Las dudas acorralan a Joan Peñarroya en mitad de la crisis del Barça por el caso Heurtel
Las declaraciones del técnico en París no sentaron bien en la cúpula culé, que empieza a cuestionar su continuidad ante la crítica situación por la Copa.
El Barça está viviendo esta primera semana del 2025 sus horas más convulsas. Incluso más que las que ya vivió en la segunda quincena de diciembre. Aunque lo cierto es que uno de los protagonistas de ambas es el mismo: Joan Peñarroya. El técnico, que ganó un balón de oxígeno ante MoraBanc Andorra el 22 de diciembre y que esta semana, tras la derrota del domingo pasado ante el Real Madrid y la de este 5 de enero en el Palau ante la Penya, ha vuelto a ser señalado, se encuentra otra vez en la cuerda floja. Sobre todo, después de que, además de la derrota, no sentaran bien en la cúpula del FC Barcelona las declaraciones que hizo en París, el pasado viernes, tras el estallido del caso Heurtel 2.0.
"El vestuario está jodido porque era un partido importante y el equipo sabe de las dificultades para acabar esta primera vuelta. Nos hemos quedado sin red de seguridad. Evidentemente, hoy el vestuario está tocado", admitía en rueda de prensa este domingo, tras caer en casa ante el Joventut Badalona (90-91). Una derrota que, además, hace que el balance culé, sobre todo en las últimas semanas, sea dramático. Porque aunque en París lograsen una buena victoria, basta con irse a los números para ver que el Barça, tal y como está, no funciona.
En Euroliga, tras ganar en la capital gala, el equipo se ha reenganchado a la lucha por los playoffs, aunque de momento ocupa la décima plaza (la última que da acceso al playin). Si bien, si uno mira los últimos 11 partidos disputados en la competición continental, lo que comprueba es que acumula 7 derrotas en ellos. Pero es que en la Liga Endesa, las cuentas son iguales: siete derrotas en los últimos 11 partidos jugados, dos de ellas de forma consecutiva -ante Real Madrid y Joventut-, que hacen que se le complique la Copa del Rey. Una competición que no sabe lo que es disputarse sin el Barça, que ahora mismo está fuera al ser noveno con siete victorias (una menos que los equipos que marcan el corte: BAXI Manresa y Casademont Zaragoza).
🗣️ Joan Peñarroya: "Es un partido muy importante para nosotros. Con la mente solo puesta en hacer un buen partido y ganar al rival".
— Liga Endesa (@ACBCOM) January 5, 2025
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El equipo azulgrana puede igualar a los dos que marcan dicha zona si gana el partido que tiene pendiente el próximo martes ante Bàsquet Girona. Después le quedan Dreamland Gran Canaria y Surne Bilbao Basket, a los que deben vencer para no tener que mirar lo que hagan el resto de equipos. Por eso, las cuentas no invitan precisamente a la relajación. Aunque sí hay un clavo al que se agarran los de Peñarroya. BAXI Manresa y Casademont Zaragoza se enfrentan en la próxima jornada y la caída de uno de los dos será una bocanada de oxígeno para el conjunto culé. El pleno de triunfos les daría el billete para Gran Canaria... pero la realidad es que pese a que lo hiciera a principios de temporada, desde entonces no saben lo que es enganchar tres victorias seguidas en la ACB.
Toda esta circunstancia, que ya viene arrastrando el Barça hace semanas, puso en la picota a Peñarroya a mediados de diciembre. Hasta el punto de que si no llega a ser por la victoria ante el MoraBanc Andorra (105-79) del 22 de diciembre, quizá el club hubiera tomado cartas en el asunto. Esas que, precisamente, ahora baraja de nuevo. Y aquí tienen que ver otra vez los resultados anteriormente citados... y el frustrado fichaje de Thomas Heurtel.
Cuando el Barça comenzó a tantear la opción de que regresase el base francés, uno de los que más a favor estaban de ese movimiento era el entrenador. De hecho, como desveló el propio Heurtel junto con su agente en la rueda de prensa del pasado viernes tras el estallido de todo, Peñarroya había sido el único que había hablado con el base a tenor de ello, después de haber hablado ya con él una primera vez esos días a modo de primera toma de contacto para decirle que contaba con él.
¿Y qué ocurrió? Que cuando todo salta por los aires, la misma tarde del viernes, desde París, Peñarroya fue preguntado al respecto. Y su respuesta no cayó bien dentro de la cúpula, ya no de la sección de baloncesto, sino del club en general. "Hoy es un día difícil para todos en el club, pero no es momento esta noche y esa no es una pregunta para mí", expresó el técnico.
Unas palabras que directamente dejaban la bola en el tejado del club y que, a diferencia de las que expresó este domingo -"a mí lo que me preocupa son los jugadores que cuando entreno o voy a un partido visten la camiseta de mi equipo. En este caso, no soy ajeno a lo que ha pasado, pero es un jugador que no ha estado en ningún momento a disposición del equipo", dijo-, sí que daban a entender su molestia con la situación. Y no, esto no gustó en el FC Barcelona.
Si a eso se le suma la falta de concentración con la que saltó a la cancha el equipo ante la Penya, la derrota final, así como de nuevo esa frustración por no saber cerrar los partidos ajustados, el cóctel formado casi rebasa un vaso que ha llegado al límite. Algo que ha hecho que desde ciertas partes del club se volviese a poner al técnico en la cuerda floja... que cada vez está más tensa.
"Son semanas complicadas. No te engaño. Estoy en la faena, trabajando bien. Los jugadores quieren. Creo que nos falta muy poco para cambiar un poco esta mala dinámica, aunque en lo que pienso no es en eso, sino en mejorar. Son momentos complicados, han pasado muchas cosas. Teníamos el partido medio ganado. Satoransky había hecho un triple superimportante y luego un jugador que es fiable en los tiros libres, los falla… Está pasando que en los finales de partido pasan cosas que nos afectan, pero el día a día es bueno, y saldremos. Evidentemente, estamos sufriendo y eso no se le escapa a nadie", finalizó Peñarroya.
Y lo cierto es que ese sufrimiento está colmando la paciencia de una cúpula culé que ya duda de si el actual técnico debe o no continuar al frente del banquillo azulgrana. Una continuidad, que eso sí, no es descartable, ya que si, por un lado, a nivel económico el Barça no tiene una liquidez contundente, por otro, el calendario de las próximas dos semanas no da ningún respiro para poder mover fichas y asentar unos cambios que, cada vez más, empiezan a verse con mejores ojos dentro del Barça.