Cuando Donald Trump quiso hacer la competencia al Tour de Francia y todo acabó por un asesinato
Durante dos años, el candidato a la presidencia de los Estados Unidos sufragó una megalómana carrera entre sus hoteles y casinos.
El nombre de Donald Trump figura estos días en los titulares de todo el mundo, y con razón: aspira a recuperar la presidencia de los Estados Unidos, que ya ocupó durante cuatro años entre 2017 y 2020 inclusive, en unos comicios que se decidirán por un puñado de votos frente a la demócrata Kamala Harris. Lo que fuera del continente americano tal vez no percibimos es que su figura va mucho más allá de la política. Que, durante décadas, el magnate fue una de las estrellas más rutilantes del particular firmamento estadounidense gracias a su poder económico, a su peculiar carisma y a sus numerosas iniciativas para engendrar notoriedad para él mismo y para sus negocios. Entre ellas, una carrera ciclista que aspiraba a rivalizar con el Tour de Francia.
Se llamó originalmente Tour de Trump y estuvo dos años en sus manos, 1989 y 1990. La idea provino de un periodista que había estado cubriendo sobre el terreno el Tour de Francia, conquistado por Greg Lemond en 1986 en lo que suponía la primera victoria de un estadounidense en la Grande Boucle. Cautivada, su imaginación echó a volar imaginando un equivalente 'made in USA' para el gran evento que acababa de presenciar. Tirando de contactos, llegó hasta Trump para ofrecerle que fuera su impulsor, aprovechando los hoteles y casinos que tenía dispersos por toda la Costa Este norteamericana. Incluso le ofreció el nombre: 'Tour de Trump'. Música para los oídos de Trump, que aceptó el reto.
El nombre dio lugar, precisamente, a un par de anécdotas jugosas. Una está en Youtube: una entrevista previa a la primera edición de la carrera donde explica que era mejor llamarlo 'Tour de Trump' que 'Tour de USA', 'Tour de America' o 'Vuelta a Nueva Inglaterra' porque "si no, no estarías aquí haciéndome una entrevista". Y se jacta: "De hecho, hay muchos ciclistas que han venido a correr aquí porque la carrera lleva mi nombre". La otra aparece en un artículo de Politico: en Colorado existía el Tour de Rump, y los abogados del magnate trataron de que dicha carrera cambiara de nombre tras patentar la marca 'Tour de Trump'. No lo consiguieron, y de hecho la prueba se ha seguido disputando hasta hace dos años.
El Tour de Trump, en cambio, no fue tan longevo. La primera edición, que gozó de una intensa cobertura por parte de los gigantes televisivos NBC y ESPN, partió desde un hotel de Trump en Albany, estado de Nueva York, para terminar en la puerta de un casino (también de Trump) en Atlantic City con una contrarreloj donde Greg Lemond ensayó la bicicleta de crono con manillar de triatlón que dos meses después sería esencial para que campeonara en el Tour de Francia de 1989. Ganó Dag-Otto Lauritzen, hoy comentarista estrella de la tele noruega y entonces ciclista del 7-Eleven, conjunto estadounidense patrocinado por una cadena de supermercados 24 horas de origen tejano. Al año siguiente triunfaría el mexicano Raúl Alcalá, con los colores del PDM donde evolucionó dos años 'Perico' Delgado.
La historia del Tour de Trump como tal finalizó aquel año, víctima de uno de los muchos hundimientos del castillo de naipes económico construido por su auspiciador. No obstante, los organizadores de la carrera encontraron viabilidad para mantenerlo en pie gracias a otro benefactor acaudalado: John du Pont, heredero del imperio DuPont que en su momento patentó el nylon o el neopreno entre otros muchos tejidos y compuestos industriales.
Rare photo of Tour De Trump pic.twitter.com/NtuoBKCN2w
— MAGA Elvis 🇺🇸 (@BenStanton77) August 6, 2024
En la primera edición de la carrera bajo su nuevo nombre, Tour DuPont, consiguió una victoria de etapa el ciclista madrileño Eladio Ambite. "Era una carrera chulísima", recuerda el interesado en conversación con Relevo. "Acudí con el Amaya de Javier Mínguez, que mandó allí un equipo de corredores que no disputamos La Vuelta, que se celebraba en las mismas fechas; la mayoría, jóvenes". La victoria de Ambite llegó en una cabalgada "de casi 180 kilómetros"; fue la única que anotó como profesional. "Era todo muy americano", evoca. "Bandas de música en línea de salida y meta, pantallas por todas partes… y eso ahora es más o menos normal, pero entonces era lo nunca visto. Y los hoteles eran tremendos".
El Tour DuPont duraría cinco temporadas más en las carreteras. Sin embargo, John DuPont asesinó al luchador olímpico Dave Schultz en enero de 1996; todos sus proyectos quedaron congelados hasta que, un año más tarde, fue declarado culpable y encarcelado. La edición de 1996, con victoria final de Lance Armstrong, se celebró renqueando y pasaría a la historia como la última de un evento que, por mil motivos, perdura en la memoria del ciclismo como uno de los más extravagantes jamás celebrados.