UEFA vs FIFA

La guerra detrás de todos los jaleos del fútbol mundial: UEFA va a muerte contra FIFA y suma a FIFPRO para atacar a Gianni Infantino

La parte europea del sindicato internacional criticó el Mundial de Clubes (FIFA) pero no el aumento de la Champions, ni la Conference ni la Nations League.

Los presidentes de UEFA y FIFA, Aleksander Ceferin y Gianni Infantino, en una foto de archivo de 2020 en Wembley./EP
Los presidentes de UEFA y FIFA, Aleksander Ceferin y Gianni Infantino, en una foto de archivo de 2020 en Wembley. EP
Sergio Fernández

Sergio Fernández

En esta guerra no hay ningún santo, ninguna de las partes tiene la razón absoluta como para sacar el pecho y presumir. Porque sí, aunque no lo parezca, están enfrentandos de forma más o menos encubierta. Detrás de todos los jaleos del fútbol mundial hay una confrontación latente entre UEFA y FIFA. Y afecta a todos lo demás. Hasta en los asuntos más insospechados o en las minucias en las que es complicado pensar que pueda haber algo tan gordo por detrás... pues lo hay. En el pulso entre Ceferin e Infantino, siempre hay una pullita de un lado al otro. A ver cómo conseguimos explicar esto.

Hace bien poco, el 14 de octrubre, el sindicato de jugadores internacional, FIFPRO, en su parte europea, se mostró súper contundente y beligerante contra el Mundial de Clubes que la FIFA ha lanzado para esta temporada. Seguro que lo recuerdan: el flamante Balón de Oro, Rodri Hernández, deslizando la posibilidad de una huelga de los futbolistas y el inmediato apoyo de Ligas (sólo europeas) y el sindicato de la Premier. Ruedas de prensa en Bruselas y denuncias ante la Comisión Europea. Dejar caer la palabra huelga y reclamar sensatez en los partidos que juegan los futbolistas de los mejores clubes en un año en total, sumando selecciones y clubes.

Sin embargo, había una cuestión complicada de entender en aquel momento: parecía que el foco de toda la discusión estaba en ese Mundial de Clubes que estrenará FIFA este verano en los Estados Unidos. ¿Por qué? En realidad no dejan de ser, para la inmensa mayoría de los participantes, tres partidos cada cuatro años. Siete, en el "peor" (y más rentable) de los casos, para los finalistas. Cada cuatro años.

Era curioso ver cómo la mayoría de las críticas se pastoreaban hacia esa competición a pesar del sensible aumento de la Champions League, la implementación de la Nations League en selecciones y la Conference League, todas ellas competiciones UEFA que exigen un esfuerzo mucho más recurrente a los futbolistas. Todos los años. Y más desgaste. Estas competiciones parecían no existir en las criticas, o al menos obviarse en buena parte de las declaraciones públicas.

Pocos días después se entendió un poco mejor: UEFA acaba de hacer público un sorprendente acuerdo con el sindicato internacional de jugadores FIFPRO (de nuevo: con la parte europea de dicho sindicato, el resto de secciones no se ha pronunciado). Para que se entienda de forma muy esquemática: UEFA forma parte de FIFA, es su asociado en Europa. Si este apoyo en el Viejo Continente lo que hace es asociarle con el sindicato que, pocos días antes, te ha denunciado ante los tribunales (obviando su parte de culpa en todo el problema)... ¿qué sentido tiene?

El presidente FIFPRO Europa, David Terrier, con el de UEFA, Aleksander Ceferin. UEFA
El presidente FIFPRO Europa, David Terrier, con el de UEFA, Aleksander Ceferin. UEFA

Pues así ha sido. Esta semana anunciaron un memorando de entendimiento "para impulsar la representación de los jugadores y la cooperación en la gobernanza del fútbol europeo". Además, añadieron que el sindicato ocupará por primera vez un puesto en el Gobierno UEFA, a partir de mayo de 2025, cuando entrará a formar parte de su Comité Ejecutivo aunque sea sólo de forma consultiva. "Al invitarles a formar parte del Comité Ejecutivo de la UEFA, estamos creando un futuro más inclusivo para el juego, en el que el tema del bienestar de los jugadores estará en primera línea", manifestó Ceferin al hacerse público este sorprendente acuerdo. El presidente de FIFPRO Europa, David Terrier, lo celebró igualmente: "Estamos asegurando una voz más fuerte para los jugadores donde más importa. Nuestro diálogo continuo con la UEFA ya está dando resultados positivos". Es decir: pueden estar, pero no votar, lo que hace pensar mucho más en un acuerdo de tintes políticos, que sindicales.

Y, por si hubiera alguna duda en cómo van a funcionar las alianzas a partir de ahora, de nuevo la parte europea de FIFPRO celebró una reunión con los principales representantes de las Ligas Europeas (entre los que estaba el presidente de la española, Javier Tebas o el líder sindical de la Premier League, y ex CEO del Mallorca Maheta Molango) titulada algo así como "Mesa redonda entre empleadores y empleados". El comunicado que ilustró este encuentro hacía referencia a la citada denuncia del 14 de octubre ante, y después rezaba: "FIFPRO y European Leagues se comprometen a seguir manteniendo el diálogo en las próximas semanas y meses como un asunto prioritario".

La reunión entre Fifpro Europa y las Ligas Europeas, con Javier Tebas en el centro. E.Leagues
La reunión entre Fifpro Europa y las Ligas Europeas, con Javier Tebas en el centro. E.Leagues

¿De dónde viene esto?

A ver: tensión entre FIFA y UEFA ha existido de toda la vida. Pero para actualizarlo a una confrontación más vigente, entre los presidentes actuales, una de las chispas que prenden este fuego de forma decisiva fue la postura tibia de Gianni Infantino cuando se anunció la fallida Superliga. Ceferin vivió aquel proyecto de Florentino Pérez como un golpe directo al corazón del fútbol europeo y su reacción fue furibunda, uniendo a todos y recibiendo contestaciones casi inmediatas y contundentes.

Aquello duró apenas 48 horas porque el fútbol inglés, alemán, el PSG, y en definitiva casi todos los equipos se bajaron del barco a las primeras de cambio. FIFA, en todo ese proceso, se mantuvo en una oposición muy discreta. Tanto, que Ceferin lo percibió como un ataque. Y las relaciones entre ellos se torcieron sin remedio.

Se generó entonces una guerra fría en una relación que tampoco es que hubiera sido excelente: todos sabían que ambas instituciones se llevaban mal, pero mantenían las formas en los temas profesionales y seguían actuando de manera conjunta, cuando hacía falta, de manera muy civilizada.

Un pulso detrás de cada conflicto

Así, el cruce de pullitas entre unos y otros en cada conflicto que ha ido surgiendo se ha convertido en una constante desde la que se explican casi todas las polémicas del fútbol mundial. ¿Que Rodri raja del calendario y pide respeto para la salud de los futbolistas? El debate se deriva al Mundialito de FIFA, como por arte de magia. ¿Que se saca adelante este Mundialito? UEFA reúne a sus hombres fuertes para intentar hacer competencia a este torneo con una Eurocopa de clubes (contando con la ayuda de Piqué, por cierto). ¿Que Pedro Rocha acepta someterse a la comisión gubernamental de control de la RFEF para evitar que FIFA la intervenga? Ceferin le arropa, le lleva al palco y le muestra su más caluroso apoyo... hasta que se harta de él.

¿Cuando FIFA se echó al monte e intentó organizar un Mundial cada dos años? UEFA se juntó con CONMEBOL y, entre ambas y de nuevo con la ayuda de las grandes ligas europeas, les hicieron aparcar (y parece que olvidar) ese proyecto. Y eso que no parecía nada fácil... pero lo consiguieron.

¿Que el Gobierno quiere poner orden en el caos de la Federación? Renace el viejo cuento chino de las "injerencias" y empiezan a aflorar las noticias apocalípticas de que España se va a quedar sin Eurocopa o sin Mundial. Aunque nunca hubiera ni el más mínimo riesgo, en realidad. Ceferin, por cierto, nunca perdonó el silencio del ejecutivo español sobre la Superliga. Fue el único país que no se pronunció.

¿Que FIFA inhabilita a Rubiales en España? UEFA se mantiene en un prudente silencio dejando actuar y sólo se pronuncia después (en una entrevista en un medio de comunicación). "Ya está suspendido una vez, no hace falta suspenderlo dos veces", afirmó entonces Ceferin. Eso públicamente: varias fuentes confirman que, de hecho, la posición de UEFA inicialmente fue la de intentar protegerlo y que no cayera. Después, unos audios de la operación Brodie dan a entender que Ceferin quería echar un cable (financiero) al Rubiales ya derrocado. El mandatario esloveno lo negó, pero no sin dejar de mostrarle cercanía: "Le cogí el teléfono, ahora nadie quiere ni mirarlo", aseguró.

Y, así, en casi todo lo que ha ido ocurriendo. Mientras en el plano público la formalidad institucional se imponía y el día a día se trabajaba sin problemas, por detrás el conflicto aparecía de forma más o menos evidente en casi todos los asuntos futbolísticos internacionales... y hasta locales.

Un conflicto sólo en Europa

Obviamente esta pelea se ciñe a Europa. No se conocen grandes oposiciones al Mundialito de clubes ni al calendario en el resto del mundo. FIFPRO África, o Asia o América no han considerado que se esté explotando a nadie. Las únicas ligas que han protestado por esto son las europeas, que temen que el recorte del calendario sea sólo para ellas (restando clubes y partidos en sus torneos regionales).

El resto del planeta, mientras, mira con envidia el enriquecimiento constante del fútbol europeo y opinan lo contrario: quieren jugar más partidos y revalorizar sus derechos de televisión para crecer tanto como UEFA, que alcanza en muchas cosas una cuota de poder suficiente como para enfrentarse a cualquiera.

Porque al final (casi) todo va de eso: el mercado de la televisión es lo que riega de millones al mundo del fútbol. La tarta es una... y se acaba. Si uno saca una competición de selecciones (Nations League) el otro busca su pedazo extra en los clubes (Mundial de Clubes) y mientras, la ligas, temen quedarse como el rival más débil de esta pelea y eligen el aliado que más se ajusta a sus intereses. Lo que no quieren es que la cuerda se rompa de su lado y, al final, los que se terminen reduciendo sean los partidos de las competiciones nacionales, incluso teniendo que ser menos clubes por campeonato.

Se está librando una guerra (afortunadamente) silenciosa que, por ahora, está en una fase muy civilizada. Sin embargo, no sería nada raro que se recrudeciera: Ceferin anunció en febrero de 2024 que se marcharía del cargo en 2027. Infantino puede continuar, en principio, hasta 2031, pero en 2027 habrá elecciones. Las quinielas están sobre la mesa. ¿Que Ceferin se ve fuerte? Es posible que Infantino tenga un rival en las urnas... aunque quizá no demasiado temible. Es un poco lo que le ocurrió a Lenart Johansson: un presidente UEFA súper europeísta, uefacéntrico (con perdón por el palabro) que arrasaba aquí pero que, al llegar a África, Asia o América era mirado con mucho recelo. Y, claro: perdió (dos veces) contra Blatter.

¿Que no se ve fuerte? Pues entonces habrá que ver si cumple con su compromiso ese de dejar UEFA o aparece el clásico "ruego del mundo del fútbol" para seguir un mandato más y olvidar lo prometido. En Europa, desde luego, lo tendría ganado. Esta "guerra", que parece muy lejana, es una realidad latente que, además, afecta a todo el mundo del fútbol.