máximas que quiso tener fue la de enchufar al mayor número de jugadores posibles. La viva prueba de ello es que cuando apenas llevaba cinco partidos, todos y cada uno de los jugadores de campo ya habían tenido minutos y su oportunidad. ¿Cuál fue el rol de Marchena ahí? Él fue el encargado de hablar, aconsejar y charlar tranquilamente con los que menos minutos tenían. Con Baraja focalizado en el grupo y en conseguir resultados, Carlos era el que hablaba con los menos habituales en privado y trataba de mantenerles enganchados a la rueda.
De hecho, una situación así fue la que llevó a que Carlos protagonizara el momento más tenso en el vestuario que ha tenido desde que llegó al cuerpo técnico de la entidad, al ocurrir un desencuentro con Samu Castillejo cuando este empezaba a desconectar tras ser suplente en repetidas ocasiones. Fue Marchena quien vivió ese desencuentro y quien evitó que la imagen de Baraja en el equipo se 'quemara' por sufrir un choque con un futbolista.
Así que el Pipo no solo pierde a un asistente, pierde a su mano derecha y principalmente a su amigo. Si el entrenador quería que el club se reconstruyera desde la "exigencia máxima" en todos los estamentos, su baja es un palo enorme para él mismo y para el propio club. Marchena era el padre de la España campeona del mundo, el padre del Valencia que se ha salvado in extremis y ahora volverá a ser un aficionado más.
Baraja busca su nuevo Marchena
Con la salida de Marchena consumada, Baraja busca ahora a su nueva mano derecha. No son pocas las posibilidades que tiene el preparador, entre ellas contar con alguna de otras leyendas del doblete. Hasta el momento se ha apuntado al nombre de Miguel Ángel Ferrer Mista, si bien el exdelantero no ha recibido hasta este momento la llamada de Baraja.