CICLISMO

Alberto Contador: "Si ves la sentencia, es ridícula; siento como míos el Tour y el Giro que me quitaron"

El exciclista madrileño atiende en exclusiva a Relevo para repasar su carrera, las acusaciones por el positivo en clembuterol y la actualidad del ciclismo internacional.

Alberto Contador durante la entrevista. /SALVADOR FENOLL
Alberto Contador durante la entrevista. SALVADOR FENOLL
Daniel Arribas

Daniel Arribas

En Fuente Dé, circo glaciar cántabro a más de 1.000 metros de altitud, Alberto Contador vivió su clímax sobre una bicicleta. Esa tarde, no otra. No en el Tourmalet, el Mortirolo o el Angliru. "Ese día me define como ciclista y como persona", cuenta en exclusiva a Relevo. Allí, hace algo más de una década, bajo un calor impropio en los Picos de Europa, el pinteño sacudió los mimbres del pelotón a 23 kilómetros de meta, descolgando a Joaquim 'Purito' Rodríguez, líder de la carrera, y Alejandro Valverde, campeón en 2009. El madrileño ganó en solitario, a lo campeón, como le recuerda gran parte de los aficionados al ciclismo.

Otros, en cambio, no perdonan el episodio del chuletón, ese que, según la versión del corredor, intoxicó su sangre para resultar positivo —50 picogramos de clembuterol por mililitro analizado— tres semanas después de que levantara su tercer Tour de Francia en París. "No me molesta ni me da rabia [que me sigan asociando al dopaje], cada uno es libre de opinar lo que quiera. Al final, lo más importante es saber que has hecho las cosas de una manera correcta y tener la conciencia tranquila".

Un lustro después de retirarse, Contador, siempre bajo la lupa, repasa su trayectoria en un céntrico hotel de la capital, donde acude como embajador de Ibiza como destino deportivo para la presente temporada. Allí, tras el acto protocolario, chupa negra, cuello alto y raya en el pelo, solicitado a cada paso por los asistentes, se pone cómodo para atender a Relevo y responder a todo, sin esquivar preguntas.

"Si tú ves la sentencia [por la que me sancionaron], es absolutamente ridícula. Se ve que probablemente fue una contaminación alimenticia de algún suplemento y que la cantidad no había supuesto ninguna mejora en el rendimiento", explica. Y añade, sin titubeos: "Sin duda, siento esas victorias [Tour de Francia 2010 y Giro de Italia 2011] como mías; las podrán quitar de los libros, pero no de la memoria de la gente que lo vivió, lo vio y lo disfrutó".

Alberto Contador valora la sanción por la que perdió un Tour de Francia y un Giro de Italia. VÍDEO: SALVADOR FENOLL/EDICIÓN: FERNANDO FRAILE

Reconocido por todos como uno de los grandes de la historia del ciclismo, el pinteño, retirado en 2017 tras un último baile de altura en el Angliru, recuerda los años posteriores a la sanción como los mejores de su carrera: "En 2014, mis números eran muy, muy, muy superiores a los de 2009 [cuando ganó su segundo Tour]. ¡Estamos hablando de 30 o 40 vatios más!".

Tal es la diferencia que, de elegir una versión de sí mismo para pelear por el Tour de este año, Contador elegiría a su yo de 2014. "No sé los vatios que están moviendo ahora", advierte, pero se vería con opciones de intentarlo.

Eso sí, sabe, y así lo demuestra el brillo en sus ojos, que la nueva camada de estrellas del ciclismo mundial está haciendo cosas diferentes, nunca antes vistas: "Lo que hizo por ejemplo Evenepoel en el Mundial, o lo que hizo Van Aert con el maillot amarillo, atacando a diez kilómetros de meta y ganando la etapa como si fuera una contrarreloj; o lo que hizo en Hautacam para Vingegaard... Son bestialidades que no se han hecho en toda la historia del ciclismo".

Alberto Contador analiza la situación actual del ciclismo. VÍDEO: SALVADOR FENOLL

Él, ganador de siete grandes —dos Tours, dos Giros y tres Vueltas—, siempre según los registros oficiales, no se queda atrás. Tras un ictus que casi le cuesta la vida en la Vuelta a Asturias de 2004, El Pistolero comenzó a brillar solo un año después, en su primera carrera tras la operación. Allí, en la etapa reina del Tour Down Under 2005, en las antípodas, Contador consiguió su victoria más especial: "No tiene el prestigio ni mucho menos del Giro, el Tour o la Vuelta, pero para mí y para la gente que me quiere, es mucho más importante que las grandes que he ganado".

Su palmarés, envidiable para muchos, alcanzable por muy pocos, le ha llevado a formar parte de los grupos más selectos, el olimpo histórico de las dos ruedas, ese en el que habitan leyendas como Merckx, Hinault, Anquetil, Coppi, Froome o Indurain. "Es algo que jamás hubiera imaginado", confiesa.

Otros, en cambio, no corrieron la misma suerte. Lance Armstrong, compañero de Contador durante la temporada 2009 en el equipo Astana, donde tuvieron sus más y sus menos, no figura entre los mejores para los libros de historia, pues fue desposeído de los siete Tours de Francia que ganó entre 1999 y 2005. "En la investigación que le hicieron se concluyó que no había hecho las cosas de una manera correcta. Otra cosa es lo que el aficionado pueda pensar de los Tours de Lance Armstrong".

Alberto Contador habla sobre cómo afectó su positivo en clembuterol a los aficionados. VÍDEO:SALVADOR FENOLL/EDICIÓN:FERNANDO FRAILE

Acostumbrado a ganar, vueltómano como pocos, él también tuvo días malos. Incluso muy malos. "He sufrido varias pájaras a lo largo de mi carrera, pero una en la que me quedé completamente vacío, y todavía quedaban tres kilómetros para meta, fue la del Galibier, en el Tour de Francia de 2011", recuerda. "Al acabar, no era capaz de bajar desde la línea de meta al autobús. Me decía 'no llego', o sea, 'me caigo aquí mismo'".

En cualquier caso, todo ha compensado. O, al menos, eso transmite el madrileño, cómodo en el púlpito del retiro, donde ejerce de comentarista en Eurosport, preside su propia fundación y actúa como hombre orquesta para innumerables patrocinadores. "Si cuando cogí la bicicleta antigua de mi tío, que heredé de mi hermano, me dicen que iba a conseguir todo lo que he conseguido, no me lo hubiera creído"

Ahora, tras superar una nueva intervención quirúrgica, esta vez menos seria, aunque no por ello menor —más de cien lipomas extirpados—, el pinteño, dedos al cabello, se anima a hacer una predicción para la temporada que acaba de comenzar: "A falta de saber quién va a participar en cada una, vamos a poner a Evenepoel para el Giro, porque se va a preparar como una bestia; para el Tour voy a decir Pogacar, que después de todo lo que pasó con el Jumbo, este año da miedo; y para La Vuelta, Roglic, un corredor que tiene cogida la medida a la carrera. En cuanto al Mundial en ruta, todavía no sé ni el recorrido, pero me quedo con Van Aert, que pese a estar muy vigilado, tiene el maillot arcoíris entre ceja y ceja; igual que Filippo Ganna en la contrarreloj".