Benzema ya medita la retirada y volverá al Real Madrid
El francés no descarta incluso que su adiós al fútbol sea el próximo mes de mayo y no en 2026 como piensa el Al-Ittihad, su actual club. Ya pactó con el club blanco su regreso como embajador.
Uno de los asuntos más complejos en el deporte es decidir el final. Hay jugadores, casi una mayoría, que exprimen su carrera hasta que el cuerpo o el balón les echa del verde, a toque de retreta. Por mucha obstinación que tengan, siempre se acaba imponiendo aquello de que "fue el fútbol el que me retiró". En cambio, hay otros que, con el cuerpo y las aptitudes en gran estado de revista, escogen dar un paso al lado antes de marcharse por la puerta de atrás. Karim Benzema (36 años) se encuentra en este punto. El delantero francés ya medita la jubilación y no descarta incluso que pueda ser en 2025, al acabar la actual temporada.
Aún no ha tomado la decisión definitiva, pero reconoce síntomas que le empujan a esa reflexión. Con el palmarés colmado y tras una temporada y media en el Al-Ittihad, empieza a estar cansado de las rutinas diarias, como los entrenamientos, que en Arabia se celebran por la tarde (19:00 horas) debido a las altas temperaturas matutinas. Cuando un jugador llega al crepúsculo de su carrera, lo que más erosiona las ganas es el día a día, toda esa parte de sacrificio que tiene el fútbol y que va más allá de los 90 minutos. A esto se le añade una cierta fatiga mental acusada después de un comienzo duro en el club. Y, sobre todo, está la motivación de vivir en Madrid.
Aunque el Al-Ittihad está ahora muy profesionalizado, con la llegada de Ramón Planes a la dirección deportiva, la implantación de protocolos, el desarrollo de instalaciones y de un modelo a largo plazo, su aterrizaje en suelo saudí la temporada pasada y en una liga que daba sus primeros pasos para ser grande no fue sencillo. Recibió críticas por su bajo rendimiento inicial [fue tal el torrente que llegó a cerrar su cuenta de Instagram], su entrenador Nuno Espirito Santo fue despedido en noviembre y con el sustituto, Marcelo Gallardo, vivió algo más que un divorcio, con plante incluido. El técnico argentino exigió a la entidad el despido de la estrella, pero quien acabó con el finiquito en la mano fue él.
Sin embargo, superado ese primer año turbulento, las constantes han vuelto a la normalidad mientras se ha aislado en una mansión de lujo. Con Laurent Blanc en el banquillo y más adaptación a Jedahh, Benzema ha encontrado el golpe de pedal. Está fino, comprometido con el proyecto [su equipo es líder] y enchufado. Es el máximo goleador de la plantilla, con 10 tantos en 11 partidos, y segundo en la carrera por el pichichi del campeonato, empatado con Cristiano y a sólo dos celebraciones de Mitrovic (12). No obstante, su buen momento no le impide ver el bosque. Por eso, en las últimas semanas ha abierto internamente el melón de su adiós definitivo al fútbol. Un desenlace que también se rumia en las entrañas del Al-Ittihad.
Si bien creen que lo más probable es que cuelgue las botas en 2026, cuando finaliza su contrato, y no en 2025, el club tampoco vería del todo mal una retirada el próximo año. Por un lado, se ahorraría el sueldazo de Karim, en torno a 100 millones de euros; y por otro, continuaría vinculado a la entidad y a la liga, cobrando menos pero acudiendo como imagen sólo de vez en cuando. El galo, poco a poco, ya va asumiendo ese rol más de estandarte e icono pactado que de empleado, como admitió en una entrevista con la revista GQ: "Aquí en Arabia Saudí no soy sólo un futbolista, también soy un embajador. Estoy aquí para traer grandes jugadores europeos en un futuro próximo, aunque ya hay algunos grandes en la liga. Nuestro reto es elevarla al mismo nivel que las ligas europeas".
Un acuerdo al que le sobran los motivos
El futuro de Benzema a corto plazo, por tanto, se visualiza en Oriente. Pero también tiene claro el porvenir cuando pone las luces largas y ese no pasa por otro lado que no sea el Real Madrid. Según pudo saber Relevo, el delantero, segundo máximo goleador de la historia blanca, ya tiene pactado con el club ser su embajador por el mundo y, sobre todo, en la zona árabe. Un movimiento programado que no es extraño. El primer motivo se halla en su excelente relación con Florentino Pérez. Su marcha del Bernabéu, un año antes de lo que el presidente previó, no deterioró un vínculo que va más allá del fútbol. Para el dirigente, siempre será su 'enfant' predilecto, el único al que fue a buscar directamente a la puerta de su casa para cerrar su fichaje en 2009 y el mismo que le llevó a perder la compostura en el palco para festejar, manos en la cabeza, uno de sus goles. Además, es conocida su querencia a abrir las puertas del club a las leyendas. Para el '9', por su parte, Florentino siempre será una figura clave en su carrera, el hombre que supo llegar a él y empoderarle.
El futuro retorno de Benzema al Madrid también atendería a razones afectivas [el jugador, siempre que puede, viaja a la capital de España, donde tiene casa y un entorno consolidado con los años] y de negocio. Para el club de Chamartín, su incorporación para asuntos de representación entraría en la categoría de fichaje estratégico. Nadie mejor que él para llevar el nombre del Madrid por Arabia y ser un reclamo de marketing en un mercado en auge económico y al que el departamento comercial y de patrocinio del club no le quita ojo.
Sin ir más lejos, en la pasada Supercopa de España, varios miembros de estas secciones viajaron con el equipo para mantener reuniones con empresas saudíes en busca de beneficios. La inclinación hacia ese lado del mundo se certifica con la lista de patrocinadores árabes firmados (The Saudi Investment Bank (SAIB), unos de los bancos más importantes del país, propiedad del estado; Fly Emirates…) o proyectos como el Real Madrid World, el parque temático de Dubái. La figura de Benzema multiplicaría el impacto.
Así pues, mientras el francés apura sus últimas gotas de calidad sobre el césped, fuera de él ya tiene parte del camino asfaltado. Primero en Arabia y después en el Real Madrid.