Cuántos jugadores hay en un equipo de baloncesto

El baloncesto es uno de los deportes de equipo más populares del mundo. Creado en Estados Unidos el 21 de diciembre de 1891, se trata de la disciplina norteamericana que ha logrado una mayor implantación global. Claro que en un primer momento, el juego inventado por el doctor James Naismith no tenía mucho que ver con el que conocemos en la actualidad. Como suele ser habitual en estos casos, poco a poco el nuevo deporte fue refinando sus normas según se encontraba diferentes obstáculos por medio de la práctica. Tiene sentido que fuese así, al fin y al cabo el objetivo inicial del baloncesto era tan poco pretencioso como entretener a unos cuantos alumnos durante los meses de invierno.

De hecho, en un inicio del baloncesto no tenía un número de jugadores por equipo fijado. La intención del doctor Naismith era que sus alumnos hicieran algo de actividad física en interiores, por lo que puso a todo el mundo a jugar. Evidentemente, aquello no era práctico si se pretendía estandarizar el deporte. De esta manera, en 1897 llegó una de las normas que definirían al incipiente deporte.

Cada equipo de baloncesto se compone de cinco jugadores en pista. No se trata de un número arbitrario, ya que se eligió en función de las dimensiones de la pista y del espacio que se creía que podían necesitar los jugadores para jugar de forma fluida. Hay que tener en cuenta que esta modificación del reglamento se trató de una de las primeras evoluciones que se realizaron al margen del criterio de Naismith, quien al principio se mostró contrario incluso.

Sin embargo, el rápido crecimiento que tuvo el nuevo juego hizo que, a partir de 1896, el reglamento del baloncesto fuese jurisdicción de la Amateur Sports Federation. Fue este organismo el que determinó el número mágico de cinco jugadores por equipo, que todavía se mantiene hasta nuestros días. Cuando el 18 de junio de 1932 se creó la FIBA, una de sus primeras tareas fue la redacción de un reglamento internacional de baloncesto. En líneas generales, el nuevo organismo ratificó las reglas que ya se utilizaban en Estados Unidos. Con alguna matización, eso sí. Por ejemplo, el primer reglamento de la FIBA estableció que cada equipo de baloncesto debía componerse de cinco jugadores más dos suplentes. Algo que se ha superado con el tiempo.

Al fin y al cabo, el baloncesto se caracteriza por su dinamismo. Esto se ejemplifica en la fluidez de jugadores que saltan a la cancha en la actualidad. A diferencia de lo que sucede por ejemplo en el fútbol, en el baloncesto las sustituciones de jugadores son ilimitadas. Con el paso del tiempo, esta rotación constante se ha convertido en una de las principales características del juego. Sobre todo en la aproximación realizada desde el entorno FIBA, ya que en la NBA la diferencia entre los titulares y los suplentes tiende a ser más acusada.

En Europa, por contra, es habitual que, a lo largo de un partido, sean varios los jugadores que disputan un número parejo de minutos. Entrando y saliendo del banquillo según las necesidades del encuentro. Por ello, para un entrenador de baloncesto es muy importante tener una rotación lo más profunda posible. En el baloncesto FIBA una plantilla de baloncesto se compone de 12 jugadores. Mejor dicho, un equipo de baloncesto en una competición de FIBA puede convocar a un máximo de 12 jugadores (cinco sobre la cancha y siete en el banquillo). Porque es un hecho consumado que, en la actualidad, debido a lo abultado de su calendario, la mayoría de equipos de Euroliga cuentan con 14 o 15 fichas que van convocando y desconvocando según la competición que deben jugar.

En la NBA las reglas son ligeramente diferentes. Hay que tener en cuenta que los partidos en la competición estadounidense son más largos, ya que duran 48 minutos por los 40 del reglamento internacional. Además, su temporada regular consta de 82 partidos. Por ello, es lógico pensar que, a lo largo del año, pueden necesitar más efectivos para paliar posibles bajas o dar descanso a determinados jugadores. La plantilla de un equipo de la NBA se compone de un máximo de 15 jugadores más tres con contrato dual, que pueden ser convocados o desconvocados según las necesidades del equipo. Eso sí, para un partido un equipo de la NBA tendrá como máximo 13 jugadores activos, cambiados de ropa y listos para saltar a la cancha, y dos inactivos.

La Liga Endesa es una competición de baloncesto que se disputa bajo el reglamento de la FIBA. Por ello, los equipos de la ACB pueden tener un máximo de 12 jugadores inscritos por jornada. Si bien es cierto que cada conjunto puede realizar un número ilimitado de convocatorias, la competición limita a 20 el número de jugadores que puede utilizar a lo largo de la temporada. Es decir, un equipo de ACB no puede utilizar más de 20 jugadores distintos a lo largo del curso. En este tope autoimpuesto, eso sí, no contabilizan los jugadores con ficha de equipos de la cantera.

Además, la Liga Endesa impone a sus equipos que, de los 12 jugadores que forman cada convocatoria, cuatro tienen que tener la condición de jugador de formación local. Son los conocidos cupos, creados sobre el papel para proteger la figura del jugador nacional, algo a lo que los equipos han logrado darle la vuelta con el paso del tiempo. El jugador de formación local es aquel que, entre su segundo año de categoría infantil (13 a 14 años) y su segundo año de categoría senior (19 a 20 años), haya jugado al menos tres temporadas en un club adscrito a la Federación Española de Baloncesto.

Aquella norma, bienintencionada en un principio, en la práctica hizo que muchos clubes de ACB se volcasen en reclutar a algunos de los jugadores más prometedores del mundo para sus canteras. En muchos casos, paradógicamente, quitando espacio a jugadores locales. Son los casos de Luka Doncic, Kistaps Porzingis o Edy Tavares, por poner el ejemplo de tres jugadores diferenciales que ocupan o ocuparon una plaza de jugador de formación local.