Los 202 días en los que el Estudiantes pudo fichar a Michael Jordan: "Me dijeron que si yo aceptaría que estuviera en el equipo"
Pepu Hernández, técnico del equipo, recuerda en Relevo cómo fueron esos meses de 1998 en los que el equipo colegial se planteó la posibilidad.
Nunca llegó a pasar. La foto no se hizo realidad. Pero el sueño existió y la posibilidad se puso encima de la mesa como algo factible. No era una locura, aunque hoy suene a ciencia ficción. Fueron los 202 días en los que un equipo de baloncesto de patio de colegio soñó y tanteó la posibilidad de fichar a Michael Jordan, el mejor jugador del planeta y, para muchos, el más grande de todos los tiempos. ¿Cómo? Como lo oyen.
La historia es recurrente en las oficinas del Movistar Estudiantes en el Ramiro. Sobre todo en Navidad, como recuerda Santi Escribano, exjefe de prensa del equipo colegial. Y es que en esa época en la que todo es posible, en 1998, fue cuando germinó la idea de poder vestir a Jordan con otro rojo diferente al de los Chicago Bulls, el color que en esa época vestía un Estu al que acompañaba el nombre de la empresa internacional de recursos humanos Adecco.
Precisamente de la cabeza de dos de sus directivos en España, Miguel Alfajeme y Luis Sánchez de León, surgió la posibilidad. Los dos representantes de Adecco eran conscientes de la situación en una NBA que no había empezado la temporada. Apenas unas semanas después de que el propio Jordan dejara en la retina una de las canastas más famosas de la historia, el comisionado David Stern anunció el cierre patronal de la liga el 30 de junio de 1998, al no haber llegado a un acuerdo a la hora de firmar un nuevo convenio colectivo.
Un parón del que el baloncesto europeo quiso sacar provecho y el Estudiantes apuntó al objetivo más alto posible: Michael Jeffrey Jordan, hexacampeón de la NBA y cuatro veces MVP de la liga. Los dos directivos de Adecco se pusieron en contacto con las oficinas centrales de San Francisco, que decide dedicar todo su presupuesto de marketing para intentar la operación y aprobaron un presupuesto de 2.000 millones de las antiguas pesetas -12 millones de euros- para tratar de convencer al '23' y a sus agentes.
Esa era la parte más complicada, hacerle llegar la oferta y convencerle de viajar a Madrid para enfundarse la camiseta del club colegial, que en aquella temporada 98-99 estaba liderado por Nacho Azofra, Carlos Jiménez y Alfonso Reyes, que contaba con Chandler Thompson y Shaun Vandiver como extranjeros y que tenía en Pepu Hernández a su director de orquesta desde el banquillo.
"Es cierto que en ese lockout de la NBA se vio la posibilidad de hacer, y creo que se llegó a realizar, una oferta a través de Adecco Mundo", recuerda el técnico madrileño en conversación telefónica con Relevo, que reconoce que la posibilidad fue real. "Se llegó una situación donde sí parecía que se podía hacer una oferta para que Michael Jordan viniera al Estudiantes".
Hernández, que esa temporada llevó a los colegiales hasta las semifinales de la ACB, recibió una llamada que reclamaba su presencia en las oficinas de la calle Serrano 127. Fue en ese momento cuando se enteró. "Hubo una reunión con nuestro presidente, vicepresidente y gerente, que en aquel momento eran Alejandro González Varona y Fernando Martínez Arroyo y Miguel Alfageme como vicepresidente. Me sentaron en el despacho y me dijeron que si yo aceptaría que Michael Jordan estuviera en el equipo. Me hizo bastante gracia".
"Era un bombazo tremendo que Jordan estuviera, primero en Europa y segundo en Estudiantes, jugando nuestra competición. Nos iba a poner en el mundo. Sabía que iba a haber muchos condicionantes. Pero pensando no solo en el equipo, sino en el club, pues dije que por supuesto, que me parecía que sí existía esa opción o esa posibilidad se tendría que desarrollar", recuerda Pepu, que en un primer momento decidió guardar silencio ante el equipo.
"Cerré la puerta y yo creo que me bajé a la cancha a entrenar. Dije que por supuesto, que me parecía que sí existía esa opción o esa posibilidad se tendría que desarrollar"
¿Sería una tomadura de pelo? "Sabía perfectamente que se estaba hablando en serio y creo que ellos también vieron que mi reacción era sincera". Pepu lo tiene claro, pero en un primer momento decidió guardar silencio con el equipo. "Cerré la puerta y yo creo que me bajé a la cancha a entrenar. Sólo pensaba en entrenar".
La llegada de Jordan no sólo implicaba un desembolso económico para el club colegial. Los directivos, que ya tenían el teléfono del agente de Jordan para hacerle llegar la oferta tras la Navidad, sabían que su fichaje tenía otros condicionantes como era su participación en las actividades del club y, por encima de todo, el golf. Y ahí jugaba un papel fundamental la figura de Severiano Ballesteros, que iba a darle clases particulares como recogía la revista Gigantes del Basket en 1999, cuando se hizo eco de esta historia.
"Se nos informó que había una posibilidad que Jordan viniese a España", recuerda Iván Ballesteros, sobrino del golfista de Pedreña, en conversación con el podcast 'Hechos Reales'. "Nos preguntaron si había alguna posibilidad de organizar partidos con Seve, que admiraba a Jordan. Yo creo que era mutuo".
Pepu también señala o apunta que nunca supo realmente las condiciones en las que podría llegar al Estu, pero es consciente de que su llegada no era sólo baloncesto. "Condicionaba mucho. De alguna manera era tener a alguien que no estaría posiblemente sujeto a las mismas condiciones en las que estábamos todos, pero pensando en el impacto para el club y para la liga, era tremendo".
Finalmente, el 18 de enero el cuento de Navidad terminó. David Stern anunció el acuerdo entre propietarios y jugadores para el reparto de los beneficios y con ello se ponía fin al lockout y al sueño de Adecco Estudiantes. "Los agentes de Jordan llegaron a valorar la oferta, que fue real, pero el lockout terminó antes de que le hubiera podido llegar al propio Michael", recordaba años después Paco Torres, director de Gigantes, para quien "no hubiera sido descabellado que hubiera aceptado".
La NBA volvía a su curso, aunque Jordan no. El jugador, tras no llegar a un acuerdo de renovación con los Bulls anunciaba su segunda retirada (que no la definitiva) del mundo del baloncesto. Un paréntesis que duró dos años hasta que 'His Airness' descolgó las botas tras los atentados del 11-S. Pero esa ya es otra historia.