Y 24 años después... otra generación de oro vuelve a dominar el mundo

Han pasado 24 años desde la última vez. Pero ha valido la pena. España vuelve a ser campeona del mundo Sub-19. Ese título que llega después del oro en el Eurobasket que consiguió esta misma generación hace sólo un año. Una gesta que hace a la generación de Izan Almansa tomar el relevo de la de Pau Gasol. La generación dorada acaba de coronarse como lo hizo aquella en 1999. Y lo ha hecho tras un partido excelso, épico, de altísimo nivel, ante Francia (73-69).

La defensa ha sido la clave. El mayor arma que ha decantado la final. Y en eso, quienes han sabido usarla de mejor manera -o de forma más efectiva- han sido los de Dani Miret. Y no, esta vez no hay que mirar nombres propios -que los hay- o estadísticas individuales, sino a nivel colectivo. Porque lo coral ha sido el mayor arma de España para conseguir una gesta como la de este domingo. Aunque haya habido que llegar a la prórroga para certificarlo.

Porque, eso sí, si algo ha quedado claro en esta final del Mundial Sub-19 de Hungría es que el futuro ya está aquí. Y lo más importante: no hay que salir de Europa para encontrarlo. El nivel que han mostrado España y Francia en la lucha por el oro ha sido de los que dejan claro que el baloncesto europeo va a más. Y que dará -y seguirá dando- mucho que hablar en los próximos años.

El nivel de la final del Mundial Sub-19 es de los que invitan a soñar. Tanto para España como para Francia. El partido que han planteado, el juego, el talento... Y, en general, todo lo que se ha visto sobre el parqué a veces te hacía pensar que no se trataba de un partido de categorías inferiores, sino de alto nivel. Y eso es algo muy positivo para el baloncesto europeo. Porque es síntoma de que lo que viene por detrás volverá a dar que hablar y seguirá haciendo crecer al mundo de la canasta a nivel continental.

Es innegable que lo visto en estos dos años es algo casi único. Lo que trae consigo la generación de 2004 es mucho baloncesto y de calidad. Así se vio durante el Eurobasket Sub-18 el pasado verano y así se ha visto en el Mundial Sub-19 este verano. La capacidad de sumar entre todos, sabiendo canalizar el talento individual -que hay, y mucho- de los 12 que han disputado este torneo es para aplaudir. Porque el baloncesto que ha jugado España durante el torneo ha sido de un nivel que ilusiona y mucho de cara al futuro. Y la capacidad defensiva que ha desplegado la Selección ha sido bien merecedora de lo que ha conseguido: ser campeona del mundo.

El talento de la selección francesa es abrumador. El combinado galo logró eliminar a la hasta ahora campeona del mundo, EE. UU., y plantarse en una final en la que han dejado claro que además de la calidad individual, el físico que es capaz de insuflar es una arma arrolladora. A esto hay que sumar que les han faltado dos piezas: Victor Wembanyama -número 1 del Draft 2023, que jugará en los Spurs-, y Sidy Cissoko, también elegido por la franquicia de San Antonio, lo que hace de esta generación francesa, la de 2004, una auténtica mina de oro.

Jordi Rodríguez ha sido, junto a Almansa, parte del quinteto ideal del Mundial Sub-19. No es para menos. La multitud de recursos que tiene el canterano de la Penya a la hora de jugar ha quedado clara durante este campeonato. Y su manera de leer y finalizar, pero también de saber cómo defender -clave en esta Selección- bien valen el reconocimiento. Por eso, mi whatsapp va para él: el futuro es tuyo, el presente... empieza a serlo también.

¿Qué se puede decir de él que no se haya dicho ya? Lo de Izan Almansa es de otra galaxia. Por eso, voy a ser breve y me voy a limitar a lo que podría ser darle un retuit a esto:

Es verdad que los focos siempre se han ido para Izan Almansa o Baba Miller, por eso son las llamadas estrellas de esta Sub-19, pero el torneo que ha firmado Isaac Nogués y, sobre todo, la final que ha dejado el que fuera canterano de la Penya ha sido para destacar. Porque es el típico jugador de intangibles que tanta falta hace en cualquier equipo y, aunque esta vez las estadísticas sí que reflejan algo más lo que ha aportado, la capacidad defensiva que tiene, hasta el punto de ser capaz de desgastar y desquiciar a su rival, es digna de aplaudir. Por eso, mi fondo de pantalla es el mate que ha protagonizado, como culmen a una gran actuación.

Hay que tener mucha sangre fría para iniciar la prórroga con un triple que ponga el +3 en el marcador. Pero así es Rafa Villar. El que ha tirado de muñeca en la prórroga ha sido el director de juego de España. Un base con carisma y mucha visión de juego que ha sabido cómo y cuándo tenía que tirar del carro. Este año ha estado cedido en Força Lleida en LEB Oro, pero en septiembre, ahora que el que fuera su entrenador en el filial culé, Roger Grimau, es el nuevo entrenador del Barça, quizá pueda tener un hueco entre la primera plantilla.