NBA

Steve Kerr se revuelve contra la victoria de Trump: "La última vez, todos esos inmigrantes ilegales votaron seis veces, fue una desgracia"

El técnico de los Warriors volvió a tirar de ironía para hablar de las acusaciones de fraude electoral del Partido Republicano.

Steve Kerr, en un partido con los Warriors./AFP
Steve Kerr, en un partido con los Warriors. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Los deportistas en Estados Unidos juegan un papel trascendental en cada proceso electoral. Desde su altavoz, gritan a millones de seguidores su opinión y lo que consideran mejor para el país. Una relación estrecha que suele ir contra el modelo europeo, en el que rara vez un deportista de élite se pronuncia sobre cuestiones políticas. Dentro de ese gremio, los Golden State Warriors en su conjunto se han mostrado especialmente reticentes a Donald Trump, reciente ganador de las elecciones. Algo que, por supuesto, no ha sentado bien a todos. LeBron James compartió una foto de su hija con un mensaje que hace referencia a las promesas y aires de salvación pronunciados por el vencedor: "Mi princesa, prometo protegerte con todo lo que tengo y más. No necesitamos de su ayuda". Pero el más tajante, como ya había ocurrido en otras ocasiones, es Steve Kerr, técnico de la franquicia californiana.

En primera instancia, mostró un parecer sensato sobre lo ocurrido: "Creo en la democracia. Creo que el pueblo estadounidense ha hablado y votado por Trump. Quiero que le vaya bien en los próximos cuatro años. Quiero que le vaya bien a nuestro país". Sin embargo, pronto cambió el gesto para expresar su verdadero sentir. Con él, su intención era transmitir al pueblo americano los bulos que se han difundido desde la campaña del nuevo presidente. También los de años anteriores, cuando Joe Biden ganó las presidenciales.

"Estoy agradecido de que esta vez no haya habido fraude electoral. La última vez, todos esos inmigrantes ilegales que cruzaron la frontera, violaron y asesinaron a personas y luego votaron seis veces... Fue una desgracia. Pero, afortunadamente, esta vez todo estuvo limpio. Es genial que todas las elecciones hayan sido realmente válidas, excepto la última de hace cuatro años. Me brillan los ojos mientras digo esto, por si no lo vieron", relata.

En su día, Donald Trump acusó al sistema de un fraude electoral que permitió la victoria de Joe Biden. Aquel testimonio acabó forzando el asalto al Capitolio en enero de 2021, tras varios intentos del ahora presidente de anular los resultados de las elecciones. Un discurso que caló hondo en los grupos estadounidenses más radicales y que desde el deporte trataron de combatir.

Continúa ahora su discurso Steve Kerr, en referencia a la limpieza del procedimiento: "No, pero creo en la democracia. Creo en la voluntad del pueblo. Haré todo lo que pueda para apoyar a mi país y a nuestro gobierno. No quiero nada más que lo mejor para nosotros. Es un mundo complejo. Hay muchas cosas interesantes: entre guerras en el extranjero, una economía global que ha cambiado todo, en términos de lo que significa para nuestros ciudadanos y su vida cotidiana... Soy muy consciente de que vivo en una burbuja y soy una de las personas más afortunadas del mundo. Así que quiero lo mejor para nosotros. Espero que Trump pueda ofrecer eso".

Cerró su intervención previa al enfrentamiento entre los Boston Celtics y los Golden State Warriors con el mensaje que le ha transmitido al equipo para dejar a un lado la política y centrarse en jugar al baloncesto: "Acabo de decirles en nuestra reunión esta mañana: 'Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande y derrotemos a los Celtics'". O quizás suene mejor en inglés: "Let's make America great again and beat the Celtics".

Como contexto, es el eslogan que utilizó Ronald Reagan en la campaña presidencial de 1980 y que popularizó de nuevo Donald Trump en su previa electoral del año 2016. El lema se convirtió en todo un fenómeno de masas en Estados Unidos, incluso con gorras personalizadas. Se ha reutilizado para esta campaña de nuevo. Steve Kerr vuelve a tirar de ironía para presentárselo a sus jugadores. Una nueva reivindicación para tratar de mostrar la cara del candidato republicano que es venerado y odiado por igual al otro lado del charco.

El activismo de los Warriors contra Trump

Ya antes de la celebración de las elecciones, Steve Kerr se había mostrado muy crítico contra la campaña de desinformación orquestada por Donald Trump y su equipo, que, bajo su criterio, tenía el afán de levantar suspicacias contra la limpieza del proceso electoral norteamericano y preocupar a la población. El técnico atendió a los medios de comunicación con una camiseta con el lema "VOTE", pidiendo a los ciudadanos que acudieran a las urnas. Formaba parte de una campaña de la NBA, que siempre combate la inercia existente en el país ante la política.

"El mayor logro que se obtendrá mañana será la integridad electoral, algo que nunca había existido en mi vida hasta que Donald Trump decidió que lo sería. Para que nuestra democracia prospere, no solo los ciudadanos tenemos que participar, sino que también tenemos que confiar en que estas elecciones no estén contaminadas, lo cual no es el caso. Durante los últimos ocho años se han difundido muchas mentiras sobre la integridad de las elecciones. Se ha engañado a la gente para que crea que hay irregularidades. La parte más importante de una democracia es que la gente confíe en el sistema electoral", expuso Kerr días antes de la victoria de Trump.

Lo cierto es que la historia de enemistad entre ambas partes estalló tiempo atrás. En 2017, los Golden State Warriors debían visitar la Casa Blanca, tal y como marca la tradición en la mejor liga del mundo. Suele ocurrir en la visita del campeón de la temporada anterior a la pista de los Washington Wizards. El acto protocolario consiste en llevar el anillo de campeón y el trofeo y ser recibidos con honores por el presidente del país.

En aquel momento, varios jugadores del equipo campeón no estaban conformes. Stephen Curry, uno de los deportistas más respetados del país, pronunció: "Tenemos la oportunidad de mandar un mensaje que ojalá transmita unidad y nos ayude a apreciar lo que significa ser americano. Sea cual sea la opinión de cada uno, tenemos que aprovechar esta oportunidad". Anunció que él no estaría a favor. Tampoco Kevin Durant o André Iguodala. Donald Trump respondió que no habría visita: "Venir a la Casa Blanca está considerado un gran honor para el equipo campeón. Para las dudas de Stephen Curry, queda cancelada la invitación". Siete años después, las posturas están lejos de acercarse y Kerr ha condenado a su manera la elección de los estadounidenses.