La gesta del Barbastro da continuidad al pánico de Xavi pese a un aforo inesperado y una victoria amarga: "Estoy triste porque ha sido a mi amigo Manolo"

Hay idilios difíciles de explicar. En la quiniela de posibles sorpresas de esta segunda ronda de Copa del Rey, desde luego, no estaba el Barbastro. No tanto por el Espanyol, en el filo en Primera y en un ambiente de crisis con Manolo González en entredicho. Sino, más bien, por el propio equipo oscense, penúltimo en el Grupo II de Segunda Federación y que, además, había perdido los últimos cinco partidos. Por supuesto que había ambiente de ilusión, pero precisamente no venía en un momento que invitase al optimismo. Nada más lejos de la realidad, los locales hicieron de nuevo historia en el Municipal y se impusieron por dos goles a cero a todo un equipo de Primera. Impresionante.

Y eso que el ambiente en Barbastro era algo desangelado. Para empezar por el frío, con ocho grados de temperatura. Para seguir por el momento del equipo, que provocó que solo se vendieran en torno a 2.000 entradas. Y eso que no va un Primera División todos los días…Que sirva como referencia, este campo ha llegado a reunir a más de 6.000 personas o que la pasada campaña superó las 3.000 localidades vendidas en el enfrentamiento ante el Almería. No era una cuestión de precios, ya que 20 euros es una cantidad asumible para los abonados y los 35 del público general tampoco resultaban un delirio teniendo en cuenta la magnitud de la cita.

El presidente José Antonio Fierro se mostró incluso algo decepcionado: "El tiempo no acompaña, hace mucho frío. Además es laborable al día siguiente. Pero sí que nos esperábamos más gente. Deberíamos estar por encima de 2.500 ante un choque como estos y salvo que esto cambie y la venta se anime ese será el número". Razón tenía el mandatario, ya que el estadio presentó aproximadamente ese aforo, una clara decepción. Quien no se atrevió a comprar se perdió una noche para el recuerdo, aunque este Barbastro ya acostumbra a verse las caras con los mejores del país.

Ni siquiera hay que echar demasiado la vista atrás para recordar su última hazaña. Fue hace casi un año, también en esta ronda. En esa ocasión la víctima fue el Almería, a quien vencieron por un gol a cero. Para entonces era su primer partido en la historia contra un equipo de élite. En sus 89 años de historia, jamás lo habían logrado. A la primera fue la vencida, usando sus armas de la mejor forma que encontraron. Eso sí, Garitano no se lo tomó especialmente bien: "A nivel de duelos son mucho mejores que nosotros y en el juego no hemos podido superarles, nos ha costado mucho. El árbitro ha permitido desde el principio entradas de tarjeta roja y ellos al final ahí están muy cómodos, haciendo faltas todo el rato que han rozado la violencia muchas veces".

De hecho, se rebotó todavía más al valorar la magnitud de su fracaso: "Es un golpe duro, un desprestigio el venir aquí y no pasar. Es cierto que ha habido tres o cuatro entradas de roja directa que no se han pitado, pero para mí el Barbastro ha merecido ganar. Han sido mejores que nosotros". Aquel Almería era un desastre, pero no por ello había que quitarle ni el más mínimo mérito a un equipo que desde Segunda RFEF no solo ganó, sino que también lo mereció.

Lograr la clasificación en esta ronda como equipo de Segunda Federación prácticamente te asegura jugar contra uno de los clasificados de la Supercopa de España. Salvo sorpresa mayúscula, en esta ocasión el Barbastro se verá las caras con el Real Madrid, el Mallorca, el Athletic o el Barcelona. Aunque quizás no quieran a este último, pese a que siempre es uno de los dos favoritos. El motivo es tan simple como que ya se enfrentaron a ellos la pasada temporada y cerca estuvieron de costarle un susto a un Xavi Hernández que ya para entonces andaba algo desbordado.

Aquel día parecía que sería tranquilo. Fermín marcó a los 17 minutos y Raphinha pareció sentenciar en el 50'. Pero Adrià de Mesa recortó diferencias y Xavi tuvo que recurrir a pesos pesados como Gundogan o Lewandowski para salvar los muebles. Precisamente el polaco marcó el tercero desde el punto de penalti. Marc Prat, en el descuento, volvió a recortar diferencias e hizo creer a todo el Municipal con que era posible la hazaña. Se quedaron a las puertas de la gloria y demostraron ser un equipo titánico. Quién sabe si en esta ocasión convertirán el casi en el sí. De momento, ganar al Espanyol ya es una gesta que jamás hubieran imaginado.

Dani Martínez, entrenador del Barbastro, ha logrado una de las mayores gestas de su vida al ganar a un equipo de Primera División… y a un amigo. Así de paradójico resulta el torneo del KO, donde ahora se ven las caras con cuatro categorías y una diferencia infinita de presupuesto dos clásicos del fútbol modesto. Manolo González ha coincidido en decenas de ocasiones con el técnico rival, con el que siempre ha tenido un gran trato. Ahora, el fútbol ha recompensado todo su trabajo con un puesto en Primera División, desde la perseverancia, la humildad y el respeto de todos.

Por ello, no es de extrañar que el RCDE Stadium le brindara una sonora ovación en el triunfo ante el Celta y coreara su nombre, para emoción de un entrenador que se veía en la cuerda floja. Esta derrota, desde luego, es contundente y dolorosa, pero la amistad siempre está por encima de todo.

El técnico del Barbastro se mostró pletórico, pero también de capa caída por haber tumbado al que considera mucho más que un compañero de profesión: "Tenemos que hacer un gran trabajo, tenemos que acertar, y que ellos no estén acertados. Han tenido centros, remates... pero no han estado acertados. Arnau ha estado excepcional una vez más en Copa. Estoy muy contento por la victoria, pero triste porque ha sido a un amigo mío, Manolo, que es un gran entrenador".

Anécdotas aparte, este martes el equipo oscense ha escrito una nueva página de oro en sus libros de historia. Y ya son varias en los últimos tiempos. La siguiente comenzará ya en 2025, en la semana de Reyes. Melchor, Gaspar, Baltasar y el rey copero, el Barbastro.