CICLOCROSS

Los secretos del salto de calidad de Felipe Orts: un crecimiento "español" y menos decisiones

El alicantino continúa acumulando hitos en esta campaña de ciclocross con un valioso podio en la manga de la Copa del Mundo disputada en Hulst.

Felipe Orts firma su podio en Hulst. /RIDLEY RACING TEAM / SPORTPIC AGENCY
Felipe Orts firma su podio en Hulst. RIDLEY RACING TEAM / SPORTPIC AGENCY
Fran Reyes

Fran Reyes

Hulst es uno de los circuitos más intrincados de cuantos conforman la Copa del Mundo de Ciclocross UCI, con descensos endiablados que abocan a la temeridad (que le pregunten a Cat Ferguson) y cuestas empinadas que, si se embarran, obligan a los ciclistas a desmontar y escalar por su pendiente como soldados por las trincheras. Tan complejo es Hulst que los observadores se preguntan si un trazado tan peligroso es adecuado para acoger el Mundial que se le adjudicó de cara a 2026, cuando prevén reunir nada menos que 50.000 personas en torno a la mayor exhibición posible de la disciplina invernal por excelencia del ciclismo.

Es en escenarios húmedos como Hulst que Felipe Orts (1995, La Vila Joiosa) se encuentra como pez en el agua. Lo capitalizó este sábado con un segundo puesto que supone su mejor resultado de siempre en la Copa del Mundo de Ciclocross UCI, mejorando el tercero que consiguió en Dublín para convertirse en el primer español de siempre en subirse al podio Elite masculino de este certamen. Un hito más en una campaña memorable en la que también se colgó la medalla de plata en el Campeonato de Europa disputado en Pontevedra.

En el apogeo de una trayectoria peleada y asentada a lo largo de años, Orts ha pasado de ser percibido como "una rareza", el español que se buscaba la vida para brillar en un deporte de belgas y holandeses, a ser un miembro de la élite mundial por derecho propio. No en vano, ha llegado a ser 8º durante dos semanas en el Ránking UCI, idéntico puesto que ocupa en la Copa del Mundo de Ciclocross UCI tras la celebración de las pruebas de Hulst (2º) y Zonhoven (23º, acusando su aversión a la arena que caracteriza a este circuito).

Una madurez relativamente tardía, bien entrados los 29 años. "La clave es que Felipe ha crecido al ritmo tradicional de los españoles", razonan desde su entorno. "Lo normal en nuestro país es quemar etapas paso a paso y explotar a los 28 años, como hizo en su día Miguel Indurain. Aunque a nivel global se pretenda que los talentos alcancen su cénit a los 22, Felipe a esa edad no estaba trabajando como lo hace un profesional del máximo nivel. Esta campaña ha pasado de ser un habitual del top10 en las mejores pruebas, como pueden ser las de Copa del Mundo, a subirse al podio. Es una evolución que igual no es acorde con la evolución de otros especialistas, pero para él resulta natural".

El propio Orts ha explicado en varias ocasiones que no hay secretos insondables en su salto de calidad, sino que éste es un paso más dentro de su larga carrera. "He saltado un escalón", remarca habitualmente. "Sin embargo, mi entrenador, mi nutricionista, mi masajista y mi mecánico siguen siendo los mismos y mi progresión también, aunque cuando estás luchando por las victorias todo luzca más".

No obstante, existe un segundo factor de relieve. La temporada pasada, Felipe Orts y su entorno gestionaban su propio equipo, el FORTS Team, sumando las ambiciones de un grupo de patrocinadores y benefactores decididos a apoyar al vilero en sus incursiones en el norte de Europa. Sin embargo, este verano llegó una llamada desde Bélgica: la bicicletera Ridley creaba su propio equipo de ciclocross, 'gravel' y bicicleta de montaña, y quería que fuera su emblema junto al neerlandés Joris Nieuwenhuis.

"Todos los patrocinadores de FORTS estaban comprometidos por dos años, pero comprendieron y apoyaron la decisión de cerrar el equipo para que Felipe pudiera correr en el Ridley Racing Team", explica un acompañante de Orts. "Ahora tiene que tomar muchas menos decisiones, y eso le evita un gran desgaste. Porque no sólo hablamos de decidir el calendario: también del material, o de la logística. Antes tenía que preocuparse hasta de quién le recogía en el aeropuerto. Ahora, goza de un mayor respaldo y todo se ha simplificado muchísimo".

Entre las figuras que ahora rodean al especialista alicantino están el mánager general Bob De Cnodder, un experto que se encarga del día a día, y el director técnico Richard Groenendaal, excampeón del mundo que se encarga de aconsejar a Felipe en todo lo que tiene que ver con la competición. Son sustentos que le han alumbrado nuevos márgenes de progresión y le permiten soñar con estrenar su palmarés en la máxima categoría el próximo domingo 19 de enero en Benidorm, sede de una prueba de la Copa del Mundo de Ciclocross UCI en la cual su mayor rival será el magnífico Wout van Aert.