PRIMERA FEB

La Demencia del Estudiantes explicada entre Forges, la transición y el antimadridismo: "Todo el que se va al Madrid para ellos es una traición"

El grupo de animación formado en las aulas del Ramiro sigue al equipo colegial desde hace más de 40 años, siendo uno de los más icónicos del baloncesto español.

Miembros de la Demencia durante un partido ante el Murcia./Nacho Garcia
Miembros de la Demencia durante un partido ante el Murcia. Nacho Garcia
Guillermo García

Guillermo García

El Movistar Arena acoge el que hoy por hoy es el mejor partido de Primera FEB. El Sïlbo San Pablo Burgos, líder de la categoría, visita el recinto madrileño. Allí no sólo le espera un Movistar Estudiantes, segundo clasificado con el mismo balance de 14-1, con ganas de revancha tras lo sucedido en los cuartos de final de la primera edición de la Copa FEB. También hará frente a las gradas del antiguo WiZink Center, donde reside una de las aficiones más emblemáticas del baloncesto español: la Demencia estudiantil.

Un grupo que, enfundado en sus característicos palestinos, acompaña al conjunto colegial desde hace más de 40 años. En las buenas y en las no tan buenas como ahora. Quizás con menos volumen que antaño, pero con las mismas ganas de "animar sin violencia" para intentar llevar a los de Pedro Rivero de vuelta a la Liga Endesa. Lo siguen haciendo como cuando salían de las aulas del Ramiro de Maeztu para cruzar al Magariños, donde estaban sus compañeros de clase jugando al baloncesto con la camiseta de Estudiantes.

Porque la Demencia es principalmente, como cuenta Pepu Hernández a Relevo, "un grupo donde todos o casi todos eran del Ramiro. Muchos de sus compañeros jugaban en el equipo, por lo tanto eran compañeros de clase y había una relación muy directa con ellos porque nos conocíamos todos o casi todos. Había una relación muy directa y especial entre el equipo y el grupo".

La Demencia en la curva del antiguo Palacio de los Deportes. Efe
La Demencia en la curva del antiguo Palacio de los Deportes. Efe

La transición y Rita como germen de 'la madre de la ciencia'

El Ramiro fue el germen de esos locos hace más de 40 años, igual que había sido el origen del equipo de baloncesto. Las mismas clases en las que Pepu se formó, aunque en su caso fue unos años antes de que se formara un grupo que ha trascendido fronteras y que ha hecho de su D dentro de un círculo uno de los símbolos más reconocibles en las gradas de cualquier cancha del baloncesto español. Casi tanto como el look de sus miembros.

¿Cómo surge este grupo? Pepu, el hombre que llevó a Estudiantes a la final de la ACB hace ahora 21 años, recuerda que fue un movimiento natural. "Había otros grupos que iniciaban ese derrotero de acracia y de forma de divertirse y de forma de actuar. La Demencia se creó durante la Transición. Antes había otros grupos como el QTR (Que Trabaje Rita) que luego se escindió en dos, Rita la Cantaora y Rita la Bailaora. Hubo otros como el Comité Unitario del Ramiro. Y luego llegó la Demencia, que vino un poquito después de mis años jóvenes como alumno de Ramiro".

"En algunas ocasiones, pues hasta nos hacían ver que dónde íbamos, que qué era eso de ganar tanto"

Pepu Hernández

Un colegio que vibraba con las gestas de los suyos, aunque "en algunas ocasiones, pues hasta nos hacían ver que dónde íbamos, que qué era eso de ganar tanto", recuerda entre risas un Pepu Hernández que señala el que para él es el punto álgido de ese grupo y la figura clave del genial Forges para entender un poco más la idiosincrasia de una Demencia que era difícil de entender para los aficionados rivales. Especialmente si eran extranjeros.

La figura de Forges, clave en Estambul

1992 no fue un año más para España, con la Expo de Sevilla y los Juegos de Barcelona. Y tampoco para el Estu. Ese año el conjunto colegial levantó su primera Copa del Rey con Miguel Ángel Martín como entrenador principal, Pepu de segundo y Alberto Herreros, Nacho Azofra, Pinone o Winslow en la cancha. Un equipo que meses después de reinar Granada se lanzó a la conquista de Constantinopla. O Estambul en tiempos modernos.

Por primera vez el equipo colegial se metía entre los cuatro mejores de Europa para disputar la Final Four de la primera Euroliga de la historia. Una cita que la Demencia no se quiso perder y para sufragar parte del viaje recurrió al viñetista Antonio Fraguas de Pablo, el genial Forges. El dibujante diseño unas pegatinas en las que se leía 'Suhl ve Spor [en turco]. Paz y deporte… porque la Demencia anima sin violencia'. "Yo le pedí que nos hiciera esas pegatinas", recuerda Pepu, "para que la gente pudiera venderlas y pudiera viajar. Forges se prestó como siempre y pudieron viajar más chavales".

La pegatina de Forges para Estambul. Estudiantes
La pegatina de Forges para Estambul. Estudiantes

Allí, en Estambul, fue donde llegó la parte más complicada, explicar qué era eso de la Demencia. "Recuerdo que los turcos nos preguntaban que qué era eso. No se lo podían creer. No lo entendían. '¿Qué es esto en la grada que os están animando todo el rato y después pierdes el partido, no pasa absolutamente nada y se ponen a animar al Joventut de Badalona'. ¿Cómo les explicabas eso? Fue algo significativo, consustancial al Estudiantes y al Ramiro, de cómo queríamos ver las cosas, cuál era el verdadero disfrute del deporte, que no siempre era ganar".

"'¿Qué es esto en la grada que os están animando todo el rato y después pierdes el partido, no pasa absolutamente nada y se ponen a animar al Joventut de Badalona'. ¿Cómo les explicabas eso?"

De aquellas gargantas salieron algunos de los cánticos más conocidos del baloncesto español como el 'Este partido lo vamos a ganar' que surgió tras un partido ante el Barcelona en el Ramiro con polémica arbitral incluida. Eran los tiempos más románticos en los que equipo y afición eran uno: viajaban y convivían mucho tiempo juntos.

Una relación única con el equipo venida a menos

"Fue un poco especial. Yo tuve una gran unión con el núcleo duro de la Demencia, aunque ellos ya no cantaban o saltaban, pero seguían siendo el alma mater. Con la gente ya más mayor sí tuve más relación y muy buena. Y con la gente que seguía animando en la grada, pues la relación postpartido. Les veía por el Magariños. Era una buena relación, cordial, con algunos más que con otros, pero aceptando que cuando tocaban los cánticos de cantera, etcétera, se tienen que aceptar. Entonces, bueno, la verdad es que siempre tuve una buena relación con ellos", rememora Luis Casimiro, entrenador durante tres temporadas de Estudiantes.

Esa relación tan cercana con el tiempo y, sobre todo, con Filomena, fue distanciándose, como recuerda Carlos Suárez: "Ahora ya es mínima por no decir nula", apunta el canterano colegial sobre la interacción entre el equipo y el grupo de animación. "También hay que decir que antes se entrenaba en el Magariños y ahora, por el tema de Filomena, se entrena en la Caja Mágica ante la imposibilidad de entrenar en Magariños. Allí sí interaccionabas más no solo con la Demencia si no también con los equipos de formación".

El propio grupo habla con Relevo sobre qué es para ellos La Demencia. "Es un fenómeno difícilmente explicable. Si hubiese que definirnos en una frase sería "Soy del Estudiantes, entre otras muchas cosas, porque es un desastre, como mi vida". La Demencia no tiene un registro ni estructura que lo haga funcionar; son las personas, la gente implicada. Somos una grada irreverente, reivindicativa y con un humor fuera de lo normal. Sí vamos evolucionando como grupo, pero existen unos valores que llevamos manteniendo durante toda nuestra historia", explican antes de abordar su actual estado de salud.

"Actualmente es un grupo relativamente numeroso y fuerte, con un claro relevo generacional que seguirá dando guerra muchos años. Sigue habiendo chavales (y cada vez más chavalas) dispuestos a darlo todo por el Estudiantes y la Demencia. Las nuevas generaciones dementes siempre han tenido aue escuchar que la "Demencia ya no es lo que era", pero es que el Estudiantes tampoco lo es. Comparar a un equipo o una afición que afronta su cuarta temporada en segunda división con otra que vivió los años dorados de finales de Euroligas, Copas del Rey ganadas y disputas por la liga no es del todo justo. No es comparable un viaje a Almansa o Azpeitia con una F4 de Euroliga en Estambul", comenta el colectivo.

Nacho Azofra, jugador idolatrado por la Demencia.
Nacho Azofra, jugador idolatrado por la Demencia.

No es el único factor que ha hecho perder parte de su fuelle a la Demencia. La situación deportiva, institucional y económica de Estudiantes también ha tenido algo que ver. "La Demencia ha cambiado tanto como que ya Estudiantes no está donde debería [en la acb]. La gente se ha desilusionado mucho y es cierto que ya no hay el ambiente en el pabellón que había hasta hace pocos años", apunta Suárez.

El precio de fichar por el Madrid

La Demencia sigue siendo la voz en la grada del Estu y con más o menos decibelios se sigue haciendo notar en cada partido. Y se sigue acordando de un Madrid al que sigue viendo como el enemigo pese a no estar en la misma categoría. Es una de sus características, su antimadridismo. Algo que algún que otro jugador ha 'sufrido'.

"Mi relación fue muy buena como chico de la cantera, hasta que ocurrió mi fichaje por el Real Madrid donde todo cambió, ya que todo aquel que se va al Madrid para ellos es una traición", recuerda el Chimpa. "La reacción de ellos no fue buena la verdad. También es normal, pero era algo que debía de ocurrir ya que económicamente el club estaba pasando por un mal momento y ese dinero le podría venir muy bien para minimizar su deuda con Hacienda. Aún así ellos no lo entendieron, pero siempre podré hablar bien de ellos cuando me apoyaron en su momento".

Y es que eso ha sido y seguirá siendo la Demencia, el apoyo más fiel para el Estudiantes. En las buenas y en las malas. La madre de la ciencia, como ellos mismos cantan, que siempre acompaña al equipo, en las buenas, en las malas y en las regulares, manteniendo una relación "sana" con un equipo con el que han ganado, han sufrido, pero sobre todo han disfrutado.

"Si en un momento tenía que hablar con alguno o con todos se lo decía. O cuando me gritaban 'aféitate la barba, tio feo, tio feo' yo les ponía los cuernos [Risas] Era una situación muy sincera, amistosa y de cercanía.Yo sinceramente no recuerdo haberles tenido que decir nunca 'hasta aquí'. Nunca tuve que decirles que no se pasaran porque su comportamiento siempre fue bueno", concluye Pepu sobre un grupo tan singular como emblemático que tras más de 40 años se mantiene al pie del cañón.

Décadas al lado del equipo colegial dan para mucho, pero desde La Demencia se quedan con lo vivido justo antes de un duelo de ACB en el que se jugaban no perder la categoría. "En 2008 antes de un partido clave para la permancia se utilizó un bus descapotable para animar al equipo por las calles de Madrid", rememoran con cariño.