Los 'barones' quieren presentar a Yaye ahora si no prospera el plan de Galán y luego a Rocha (con cautelar) o a Lozano
La RFEF da por hecho que nadie externo se presentará a las elecciones a la presidencia pero que sí lo harán, "y varios", luego a las completas (Asamblea y presidencia).
Una vez que se han convocado oficialmente las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y cuya votación según el calendario electoral está prevista para el próximo 7 de octubre, se han sucedido las reacciones y ha comenzado el baile de nombres. La efervescencia institucional no cesa aunque sólo se trate de un proceso que tan solo servirá, en el mejor de los casos, para apurar -según marca la ley- un mandato 2020-2024 que ya lo está y para convocar a renglón seguido los siguientes comicios completos a la Asamblea, Comisión Delegada y Presidencia para el cuatrienio 2024-2028.
En primer lugar, Miguel Ángel Galán ha vuelto a escena como lleva tiempo amenazando. El presidente de la escuela de entrenadores CENAFE y responsable de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte (cuyo vicepresidente es Gerardo González) ha impugnado la convocatoria al entender que la decisión se ha regido por el artículo 31.8 de los estatutos de la RFEF y no por el 31.7 como aconseja la Orden Ministerial al quedar menos de seis meses de mandato y haber un presidente inhabilitado. A su juicio, esta situación obliga a la institución a convocar unas elecciones regulares, y no unas parciales.
Un caso curioso éste que da la razón a aquellos muchos amantes del deporte que en este asunto entendían poco y ahora ya no entienden nada. Y puede que no les falte razón. Galán va a impugnar ahora una decisión que exigió en su día por escrito, mientras que la Federación ahora defiende el 31.8 cuando hace meses se abrazó al 31.7 empujado, según fuentes internas, por el Consejo Superior de Deportes (CSD) en un deseo de agilizar los trámites y encontrar la estabilidad de la casa cuanto antes que más tarde tumbó el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Ahora, curiosamente, todos los protagonistas se desdicen.
Galán habla de esta impugnación como "una trampa" tendida en la que han caído con la que Rocha pretendía pedir otra medida cautelar que el madrileño quiere evitar con esta nueva acción judicial. La RFEF, por su parte, defiende su nueva postura -contraria a la de hace justo un año- porque se ha declinado por uno de los dos informes externos que ha solicitado. Estos han sido redactados por un catedrático de Derecho Administrativo y un ex Abogado del Estado -que jamás habían trabajado antes en temas deportivos- y sus informes son opuestos (uno abogaba por el 31.8 y otro por el 31.7) y en el que la gran diferencia estriba en el valor jurídico y semántico de la palabra cese.
Varias opciones
Líos interpretativos aparte, y para que cualquier lector que no es experto en derecho, el minuto y resultado de las elecciones en la RFEF es el siguiente:
Si la nueva impugnación que solicita Galán al TAD prospera, en ese objetivo de seguir marcando el camino, la RFEF deberá desandar el camino, deshacer la Comisión Gestora creada este lunes -con María de los Ángel García Chaves (Yaye) al frente- y volver a convertirse en Junta Directiva (son los mismos miembros bajo otro techo) y convocar elecciones completas a la Asamblea y a la Presidencia y no parciales. Pero si esta impugnación no es admitida, la estrategia en Las Rozas podrá seguir su curso. Y esa, como desveló Relevo, no es otra que salvaguardar a los barones, no quemar a nadie en el primer proceso y postular ahora a un candidato de la casa, y más tarde hacer lo propio en el otro proceso electoral con Rocha (con cautelar) o un barón de su cuerda.
De esta forma, la cúpula que ahora mismo gobierna la Federación con Rocha desde Cáceres -y Rafael Louzán (Galicia), Rafael del Amo (Navarra), Monje (Murcia) y todos los fieles al presidente extremeño inhabilitado desde la Ciudad del Fútbol- es que presentar a Yaye en caso de que haya elecciones presidenciales. Así, ningún barón tendría que dimitir de su cargo para dar el paso, con el riesgo que supone, y se podrían convocar elecciones regulares nada más ganar unas presidenciales para las que nadie espera rival. Los candidatos de fuera sólo tienen de plazo desde el próximo jueves hasta el lunes y eso hace casi imposible que logren el 15% de los avales: nada más y nada menos que 21 de 138.
Este sería el plan perfecto para ganar tiempo y trabajar en una doble vía. Por un lado, que Rocha pida y consiga la nueva cautelar que pida una vez que se convoquen las siguientes elecciones y, de esta manera, todo vuelva a su cauce, aunque el agua baje algo sucia y revuelta, y que parezca que todo haya cambiado para que en realidad nada cambie. El Rubialismo seguiría al mando. Ahí, uniendo fuerzas en torno a su figura, Rocha no tendría rival. El problema es si el juez no le concede esa clemencia. Entonces "habrá tiros" ahí dentro, como más de un presidente resume la situación que se puede llegar a dar.
Si se llega a ese escenario, algo más que probable, entonces los barones deben acordar un candidato de consenso pese a que las relaciones entre ellos se dinamitaron hace tiempo. Pablo Lozano (Andalucía) parece que es el que más fuerza tiene ahora ahí dentro. De hecho ahora ha sido la cara visible de la RFEF con la Selección y los que adulaban hasta hace nada a Rocha ahora se desviven porque el candidato esté cómo y sepa reconocer quién le ofrece las comodidades de cara al futuro. Por su parte, Salvador Gomar (Comunidad Valenciana) está tan desencantado con todo lo ocurrido en este último año que su entorno reconoce que ahora mismo está muy muy frío. Sin muchas más alternativas, entre investigados, directivos capaces, pero honestos con sus virtudes y defectos y egocéntricos sin apoyos suficientes como alguna vez han soñado, las territoriales necesitan unión como tabla de salvación porque a esas alturas del juego sí que habrá algún que otro candidato externo que, de verdad, puede amenazar el resultado final en las elecciones.
Pero para que veamos esa pelea, aún queda mucho tiempo. No se espera presidente estable hasta 2025.