Bélgica y Benidorm vibran con Felipe Orts: "Puede ganar una Copa del Mundo"
El alicantino ha dado un significativo salto de calidad esta temporada para instalarse en la clase noble del ciclocross.
Ser pionero requiere valor y supone un valor. Felipe Orts (1995, La Vila Joiosa) decidió que quería ser ciclista dando tumbos en un descampado con vistas al mar, y a fuerza de determinación y valentía se ha ido abriendo camino en una disciplina eminentemente belga como el ciclocross. Tan poco acostumbrada está la afición a ver campeonar a corredores de piel morena que se asombra y se regocija comprobando que cada fin de semana está entre los mejores después de muchos años penando en segunda o tercera fila.
"Felipe Orts solía ser percibido como una rareza", explica Jan-Pieter de Vlieger, periodista de Het Nieuwsblad. "Era un ciclista conocido y apreciado porque, en un deporte como el ciclocross, todo protagonista que no sea belga cuenta". El exotismo de un maillot rojigualda. "Pero ahora Felipe es algo más. Se ha convertido en uno de los mejores especialistas del momento; en un rival respetado; en un tío capaz de conseguir victorias".
El debut de su campaña invernal ha sido, en efecto, impresionante. Sólo ha terminado fuera del top-10 en una de las once carreras que ha disputado en octubre y noviembre; cuatro veces ha subido al podio. Esto incluye una victoria, en Rucphen; el subcampeonato de Europa que consiguió en Pontevedra, sólo superado por el ADN de Thibau Nys; y un segundo puesto en Niel, precisamente el hogar de los Nys, que le cualifica para las mayores cotas.
"Si puede acabar segundo en Niel, puedes ganar una Copa del Mundo o un Superprestigio", asevera De Vlieger. "Yo acudí a aquella carrera como espectador. Acabó segundo y los aficionados le animaban como al que más. Además, al ser un ciclista tan caballeroso, los belgas le brindan mayor cariño todavía. Creo que, en general, la afición local está muy contenta de que este año se haya convertido en un candidato al triunfo en las mejores carreras. Especialmente, en las que se disputen antes de que entren en acción Mathieu Van der Poel y Wout van Aert". Con ellos en concurso, claro está, el listón sube hasta ser infranqueable para los mortales.
"No esperaba estar a un nivel tan alto", reconocía el propio Felipe Orts en un directo de Instagram con la Copa del Mundo de Ciclocross UCI - Benidorm Costa Blanca. "El año pasado sí había ciertas carreras en las que podía estar a un nivel parecido al de esta temporada… pero sólo eran carreras puntuales que encajaban muy bien con mis cualidades. Este año, en cambio, he conseguido trasladarlo a las carreras que no se me daban tan bien. He subido un escalón y formo parte de ese pequeño grupo que se está jugando las victorias".
Una de las claves es su fichaje por un equipo belga. Tras unos meses apostando por un proyecto personal, La Vila Joiosa - Netéo, en verano llegó una llamada para integrarse en el recién creado y muy ambicioso Ridley Racing Team, que le aporta un nuevo entorno competitivo y el saber hacer de quienes llevan toda la vida en el barro. "Mucho de mi salto de calidad lo achaco al cambio de equipo", confirma Orts. "Ha sido importante en competición, y una gran motivación durante la preparación. No obstante, mi entrenador, mi nutricionista, mi masajista y mi mecánico siguen siendo los mismos y mi progresión también, aunque cuando estás luchando por las victorias todo luzca más".
Inspirado y en un gran estado de forma, Felipe Orts encara desde este domingo la Copa del Mundo de Ciclocross UCI. Se trata de la competición más prestigiosa de este deporte, compuesta por una serie de doce mangas repartidas por seis países: a Bélgica y Países Bajos, núcleos tradicionales del ciclocross, se suman Francia, Italia, Irlanda y España, con la prueba de Benidorm Costa Blanca que se disputará el día 19 de enero de 2025. Con ella sueña Orts; también unos aficionados que dudan si quieren verle ganar ya… o esperar para verle alzar los brazos por primera vez en casa.