F1 | GP DE LAS VEGAS

Cómo la Fórmula 1 y una controvertida ley convirtieron una escaleras mecánicas en el mayor atractivo turístico de Las Vegas

La seguridad impuso multas a todos aquellos que se quedaron quietos por la ciudad mirando el circuito.

Las escaleras mecánicas de la Fórmula 1./
Las escaleras mecánicas de la Fórmula 1.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Hecha la ley hecha la trampa. Una demostración elogiable de ingenio y gracia se ha viralizado como la pólvora en redes sociales en relación al Gran Premio de Las Vegas en la Fórmula 1. El circuito urbano solo tenía espacio para aquellos que pudieran permitirse una entrada, que, por supuesto, no era accesible para todos los públicos. Pero, efectivamente, es un circuito urbano, por lo que prácticamente toda la ciudadanía ha podido disfrutar del espectáculo automovilístico simplemente paseando por las zonas señaladas. Un comportamiento que las autoridades han tratado de reprimir con la imposición de multas para aquellos que aprovechasen los espacios de la ciudad para disfrutar de los coches sin haber pagado un asiento.

La solución que el público ha encontrado para poner en jaque a la Policía es... ¡¡¡utilizar unas escaleras mecánicas!!! Las Vegas apostó por multar a todos aquellos que se quedaran quietos en la calle en todas aquellas zonas desde las que se pudiera ver el circuito. Se habla de una cuantía de 150 dólares para aquellos que infringieran las normas. Por supuesto, se ha reforzado la seguridad para evitar a los más tramposos. Y aun así han conseguido sacar pecho y desafiar desde su habilidad.

En Spring Mountain y Las Vegas Blvd, fuera del Fashion Show Mall, hay unas escaleras mecánicas en continuo funcionamiento que justo dan a una zona del circuito por la que pasan los bólidos de la Fórmula 1. Abajo, hay unas vallas que impiden ver de forma correcta lo ocurrido en carrera. Además, el riesgo de quedarse ahí parado tratando de identificar a los coches es evidente, ya que la seguridad está autorizada para imponer un castigo a aquellos que se pasen de listos.

Pero nunca habrá una norma tan restrictiva como para agotar definitivamente el ingenio. Los espectadores han subido y bajado continuamente de las escaleras mecánicas en cuestión para poder grabar y fotografiar con sus teléfonos a sus pilotos de moda. No es para menos realizar tal esfuerzo: el circuito ha brindado un gran espectáculo deportivo y, además, ha coronado a Max Verstappen como campeónmundial.

Como no están quietos, sino en el continuo movimiento de las escaleras mecánicas, no hay castigo posible para ellos. Obviamente no disfrutan de la carrera en plenitud, pero es el mejor recurso posible para hacer frente a unos precios prohibitivos. Por ejemplo, el precio más barato para la carrera estaba en cerca de 500 dólares, antes del sábado por la mañana. Después, se incrementaron fruto de que se agotaron las más asequibles y ya solo quedaban VIPs o en posiciones inigualables.