FEDERACIÓN

La Federación ya tiene estrategia si la condena del Supremo a Louzán es firme: Merchán de presidente y el gallego como CEO

Algunos barones allanan el camino con el Plan B que pondrían en marcha, con triquiñuelas en la Asamblea del 10-F y elecciones mediante, si el actual mandamás no puede seguir siéndolo.

Sergio Merchán, a la izquierda de la imagen, junto a Pedro Rocha y Rafael Louzán. /AGENCIAS
Sergio Merchán, a la izquierda de la imagen, junto a Pedro Rocha y Rafael Louzán. AGENCIAS
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Ante el río revuelto en el que navega en los últimos tiempos, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se ha acostumbrado a tener siempre un plan B para todo. Aunque no haga falta utilizarlo. Ya lo acariciaba en la sombra en las últimas elecciones, por si Miguel Galán comprometía la candidatura de Rafael Louzán y había que elevar a un delfín como alternativa. Y ya tiene un as similar en la manga en caso de que el Tribunal Supremo le frene los pies al gallego próximamente con la sentencia de siete años de inhabilitación para cargo público que pesa sobre él. Lo curioso es que, tanto antes como ahora, pocos directivos en Las Rozas se esfuerzan en disimularlo.

Al revés. Según ha podido saber Relevo, varios de los barones más afines a Louzán ya van deslizando cuál es la estrategia de la institución en caso de que la sentencia sobre la que se debate el 5 de febrero le impida seguir en el sillón presidencial después de ganar las elecciones el pasado 16 de diciembre a Salvador Gomar. Estos presidentes leales a la causa, con Joan Soteras y Jacinto Alonso a la cabeza, llevan días allanando el camino con explicaciones muy didácticas a todo el que quiere escucharlas acerca de cómo se recompondría la institución si el Consejo Superior de Deportes, tras escuchar al Supremo, decide que hay que volver a celebrar elecciones en la Federación. El nombre de Sergio Merchán, vicepresidente de la RFEF, que ya fue el plan B en los últimos comicios, vuelve con más fuerza a escena.

Eso, siempre y cuando no funcione la triquiñuela que está en cocción en la Junta de hoy para intentar llevarla a la Asamblea Extraordinaria del próximo 10 de febrero. Y que no es otra que la de estudiar una modificación de los estatutos para que, en caso de palo judicial para Louzán, su condena para cargo público no le afecte a la hora de dirigir la RFEF (entidad privada con funciones públicas delegadas) diga lo que diga el artículo 60.6 de la Ley del Deporte. Un regate que la RFEF niega que hará y que, en todo caso, el CSD no pasaría por alto. De hecho, la intención ahora mismo de algunos dirigentes de la RFEF (que puede cambiar) es no enviar demasiada documentación a los los asambleístas y que se encuentren allí, en un sesión sin streaming, este asunto para debatirlo aduciendo que "es un tema de urgencia".

Así, atendiendo a esta táctica del plan B consensuada y tras la obligación de abrir las urnas otras vez, la Federación apostaría como candidato a la presidencia por Merchán, que fue secretario general de Pedro Rocha en Extremadura. Y en el equipo de trabajo de este hombre de paja resaltaría por encima de todos los demás Rafael Louzán. Pasaría de pilotar la nave de manera oficial a hacerlo desde una segunda línea, como le empujaría el Supremo y el Gobierno, con el nuevo cargo ejecutivo de CEO (Chief Executive Officer o director ejecutivo). Lo que vendría a ser un líder en la sombra que, al menos, desde este segundo plano inventado para él, satisfaría los deseos del Gobierno: que no represente al fútbol español como cabeza visible y a todo un país teniendo una condena firme a sus espaldas por prevaricación de sus tiempos como presidente de la Diputación de Pontevedra.

En principio, este plan sería totalmente legal, manteniendo a Álvaro de Miguel como secretario general y sin pisarse con el director general Manuel Lalinde. Y aunque para la opinión pública podría ser una jugarreta con pinta de fraude, a ojos del Gobierno sería una solución aceptable ya que a la ministra Pilar Alegría y al secretario de Estado José Manuel Rodríguez Uribes lo único que les escama es que un condenado sea el presidente. Otra cosa sería que Louzán fuera vicepresidente primero o algo así, donde estaríamos en las mismas ya que en muchas ocasiones, ante la ausencia del titular, tendría que hacer de presidente. Dentro de la RFEF, los que abrazan este plan consideran que lo de menos son los cargos, ya que Louzán seguiría siendo el que manda, manteniendo un sueldo elevado que se puede justificar fácilmente también con la responsabilidad que atesoraría sea lo que sea, y que Merchán no sería más que un cargo representativo que haría en cada momento lo que le manden.

El siguiente en la lista

Curiosamente, para que este escenario se pueda producir, con Merchán a los mandos y Louzán como copiloto, se tendrían que dar dos situaciones previamente. Primero, que el Supremo no revoque la sentencia que ahora mismo acorrala a Louzán. Pocos a su alrededor confían en la absolución —y más teniendo en cuenta las recientes declaraciones del Gobierno como si algo supiera ya al respecto...—, aunque existe la esperanza de que esos siete años se reduzcan considerablemente de la misma manera que ya le restaron anteriormente el delito de fraude. Y después, en segundo lugar, otra el bando oficialista tendría que volver a ganar las elecciones a la presidencia, donde votaría la misma Asamblea actual elegida el pasado 25 de noviembre. Aquí, nadie tiene dudas y todo el mundo, medio en broma medio en serio, ratifica las palabras de Fernando Sanz de esta misma semana: "Si hubiera una candidatura con Bill Gates y Elon Musk para presidir la Federación, no sacaría ni un aval...".

Parece que todo sigue atado y bien atado para ese candidato interno que emane de los órganos de poder actuales. Aquellos candidatos que quisieran dar el paso en unas hipotéticas elecciones —las quintas en menos de un año— tendrían que reunir el 15% de los avales (21) y es objetivo, del que ya pueden dar fe muchos afectados, no es nada sencillo de conseguir. El que más fácil lo tendría es Salvador Gomar, presidente de la federación valenciana y rival de Louzán en las últimas elecciones, puesto que ya consiguió 26 apoyos en diciembre y luego obtuvo el respaldo de 43 asambleístas en la votación. Pero salvo que el núcleo duro de barones se lo pidiera, algo difícil de que ocurra por no decir imposible, Gomar no volvería a dar el paso.

Las opciones de que haya más de un candidato en esas futuras elecciones pasan, según los expertos en la materia, por el atrevimiento de algunos soñadores de fuera. Ahí entrarían en juego otra vez Gerardo González Otero y Juanma Morales, aunque el único que tendría opciones de victoria real sería Emilio García Silvero, director de Integridad y de los Servicios Jurídicos de FIFA. Emilio empezó a destacar hace muchos años como canterano en la RFEF y conoce bien la casa. Además, goza del apoyo general. Pero su paso al frente (difícil que lo dé) dependerá, en buena medida, en lo que pase en el Supremo. La vista con Louzán es el 5 de octubre y, atendiendo a lo que dice la ley, la decisión se hará pública dentro de los 10 días posteriores a la audiencia, aunque los plazos siempre pueden prorrogarse.