Benzema espera clemencia de la "decepcionante" Arabia mientras monta una playa y un Kinépolis en su nueva mansión de Madrid
El francés se siente defraudado con el nivel de su liga y desearía salir pese a que tiene asimilado que no le pondrán facilidades. La razón: su contrato (2026) va más allá del fútbol.

Karim Benzema (36 años) es más rico que hace un año pero también está más arrepentido y frustrado que cuando era jugador del Real Madrid. En su reciente visita a Madrid se lo dejó bien claro a todos aquellos amigos con los que se reencontró. El delantero francés, en plena recuperación de una rotura en el gemelo, aprovechó el viaje para terminar de cerrar algunos detalles de su nueva casa en el corazón de La Moraleja y, ya de paso, para desahogarse por lo que está siendo una "decepcionante" experiencia en Arabia Saudí.
El internacional, que no pudo jugar con el Al-Ittihad desde el pasado 20 de abril por esta nueva lesión muscular (este curso ya tuvo problemas en un pie y en la espalda), compartió su enfado con los colegas que mantiene en la capital de España. Alguno de ellos reconocen su malestar por el bajo nivel futbolístico de la competición, por las deficientes instalaciones con las que cuenta la competición y por la falta de profesionalización en algunas áreas que él considera cruciales para el correcto ejercicio de su profesión. El acoso de los hinchas también le tiene contrariado. La comparación con el Real Madrid o la selección francesa no dejan muy bien parado a la Saudi Pro League.
Karim, según varios de sus allegados, está tan molesto con la situación que ha deslizado que le gustaría salir de allí, al menos de su actual club,aunque también reconocen que tiene bastante asimilado que después del contrato que ha firmado no van a claudicar fácilmente a sus deseos. Aunque el exariete del Real Madrid no visitó Valdebebas, su presencia en Madrid a principios de mayo coincidió con la disputa de la ida de semifinales de la Champions que el equipo blanco disputó en Múnich y que comenzó a encarrilar su presencia en Wembley. Una realidad que, pese a alegrarle, también le dejó cierto resquemor de que podría haber aguantado al menos una temporada más de blanco. No se puede decir que está arrepentido de irse, ya que ahora es más multimillonario aún, pero ha comprobado que lejos del Bernabéu hace mucho frío. Ya le sucedió a Cristiano y hace nada a Sergio Ramos.
El fondo saudí que está haciendo posible este desembarco de estrellas en Arabia, como mucho se plantearía darle la posibilidad de cambiar de equipo e ir a parar a otro de los más punteros de la Liga. No variaría demasiado el plan estratégico de la dirección, que no es otro que el de distribuir a los futbolistas de más nivel entre todos los clubes participantes para incentivar la competitividad. Pero nunca van a permitir que se marche del país a las primeras de cambio cuando ha firmado un contrato hasta 2026 por 200 millones de euros y tras haber disputado sólo 29 partidos (23 goles). La razón es sencilla: el vínculo va mucho allá del fútbol, ya que Benzema es imagen del gobierno, de la federación y del campeonato. Permitirle el capricho de marcharse en el primero de los tres años de contrato sería reconocer que algo no funciona. Sólo se podrían plantear una salida de Benzema a Europa si llega una oferta jugosa y, además, son capaces de convencer a otra estrella como Salah que pueda coger esa bandera musulmana como ilusionante imagen futbolística de la liga.
Las alternativas
Es más, este fondo asegura que Benzema, de momento, nunca ha amenazado literalmente con marcharse. Y eso que no le convenció el primer entrenador que tuvo en el vestuario (Nuno Espírito Santo) ni detalles como que se hubieran realizado muchos menos fichajes de los que le prometieron o que arriba, en la delantera, sólo llegara Jota, del Celtic, y que estuviera varios meses sin ficha al no resolver sus papeleos con el departamento de extranjería. Lo que sí queda patente es que su desánimo con la situación ha ido a más. Si las informaciones que se publicaron en enero, de que Karim había abandonado el país, podían estar algo distorsionadas, ya que el futbolista pidió vacaciones para visitar a sus familiares en EEUU y éstas fueron aprobadas por su club; ahora su deseo de volar se ha multiplicado. Es un secreto a voces. Y le ocurre algo similar a más jugadores que apostaron fuerte por aceptar los cantos de sirena como Laporte o Gabri Veiga.
Benzema tiene bien claro que su futuro, a corto o medio plazo está fuera de Yeda y de Arabia y pasa por Madrid. Por eso acaba de estrenar una nueva mansión en uno de los barrios más exclusivos del extrarradio de la ciudad. Los que han podido visitarla ya cuentan que ha ordenado construir una playa artificial que, "por momentos no lo parece", con numerosas palmeras que impresionan, y que la finca cuenta con hasta con una sala de cine "que parece Kinépolis" y con un parking que parece un museo de coches deportivos de última gama. Pese a que Karim a veces pasa más tiempo en el aire que en la tierra por sus múltiples viajes, su futuro pasa por la ciudad a la que llegó en 2009 con 21 años tras los informes que había dejado Julen Lopetegui en su día en el Real Madrid. Será su campamento base este mismo verano en el que no participará en la Eurocopa por la mala relación con Deschamps y su enésimo capítulo de amor-odio con su selección.