Ferrari pide 'pax romana' entre Carlos Sainz y Charles Leclerc en sus dos últimas semanas como compañeros

La pax romana, decretada a punto de terminar el siglo I a.C., duró más de 200 años. La tregua que pide ahora Ferrari entre sus pilotos, en tiempos modernos, basta con que se prolongue 11 días, que son los que restan para que Carlos Sainz y Charles Leclerc dejen de coincidir en pista. Catar, Abu Dabi y dejarán de ser compañeros.

Aquel periodo de sosiego de hace dos mil años, según los expertos, aportó al Imperio Romano un auge en el comercio del Mediterráneo y un impulso a su cultura, que se desquitó de complejos frente a la griega. Lo que puede sumar a Ferrari la paz entre sus pilotos tras su incidente en Las Vegas de hace unos días, donde el monegasco estalló por radio contra el español, es el Mundial de Constructores, que no luce en las vitrinas de Maranello desde el lejano año 2008.

El equipo italiano se encuentra a 24 puntos de McLaren a falta de dos carreras en territorios, eso sí, más hospitalarios para los ingleses. Mientras, en Italia y según ha podido confirmar Relevo, el jefe de la Scuderia reunió a Sainz y Leclerc tras su roce en la última cita para evitar que se repita su último rifirrafe. "No me gusta hablar ante los medios sobre esto", dijo el español tras terminar tercero en Nevada. En Italia, por cierto, la mayoría de aficionados, elegirían el bando del monegasco si hubiera que mojarse.

El periodista Leo Turrini explica que Fred Vasseur, Team Principal de Ferrari, llamó a capítulo y tuvo unas palabras con sus pilotos después de la carrera: "Aquí nadie pide que seáis mejores amigos, tenéis dos fines de semana juntos y Ferrari exige una colaboración leal porque lo que está en juego es el Mundial de Constructores y renunciar a cualquier esperanza restante en aras de caprichos individuales sería intolerable".

Más allá de la precisión y exactitud de las palabras del jefe, el mensaje desde el equipo es claro: exigen un alto el fuego y una tregua tras el "probad a decírselo en español" de Leclerc por radio después de que Sainz le adelantara y le birlara el podio en Las Vegas. Este medio ha podido confirmar que Vasseur también reunió a los ingenieros de ambos para aclarar la polémica, ya que un mensaje erróneo de Bryan Bozzi al monegasco desató el lío.

A Leclerc le dijeron que su compañero no iba a adelantarle cuando, en realidad, Riccardo Adami pidió al madrileño que "no pusiera bajo presión" al otro coche rojo. Los planes de Sainz son claros: desea salir bien de Ferrari para mantener sus puertas abiertas en un futuro pero, si ve oportunidad de otro triunfo, no dará su brazo a torcer. Su relación con la escudería es magnífica, es muy querido y piensa a largo plazo, más allá del tiempo que pase en Williams. Quién sabe, además, cómo puede terminar la relación entre Hamilton y Leclerc compartiendo garaje.

En Catar y Abu Dabi, últimas carreras del español vestido de rojo, se espera que entren en acción las famosas órdenes de equipo desde el muro. El objetivo es sumar la máxima cantidad de puntos posible para pelear el Mundial hasta la última vuelta en Yas Marina y Ferrari pensará en el grupo. McLaren lidera con un colchón de 24 puntos con un buen puñado de unidades todavía en juego y con una pareja de pilotos inestable.

Desde el parón de verano, Sainz y Leclerc han demostrado ser una dupla mucho más sólida y constante que la formada por Lando Norris y Oscar Piastri. No obstante, el equipo papaya es favorito porque su coche se adapta mucho mejor a los dos trazados que restan. Ferrari, de remontar el déficit, celebraría un Mundial por primera vez en dieciséis años. No festejan desde la época de Kimi Raikkonen, cuando ganaron el de Constructores. Sus opciones pasan porque sus pilotos trabajen juntos.