Anthony Joshua, nuevo lleno para "recuperar su espíritu ambicioso"

El fenómeno Anthony Joshua (25-3, 22 KO) es algo que se estudiará en unos años. El inglés, de 33 años, está lejos de su mejor momento boxísitico, pero su legión de fans no le abandona. El excampeón mundial siempre llena cuando pelea en su país y este sábado no será una excepción. Las 20.000 entradas para su pelea se agotaron en unas horas. Se iba a enfrentar a Dillian Whyte (29-3, 19 KO), un combate que no tenía demasiada historia, pero apoyar a AJ es algo que los fans ingleses tienen interiorizado.

Sorprendió ver la respuesta de la taquilla cuando Whyte está lejos de su mejor nivel. Era un combate con morbo para los británicos, pero poco más. Todavía sorprende más que a la gente no le han importando todos los cambios de última hora. A una semana de la pelea, Matchroom recibió la notificación del positivo por dopaje de Whyte. El púgil mantiene su inocencia, pero obviamente no puede pelear y hubo que buscar un plan b llamado Robert Helenius (32-4, 21 KO).

El finlandés está lejos del nivel de Joshua. Quizá algo más que Whyte, contra el que perdió en 2017, pero toda la intriga que rodea a AJ es lo que da morbo a este combate. Joshua ofreció una pelea demasiado aburrida ante Franklin en abril y la de Whyte era un plan b, ahora C. El británico tenía previsto estar en la macrovelada de Arabia Saudí de final de año (él iba a pelear ante Wilder y Fury frente a Usyk). Al final no se concretó nada y él necesitaba estar activo. No podía esperar sin subirse al ring hasta 2024.

"¿Dónde está la motivación? En la recompensa. No me preocupa el dinero. Estoy construyendo mi espíritu. Necesito recuperar mi espíritu ambicioso", afirmó en la previa Joshua. Ambición y confianza es lo que le ha faltado en sus últimas peleas. Tiene un halo de vulnerabilidad que nunca antes lució y eso hace que cada mano parezca que le puede meter en problemas. Esa es la única baza de Helenius, quien no tiene el poder de sorprender que podía tener Whyte, pero si muestra arrojo y aparecen las dudas puede tener opciones. Es su única vía. Joshua maravilló por buen boxeo, pero sobre todo por pegada y valentía. Últimamente no ha demostrado ninguna de esas virtudes.

En esa búsqueda, Joshua ha cambiado de rumbo varias veces. Tras la derrota frente a Andy Ruiz introdujo cambios en su equipo y después de caer frente a Usyk por primera vez despidió al entrenador de toda su carrera, James McCracken. Duró un pleito con Robert Garcia. Esta pelea, como la anterior, la ha preparado con Derrick James, con quien parece haber encontrado una continuidad y tranquilidad que le hacía falta. Ahora sus campamentos son herméticos y los hace en San Antonio (Texas, Estados Unidos), alejado de todo el ruido mediático en Reino Unido. Ese cambio, lejos de lo visto en abril, parece que le ha venido bien.

"Rob (McCracken) es buen entrenador, simplemente no me enseñó defensa. En mi opinión me golpeaban demasiadas veces de manera limpia. Derrick (James) me recuerda a Rob, pero más involucrado. Rob estaba demasiado involucrado en el equipo olímpico. Le di mis mejores años y ahora tengo que trabajar duro para recuperarlos. Me hubiese gustado conocer a Derrick antes", apuntó en The Boxing News Podcast.

Las palabras de Joshua sorprenden, pero el púgil fue sincero en esa entrevista. Está contento, pero no de su último combate: "Con Franklin fue una mierda, pero he pasado por mucho y todavía lo estoy pasando. Sé que no fue tan bueno como podría ser, pero no por ningún motivo. Estaba pasando por un momento duro. Creo que he limpiado todo de mi conciencia", añadió.

El Joshua renovado no llegó en abril, él cree que se presentará ahora. Habrá más presión. Helenius es el clásico challenger. Tiene un nivel aceptable, pero lejos del top. Viene de ganar por KO el pasado sábado, pero poco importa. A Joshua ahora se le exige ganar y convencer. Le quedan grandes carteles por delante, pero para acudir con garantías debe dar un golpe sobre la mesa. Su público lo está esperando y no le dejará caminar sólo. Es tu momento, AJ.