Charles Leclerc desata la locura en Monza; Carlos Sainz roza el podio y Fernando Alonso, los puntos

Monza.- Ferrari es capaz de lo mejor y de lo peor. Por muchos datos, experiencia e historias que uno acumule en la Fórmula 1, cuesta entender de lo que son capaces, en todos los sentidos. Echaron la casa por la ventana, como cada año en Monza, para ganar en casa. Lo es todo para ellos. Los 'tifosi' se llevaron una decepción el sábado en clasificación pero la alegría del año con la victoria de Leclerc.

Sus mejoras funcionaron para batir al coche más rápido, el McLaren. Sorprendentemente, Ferrari acertó con la estrategia arriesgando yendo a una parada. Su buena degradación permitió a Leclerc mantener a raya a Piastri, segundo, y a Norris, tercero. Carlos Sainz imitó la estrategia pero se quedó rozando el podio, cuarto.

No pudo despedirse con un podio de Monza en su cumpleaños. Ferrari no partía como favorita y sorprendió a todo el mundo desatando la locura italiana. Todo lo contrario para Red Bull y Aston Martin, que tienen que reflexionar. Alonso volvió a quedarse sin puntos por muy poquito, undécimo.

Cuando consigues un doblete en una clasificación, el mundo es de color de rosa. Aspiras a transformar ese doblete en una victoria y en un buen puñado de puntos en la carrera. Parece fácil, menos si eres McLaren. Por una cosa o por otra, teniendo el coche más rápido, siempre se les complican las cosas.

Norris la pifió en la salida y perdió un par de posiciones. Piastri fue valiente y le clavó un exterior a su compañero para ponerse primero. El australiano lideró durante toda la carrera y se quedó a tres segundos de la victoria. A mitad carrera, les dejaron pelear. Al británico le dijeron por radio "puedes correr contra Oscar, reglas papaya". McLaren volvió a demostrar que no sabe hacer las cosas fáciles. Al final, Piastri segundo y Norris tercero, con el coche más rápido.

Se les puede hacer la temporada muy larga. Poca gente en el paddock entiende qué le ha pasado a Red Bull, que ha pasado de tener un cohete a ser el cuarto coche más rápido en algunas carreras. McLaren ya está a otro nivel y Mercedes y Ferrari, a veces, tienen el día. La clasificación destapó las vergüenzas de Checo Pérez y Max Verstappen cuando clasificaron tan atrás.

Tampoco ayuda equivocarse en las paradas, la marca de la casa de los campeones. Red Bull, como la mayoría de equipos, decidió hacer una parada extra viendo la degradación y, el pit stop de Verstappen se fue a los seis segundos. Golpeó el volante porque sabía los pocos puntos que se iban a llevar. Otro fin de semana lejos de la victoria: sexto, Verstappen y octavo, Pérez.

Se agarró el podio hasta la última vuelta. Hubiera sido indescriptible la sensación de celebrar su cumpleaños con un podio en la última carrera con Ferrari en Monza. La inteligencia de Carlos Sainz salió a relucir cuando intentó lo imposible. Trató de aguantar en pista hasta el final, quedándose sin gomas, para regalar la victoria a su compañero Leclerc.

Los McLaren acechaban con una velocidad endiablada. El madrileño partía quinto y se vio en posiciones de podio durante unas vueltas. Piastri primero y Norris después le terminaron pasando para relegarle a la cuarta plaza. Más que meritorio. Una lástima no haber podido celebrar por todo lo alto con su afición. La vuelta de honor con Leclerc quedará en la retina.

Si Red Bull tiene dolores de cabeza, Alonso es experto en soportarlos este año. Que no le funcionara el DRS es solo un pequeño detalle que engrosa el jardín de enanos que tiene Aston Martin: no tienen ritmo los domingos y sus mejoras no funcionan. El asturiano se trabajó la estrategia lanzándole un undercut a Albon, con el que peleaba por la novena y décima plaza.

Hizo una parada extra y tuvo que remontar ante Colapinto y Ricciardo por entrar en puntos cuando, según él, Aston Martin es el séptimo equipo y su coche debería estar mucho más atrás. Alonso se quedó a medias en la remontada y terminó undécimo, sin puntos.