BALONCESTO | REAL MADRID - BREOGÁN

Luis Casimiro, entre la ilusión del Breogán y el recuerdo del TDK: "A los americanos siempre les pillaba el mismo radar por las noches"

El técnico manchego repasa más de 35 años de trayectoria en los banquillos con la mirada puesta en la salvación de un Breogán que le ha devuelto a primera línea de fuego.

Luis Casimiro habla con Mavra en su primer partido al frente del Breogán./Efe
Luis Casimiro habla con Mavra en su primer partido al frente del Breogán. Efe
Guillermo García

Guillermo García

Echar un vistazo a la ACB y no encontrar a Luis Casimiro (Villamayor de Calatrava, 1960) en sus banquillos es algo extraño. Durante las últimas tres décadas el manchego era un fijo dirigiendo en el parquet. Sin embargo, en los últimos meses había tenido que ver los partidos por la televisión, tomando notas para cuando llegase una nueva oportunidad. Y esta ha llegado de la mano de un Breogán que le ha dado el timón para intentar llegar al puerto de la salvación. Y, de momento, en su primera parada no han podido ir mejor las cosas con victoria ante el Gran Canaria. Y hoy quiere hacer lo mismo y pescar en la marejada que golpea al Real Madrid.

¿Cómo está siendo el aterrizaje en Lugo y los primeros días al frente del Breogán?

Estaba con mucha hambre de baloncesto, con muchas ganas de volver porque pasas un período de ver, analizar, poner en orden tu baloncesto y tus ideas. Y una vez que haces estoy con muchísimas ganas de volver. Estoy feliz, con mucha ilusión, muchísima motivación y muy agradecido a Breogán por volverse a acordar de mí y poder estar trabajando.

Los tres días antes del partido fueron increíbles con la actitud que mostraba los jugadores a la hora de ir transmitiendo las cosas que íbamos a hacer y luego el partido, pues ellos la intentaron plasmar en la cancha. Por momentos nos salió muy bien, en algunos momentos tuvimos errores, normal de falta todavía de automatismos, pero decir que agradecido a los jugadores por la implicación que mostraron.

En estos días, ¿qué has visto que necesita el equipo para la salvación?

Como vengo de estar parado, estos jugadores me parece que son la leche, buenísimos. No quiero más que trabajar con ellos y estoy intentando sacar el mayor rendimiento, conocerlos al máximo y de momento, de momento para ganar en Gran Canaria nos dio. Entonces, tenemos que seguir esa línea y estar abiertos a ver qué posibilidades de mejora. Llevo 5 entrenamientos con ellos y todavía no me ha dado tiempo de análisis y de observación como para poder responderte a esta pregunta.

¿Que llegue ahora el Real Madrid es bueno o da igual?

Con la experiencia que tengo en esta liga lo que no das por anticipado es un partido. No vas diciendo 'este partido lo voy a perder' o 'este tengo que hacer cuentas porque toca ganar'. Hay que salir a competir todos los partidos, intentar dar el máximo, hacer tu trabajo bien. Y si luego tú estás compitiendo, sorprendes a otro equipo, haces tu trabajo perfectamente, pues igual te da opciones de ganar. No podemos dejar de competir en ningún partido y dar por hecho que va a pasar algo. La idea que le he trasladado a los jugadores es, a mí me da igual el equipo que sea, me da igual contra quién juguemos, me da igual dónde juguemos, lo que sí quiero es que tengamos nosotros la misma personalidad, que tengamos una personalidad para competir y para hacer nuestro trabajo y jugar duro y jugar buen baloncesto.

Casimiro da instrucciones en su etapa con el Betis. Efe
Casimiro da instrucciones en su etapa con el Betis. Efe

¿Cómo te has encontrado Lugo y la afición del Breogán?

Es una ciudad que se vive bien. Es una ciudad de baloncesto, con mucha tradición de baloncesto y una afición entendida y unos fans que crean un ambiente en el Pazo que es increíble para jugar a baloncesto, seas visitante o local. En este caso podré disfrutar más de local. Es una ciudad donde se vive mucho el baloncesto y eso para un profesional de este deporte es muy bueno.

En estos meses que has estado fuera, ¿cuántos días te has subido por las paredes?

En el último tramo más. Sobre todo en verano. Cuando acaba una temporada y no estás en ningún equipo piensas que vas volver pronto, igual con los primeros cortes. Cuando no es así, piensas, 'en verano, a ver si alguien se acuerda de mí'. Cuando en verano tampoco tienes equipo, como dices, con ganas de subirte por las paredes. Hay momentos que piensas que es posible y en otros que es difícil y piensas que si sigo quedando fuera va a ser complicado. No sé cómo definirte ese estado. No es nerviosismo ni de ansiedad tampoco, pero sí de subirte por las paredes, de mirar al techo y que se te caiga encima. Hay días de estos y otros que dices bueno, seguro que puedo seguir. Lo que tenía claro es que podía esperar una o dos temporadas y si no en verano, que he tenido ofertas del extranjero, sí que me hubiese ido.

"No es nerviosismo ni de ansiedad tampoco, pero sí de subirte por las paredes, de mirar al techo y que se te caiga encima. Hay días de estos y otros que dices bueno, seguro que puedo seguir"

Entonces, ¿has tenido ofertas del extranjero?

Sí, sí. Saratov en Rusia, en Grecia, Scafati en Italia estuvo cerca antes de la Copa, al final por unas situaciones u otras no salí. Pero sí, he tenido. En verano también tuve otra oportunidad en Turquía, pero con poquito presupuesto, no me terminaba de convencer y dije de esperar un año más, una temporada más, a ver si había algo aquí. Pero sí, del extranjero sí que he tenido opciones.

Has estado en muchos y muy diferentes equipos con objetivos distintos como Unicaja, Valencia o ahora Breogán. ¿Cómo se manejan cada una de esas expectativas?

El trabajo difiere en esos equipos que he estado, porque cada uno requiere un trabajo diferente, una planificación diferente, porque tienes dos competiciones. Y al tener dos competiciones se planifica de forma diferente. Aquí es diferente. Sabes que tienes que planificar el trabajo sabiendo que hay semanas largas, mucho que entrenar y menos partidos. En ese sentido tienes que convencer al jugador que cada práctica que hacemos a diario, es fundamental para competir bien. En ese sentido tienes que llenar la semana con entrenamientos con rigor, disciplina y exigencia, pero no exentos de cierta diversión para que el jugador se lo pase bien y disfrute entrenando.

Y luego tienes que saber que tienes menos margen para cambiar las cosas porque no dejan de ser 25 partidos los que yo voy a estar. Son pocos partidos para una temporada y tienes que administrarlo así y los esfuerzos tienen que ser sabiendo que no puedes tirar ningún partido ni bajarte de él porque es fundamental.

Esa es un poco la clave. También pues tienes que tener en cuenta que el manejar 12 jugadores solo en una competición se hace un poco más difícil, porque cuando tú tienes dos competiciones y juegas cada tres días es más fácil involucrar a todos. Ese es un poco el reto que tenemos que tener los entrenadores en estos equipos: mantener la ambición y la ilusión durante semanas largas y luego tener a todo el mundo involucrado, porque el que juega menos ahora, puede ser fundamental en los partidos finales de Liga.

En estos meses y después de 35 años, si no he hecho mal la cuenta, en los banquillos, ¿en ningún momento has pensado, 'ya está bien, no pasa nada si no vuelvo'?

No, que va. Tengo muchas ganas y estoy muy ilusionado y me apasiona. Al revés. Lo que veía era que tengo ideas nuevas, cosas nuevas que aportar, ejercicios nuevos, lo único que necesito es un equipo y no tenía equipo.

Ya te digo, quiero ser entrenador mientras tenga energía, mientras tenga ilusión, que es la clave, la ilusión y la pasión que tengas por tu trabajo. En este caso yo siempre he tenido mucha y ahora sabes qué pasa, que encima con la experiencia lo que hago es que valoro más valoro más las cosas, lo que tengo, la posibilidad de volver a entrenar, estar aquí a probar en un club de baloncesto, en una ciudad que vive el baloncesto. Todo eso lo valoro muy positivamente y soy capaz de disfrutarlo más que cuando era más joven. Al contrario. Me he reseteado y vuelvo limpio y con más ganas si cabe que nunca.

Casimiro en su etapa como entrenador del Cáceres. ABC
Casimiro en su etapa como entrenador del Cáceres. ABC

Echando la vista atrás, ¿qué ves de aquel primer Luis Casimiro en los banquillos? ¿Cómo eras?

Con menos experiencia, que hacía cosas que ahora no se hacen porque el baloncesto ha evolucionado y creo que esa es la gran virtud, la evolución que tengo como entrenador para seguir entrenando con ideas vigentes hoy en día, después de treinta y tantos años en los que el baloncesto ha evolucionado muchísimo.

Al final, la experiencia en la dirección de grupos, de relaciones con la prensa, con el público, con los directivos… ahí vas acumulando experiencia, pero el gran reto es estar al día a nivel de baloncesto y poder ir acorde con las características de los nuevos jugadores. Pero no te digo sólo con los jugadores actuales con respecto al cambió físico o de mentalidad. Es también la evolución a las personas y cómo dirigía las personas en los años 90 no es lo mismo que ahora. Es crucial eso también.

Lo que veo entonces es un Luis Casimiro evolucionado. Antes era más pardillo, pero con la misma ilusión y las mismas ganas. Ahora, con el camino andado, he aprendido a saborear los momentos y darles valor a los detalles más insignificantes.

Hablas de la diferencia de jugadores y del baloncesto de los 90 y el de ahora. ¿Podrían jugar gente como Chichi Creus o Brian Sallier en el baloncesto actual?

[Risas] Tendrían dificultades. Sobre todo Joan en un baloncesto de este nivel, de esta exigencia física, donde se juega más rápido, se llega antes a los sitios y son más atletas. Pero no apostaría todo diciendo que no sería capaz, porque si algo tenía Chichi Creus era inteligencia a la hora de jugar. En ese momento él ya se enfrentaba a bases como Elmer Benet, como Andre Turner o como Anderson, que eran muchísimos más rápidos que él.

Cuando yo propongo una defensa del balance defensivo, una defensa del contraataque donde a él le digo que si puede coger al rival todo el campo, mis ayudantes me decían ·hostia chichi tiene 40 años, esto no sé si va a ser mucho desgaste". Entonces se lo explicaba a él y me decía: "Ah, perfecto Luis, eso me viene muy bien, porque si tengo que ir atrás a defender a estos jugadores tan rápidos y vienen ya con una velocidad mientras yo estoy a cero, me cuesta mucho cogerlos, pero si los dos empezamos de cero, ellos con balón y yo con la defensa y estoy al mismo ritmo que ellos, puedo. Claro que puedo". Era tan inteligente que sabía cuándo tenía que presionar, ir detrás de él y defender.

¿Podrían jugar ahora? Igual sí porque eran muy inteligentes. Yo a Sallier sí lo veo porque si algo tenía este jugador es que jugaba muy bien. Era más lento, pero jugaba bien de cara, de espaldas, tenía volumen para jugar… Pero sí que es verdad que la evolución ha sido otra y también el concepto.

¿Cuántas veces te recuerdan a lo largo de una semana aquella gesta con el TDK?

Me lo recuerdan cada vez que llego a un sitio nuevo. Y sí, la gente me lo dice por la calle, pero ya la gente mayor [Risas] Yo ahora voy a clínics y mucha gente no lo conoce, no se acuerda.

Pero sí, me lo recuerdan muchas veces, porque no deja de ser un hito en la historia de nuestro baloncesto. A ver cuándo otro equipo de las características del TDK Manresa puede volver a ser campeón. Este año Murcia jugó la final y es lo más cercano que ha estado a parecerse aquello. Fue un hito y evidentemente la gente lo recuerda y eso lo agradezco, pero aunque cada vez me encuentro a menos gente que lo ha vivido y que lo recuerda porque no lo tiene su retina. Esto también es bueno porque significa que han pasado años y continúo todavía aquí.

"El título del TDK me lo recuerdan cada vez que llego a un sitio nuevo. Y sí, la gente me lo dice por la calle, pero ya la gente mayor"

Cuéntame algún secreto de ese equipo campeón.

Yo era un entrenador joven, debutante en la liga. Yo he salido del barro, de la Tercera división en Almodóvar del Campo, pasando por la segunda en Don Benito, primera B, EBA, LEB… yo ya tenía una trayectoria cuando llego a Manresa, pero nunca había entrenado en ACB.

¿Qué es lo primero que pasa? Que los jugadores son de unas características acordes a lo que yo les voy a pedir como estilo de juego. Yo traía un baloncesto en el que creía y tenía que trasladárselo a los jugadores, el baloncesto que me había llevado hasta ahí, aunque no hubiera estado nunca en la ACB. Entonces, mis propuestas se ajustaban perfectamente a las características de los jugadores que teníamos. Y encima si a Joan Creus le decías 'oye, tienes que presionar a toda la pista', que podía ser algo raro. Pero resulta que él lo traslada lo entiende y le va mejor y entonces el de al lado veía hacerlo al de 40 años, imagínate.

Entonces, lo primero era que tenía jugadores con unas características muy acordes para el baloncesto que yo planteaba. Eso fue fundamental. Y luego, de ese equipo nadie se acuerda, pero fuimos los primeros en el ranking de tapones de la liga. Teníamos jugadores de una envergadura tremenda como Sallier, Derrick Alston, Herb Jones, Jordi Singla, Lisard González. Cada entrenamiento era tapones, tapones y tapones y eso en defensa te da muchas cosas.

¿Y alguna anécdota de ese vestuario?

Que se lo pasaban bien dentro y fuera de la pista y yo creo que fue un equipo que supo interpretar eso.

Como anécdota, cuando estábamos jugando los playoffs, que jugamos cuartos y semifinales, después de algún partido de casa había un coche de los americanos que siempre lo pillaba el mismo radar de la ronda litoral. O sea, que se escapaban de Manresa a Barcelona. Y cuando acabamos la liga, llegaron las multas y dijimos, 'a ver, mira la fecha' [Risas]. Porque durante la competición no nos enteramos. Los tíos se iban a Barcelona, lo pasaban bien y al día siguiente estaban entrenando. Yo creo que interpretaron muy bien el divertirse con este juego sin perder la ambición. Porque eran muy ambiciosos.

Por ejemplo, en semifinales, yo preparaba el partido y siempre me venía Herb Jones y me decía "coach, ¿no tienes confianza?". Y yo le respondía "sí, sí". Entonces él me respondía "vamos a ganar". "Hostia, pues si me dices tú, venga, adelante". Y la verdad es que yo creo que ese año de cinco partidos, le ganamos cuatro al Madrid. Eran muy ambiciosos. Si a todo esto que te estoy contando no lo sumas que tienen un punto de ambición fuerte, pues olvídate.

Luis Casimiro. Archivo
Luis Casimiro. Archivo

En todos estos años, es muy complicado evidentemente, pero, ¿un jugador que te haya sorprendido para bien?

Es complicado quedarme con un jugador solo. Recientemente yo no conocía a Jean Montero cuando lo trajeron a Sevilla y me pareció un jugador espectacular. Tanto Montero como la evolución de Shannon Evans. Cuando llego a Sevilla, Evans estaba un poco cuestionado y fue increíble porque tuvo una capacidad de crecer increíble. Y cuando empiezas a entrenar a Montero ves una serie de capacidades innatas que ves que es muy bueno. Estos dos por quedarme con algunos de los más actuales.

Y la pregunta al contrario, ¿alguno que te haya sorprendido para mal?

Como entrenador, tú no puedes evitar que si abres el armario te caiga algún cadáver. Prefiero no abrirlo.

En equipos con más presupuesto y exigencia como Unicaja o Valencia, ¿cómo lo manejas?

Equipos ganadores en mi trayectoria estaban TDK Manresa, que no se esperaba pero le hicimos ganador, Pamesa Valencia, Gran Canaria y Unicaja. Cualquiera que quiera que mire el porcentaje de victorias/derrotas mías ahí y lo verá. Para que no lo diga yo, que lo digan los números.

Tengo la capacidad de adaptarme a equipos con más presupuesto y a clubes con menos presupuesto. Creo que esa es mi gran virtud, que soy un poco camaleónico a la hora de trabajar en varios sitios.

Tengo la suerte de que he ganado títulos en ACB, en LEB… Y luego he perdido finales de las que mucha gente no se acuerda, porque al segundo nadie lo recuerda, pero he perdido finales de Copa del Rey, finales europeas… Creo que mi gran virtud es la adaptación a lo que tengo y trabajar con las condiciones que tienes.

Luego también trabajas en un club tan particular como es Estudiantes, con esa tradición y esa idiosincrasia tan única.

Mis tres años en Estudiantes fueron muy buenos tres años. Cuando entró venían de situaciones de salvar el descenso in extremis y ese primer año además tenemos la Copa del Rey por invitación y jugamos semifinales, que perdemos contra Unicaja. Nos salvamos y estuvimos en una zona media muy tranquila, sin pasar apuros. El segundo año jugamos muy bien, nos clasificamos para la Copa del Rey en Bilbao acabamos jugando el playoff contra Baskonia, que nos elimina, y nos clasificamos en EuroCup. En mi tercer y último año allí jugamos las dos competiciones, la Eurocup y la Liga. Y entre medias, intentamos formar jugadores, que algunos llegaron como Jason Granger, que yo entreno con 18 años, o el caso de Jaime Fernández, que debuta conmigo con 16 años.

Es un club con mucha historia, con mucha marca y fue un placer entrenarlo. Yo estaba súper identificado. Estaba estable, estaba bien, pero sus directivos decidieron hacer otra cosa. Es un club de una historia tremenda, pero que ahora mismo está donde está o en ese momento pues con los presupuestos que había, había que luchar. Yo sufrí un concurso de acreedores durante esos años. En definitiva, dificultades.

Igual que cuando estuve en Málaga pues al final los tres años que estuve allí son los tres años de menos presupuesto que ha tenido Unicaja en su historia. Como decía antes, te toca lidiar con esto, sacar el mayor producto a todo lo que tienes, aprovechar y exprimir a todos los jugadores que tienes a tu alcance para hacer el trabajo correcto.

Y entre medias de esos clubes con más presupuesto, ciudades como Cáceres, Valladolid o ahora Lugo.

Se vive el baloncesto con más intensidad. El otro día se lo decía a un amigo en Gran Canaria, en tres días en Lugo me han pedido por la calle más fotos que tres años en Sevilla. En estas ciudades no pasas desapercibido. Ten en que eres una parte importante de algo que les apasiona como es el baloncesto. Y luego son ciudades que fuera del baloncesto, se vive de maravilla. Y luego son apasionados y lo prefiero, que la gente lo viva, que lo lleve en el corazón y que todo eso se traslade.