El cariño que busca Carlos Sainz en Williams y con el que espera un mejor tiempo por vuelta

Carlos Sainz es extremadamente querido en Ferrari. Nadie lo pone en duda. Lo ha sido durante sus cuatro años en Maranello. En Williams, también lo será, pero a través de un cariño diferente. En Italia, siempre ha estado empatado en todo, o en casi todo, con su compañero Charles Leclerc, tanto en pista como fuera de ella. A pesar del runrún y de las luchas en pista, han estado a la par en números y en aliento recibido.

Los gestos de cariño hacia el español han sido infinitos: desde detalles en su cumpleaños hasta 'capotazos' y elogios públicos desde que se conoció que no seguiría en Ferrari. El jefe Fred Vasseur, su compañero de equipo y toda la escudería adoran a Sainz y, de hecho, no le cierran la puerta en el futuro para volver a trabajar juntos.

Nada más llegar a Azerbaiyán la semana pasada, el madrileño se encontró con un dilema. "¿Cómo es de importante que un piloto sienta el fuerte deseo de que quieran trabajar con él, como ocurrirá contigo en Williams?", le preguntó un reportero de RTBF Sport. El piloto contestó con contundencia: "Es la mejor sensación que puedes sentir en este mundo y, de alguna forma, estoy buscando allí (en Williams) un poco de eso".

Sainz ya está rodeado de cariño en Ferrari pero busca otro diferente en Williams. Allí, será idolatrado y se convertirá en un tipo de estrella diferente a la que es ahora. En Grove será el referente del proyecto, será cabeza de león. "Cualquier atleta quiere sentirse querido, quiere que su entorno le empuje y le quiera, motivándolo y apoyándolo en cualquier situación", añadió. Él rozará la devoción en Inglaterra.

El jefe de equipo James Vowles llega a abrumar con sus declaraciones sobre su nuevo piloto desde que se anunció su fichaje. El video en el que anunciaron el fichaje en la fábrica lo dice todo. "Mostramos al equipo un video de Carlos anunciando la noticia y no se podía escuchar ni una palabra al menos durante los primeros 45 segundos debido a los gritos y los aplausos. Esa reacción me dice todo lo que necesito saber: ellos creen en esta decisión tanto como yo".

El madrileño cree que ese nuevo cariño que sentirá en Williams le hará ir más rápido. Ve una relación entre el entorno de trabajo que se va a encontrar y su motivación al subirse al coche azul. "Pienso de verdad que, sintiéndose así, esa sensación te da tiempo por vuelta y te da rendimiento, puede que yendo a Williams haya tiempo por vuelta ahí, no puedo esperar a sentir eso".

El trabajo para que el coche vuele es responsabilidad de los ingenieros, que parece que han dado un paso al frente con el Williams. En las últimas citas, el monoplaza se ha asentado como el quinto de la parrilla y la escudería promete avances para el año que viene. Hay que darle un coche rápido a un piloto que llega tan motivado.