Un gorro con chiles, un hotel abarrotado y gritos en la celebración de Charles Leclerc: así fueron los 30 de Carlos Sainz

Monza.- Los treinta son los nuevos veinte. O al menos para Carlos Sainz, que es un piloto más maduro y rápido que nunca. Lástima que Ferrari decidiera prescindir de él cuando se encontraba en su mejor momento deportivo. En una fecha señalada como el Gran Premio de casa, lo volvió a demostrar: sujetó a los Mclaren lo que pudo para contribuir al triunfo de su compañero Charles Leclerc y desatar la locura en Monza.

En un lugar y una fecha concretos: su cumpleaños en su último Gran Premio de Italia de F1 como piloto de Ferrari. Su aniversario tuvo de todo y fueron veinticuatro horas frenéticas. En realidad, fueron más ya que arrancaron el sábado noche, cuando Sainz celebró en compañía de familia y amigos en un italiano. Su padre, por cierto, estuvo presente todo el fin de semana en el circuito.

Cena ligera y sin grandes celebraciones porque al día siguiente había carrera. El postre fueron los miles de 'tifosi' que esperaron en el hotel donde se hospedaba la 'Scuderia'. Por la mañana, el cumpleañero recompensó a todos. O a casi todos. Se detuvo con paciencia a firmar autógrafos, hacerse fotos y hasta soplar algunas velas que le acercaron a través de las rejas los 'tifosi' que le cantaban 'tanti auguri Carlos'.

Al llegar al circuito un rato más tarde, Ferrari le esperaba en su hospitality con una gran tarta de celebración. En realidad fueron dos, una con el número tres y otra con el cero en un acto limitado a equipo e invitados. Nada de periodistas. Lo que más llamó la atención de su vestimenta fue el gorro. Su sombrero de pescador amarillo con chiles de color rojo sobreimpresionados causó tendencia.

Tras la carrera, donde terminó cuarto y no pudo celebrar los treinta con un podio en Monza, más celebraciones. Ferrari festejaba por todo lo alto tras la victoria de Leclerc y Sainz se unió a las celebraciones en el box del monegasco. En medio de la foto de equipo y del descorche del champán, las decenas de miles de 'tifosi' que inundaban la pista empezaron a gritar "¡Carlos, Carlos"!

El español oyó los cánticos y no tardó en ir. Se subió a la valla del pit lane para estar cerca de los aficionados y empezó a saludar. Ahí llegó el momento más emotivo del día, cuando le cantaron el cumpleaños feliz en italiano. Miles de voces de aficionados entonaron la melodía mientras el madrileño lo grababa en su teléfono. Hay que decir que les orquestó unos segundos antes para ir todos al unísono.

Seguro que Sainz no olvidará sus treinta. Desde la ligera amargura de haberse quedado sin podio hasta todo el cariño con el que lo rodearon familia, amigos y equipo. Demasiados ingredientes excitantes juntos. La familia reunida, Monza, los 'tifosi'... y todo en su último año en Ferrari. Su siguiente cumpleaños será en Williams: los 31 los pasará vestido de azul. Todo será muy diferente entonces.