ATLETISMO

Marta García, la atleta que borra del mapa a Marta Domínguez: "Ha sido positivo que esos récords cambien de apellido"

La fondista palentina atiende a Relevo antes de acudir a su primer Mundial, en Glasgow, donde buscará dar la sorpresa en los 3000 metros bajo techo.

Marta García celebra su victoria en los Ctos. de España de pista cubierta de Orense, el pasado 17 de febrero. /RFEA
Marta García celebra su victoria en los Ctos. de España de pista cubierta de Orense, el pasado 17 de febrero. RFEA
Daniel Arribas

Daniel Arribas

A caballo entre Buitrago del Lozoya y Suiza, donde vive y entrena la mayor parte del año, Marta García detiene su mente por un momento en la capital de España, donde suelta las piernas en Gallur antes de viajar a Glasgow, ciudad en la que este sábado a las 21:15h debuta en un Campeonato del Mundo de atletismo. "Es una carrera más", aclara a Relevo, confiada ante la oportunidad de romper nuevas barreras en una final bajo techo.

Hace poco más de un año, en octubre de 2022, su vida cambió por completo. Terminó la carrera de Medicina y, tras años viviendo dos vidas en una, tuvo que decidir. "Aparqué la medicina y me uní a mi actual equipo, el OAC Europe, para dedicarme 100% al atletismo", señala la fondista, que, aunque nacida en León, se siente palentina, tierra en la que echó raíces. "Desde entonces, mi día a día ha sido, digamos, bastante monótono".

Los inicios, eso sí, no fueron fáciles. "La verdad es que 2023 fue un año muy complicado", reconoce. "Tuve que ser valiente, porque dejar mi vocación y no seguir el camino del MIR fue duro, pero más incluso por mi rendimiento. Claro, yo quería que me saliera todo de primeras. Había dado un salto de calidad, lo estaba apostando todo al atletismo y quería estar con las mejores. Empecé a exigirme mucho".

La acumulación de noches lejos de casa, claro, tampoco ayudó. "Pasaba la mitad del año fuera y me preguntaba a mí misma si de verdad todo aquello merecía la pena", recuerda. "Pero mira, quise ser valiente. En todo momento, incluso en los más complicados, sentí que eso era una experiencia que tenía que vivir y la palabra clave durante todo el proceso fue confianza, tanto en mi entrenador, con el que prácticamente acababa de empezar, como en mi grupo y en mí misma".

"Ahora nos hemos acostumbrado, con la tecnología, las redes y demás, a que todo llegue con un clic, que hagas así, chas, y todo llegue al momento", explica quien, hasta hace nada, dedicaba horas y horas de estudio bajo el flexo. "Si quieres conseguir algo, hay que poner sacrificio y paciencia. No puedes estudiar el día de antes y sacar un diez en el examen. El atletismo es un poco lo mismo, hay que confiar en el trabajo diario y pensar que puedes hacerlo".

"No voy a Glasgow para conformarme con participar, quiero estar con las mejores"

Marta García Atleta

Además de la medicina y el atletismo, García, culo inquieto por antonomasia, estudió ocho años de guitarra en el conservatorio. "¡Es que no sé estarme quieta! No tengo muy interiorizado eso de descansar", admite entre risas. "De hecho, es una de las cosas que más me cuesta. Me voy acostumbrando a esa tranquilidad, a ese día a día más lento, sin tener que estar haciendo cosas todo el rato, pero me cuesta, incluso hace un tiempo me generaba algo de ansiedad. Ahora miro para atrás y digo, ¿cómo era capaz de hacer todas esas cosas en un día? ¡Me parece una locura!".

La disciplina, esa que aplicó durante años ante las montañas de apuntes, tiene mucho que ver. "Estudiar es muy parecido a lo que vives como deportista", reconoce. "Cuando corres, hay veces que tu cerebro te dice que ya no puede, pero tus piernas tienen un poco más. Estudiando era igual, más aún en época de exámenes, cuando te fallan las fuerzas. Al final, creo que es fundamental tener esa conexión entre ambas partes, porque la mente siempre te va a querer parar antes que lo que de verdad te dice el cuerpo".

Al Mundial de Glasgow batiendo los récords de Marta Domínguez

La palentina, que desde este martes se encuentra en Glasgow junto al resto de atletas españoles seleccionados para el Mundial de pista cubierta, afronta su primera gran cita con una tranquilidad pasmosa. "No quiero darle mucha importancia", señala. "Creo que es el broche perfecto para cerrar una temporada invernal que creo que voy a recordar el resto de mi vida".

No es para menos, claro. Con 26 años recién cumplidos, García se ha convertido en la nueva esperanza del fondo nacional. Y todo, o gran parte de ello, por lo demostrado en Boston, donde a finales de enero destrozó el récord de España de 5.000 metros en pista corta con una marca de 14:46:37, casi 40 segundos menos que el anterior registro. Una semana más tarde, en la misma ciudad, la palentina hizo lo propio en los 3.000, deteniendo el reloj en 8:38:34, dos segundos más rápida que otra Marta, Domínguez, también palentina, aunque condenada a tres años de suspensión y despojada de muchos de sus logros tras el escándalo de dopaje destapado en la Operación Galgo.

Marta Domínguez, a la derecha, durante el Mundial de atletismo de París, en 2003. AFP
Marta Domínguez, a la derecha, durante el Mundial de atletismo de París, en 2003. AFP

"Bueno, si me paro a pensarlo, me hace ilusión que el récord de España se quede en Palencia", asegura García, que aún cursaba Educación Infantil cuando su tocaya rompió todos los registros en el Mundial de pista cubierta de Lisboa. "Después de todo lo que pasó... Creo que para mucha gente a nivel nacional ha sido ha sido positivo que esos récords cambiasen de apellido".

"Aun así, lo que más ilusión me hacía era la mínima olímpica. Sabemos que Marta Domínguez tiene un gran palmarés, medallas mundiales, y correr por debajo de 8:40 no es nada fácil", sentencia. "Me quedo con el mérito de mi marca, porque, sin meterme más en el tema, yo no fui a por el récord de Marta como tal. Creo que fue consecuencia de mi gran estado de forma, ese que me ha traído hasta aquí".

La palentina, que también batió en Boston el récord de España de los 2.000 metros (5:45:33), según confiesa, al ritmo de 'Lovin on Me', quiere disfrutar en Glasgow, más aún tras perderse el Mundial al aire libre del último verano. "Sin duda, no ir a Budapest fue el momento más duro de mi carrera", sentencia. "Yo me había convencido a mí misma de que tenía el nivel para estar, pero no pudo ser. Ahora, en cambio, me siento con fuerza y ganas. Creo que puedo ser más competitiva en el 5.000 que en el 3.000, pero no voy a estas citas para conformarme con participar. Quiero estar con las mejores".