ATLETISMO

Cuál es la distancia de una maratón

La historia que hay detrás del recorrido estándar de este tipo de carrera de resistencia tiene a la realeza británica como protagonista.

La keniana Hellen Obiri, ganadora de la Maratón de Nueva York 2023. /EFE
La keniana Hellen Obiri, ganadora de la Maratón de Nueva York 2023. EFE
Alejandro Lingenti

Alejandro Lingenti

La maratón es una de las pruebas más exigentes del atletismo. Demanda una enorme resistencia física, gran fortaleza psicológica y también un plan concreto de carrera que facilite obtener resultados virtuosos como los que han logrado en el primer nivel el keniata Kelvin Kiptum y la etíope Tigist Assefa, los poseedores de los récords de la disciplina en las categorías masculina y femenina, respectivamente.

Kiptum lo consiguió en la maratón de Chicago de 2023. Su tiempo fue de 2 horas y 35 segundos, una marca realmente asombrosa. También en 2023, Assefa llegó a la meta de la maratón de Berlín en 2 horas, 11 minutos y 53 segundos. Son dos casos notorios del fenómeno de los atletas africanos, dominadores absolutos en el terreno de la maratón en los últimos años. Con ellos las maratones duran menos que nunca, parecen desafiar los límites de la lógica.

Dada la popularidad que las maratones han ganado en todo mundo -sobre todo a partir de los años 60, con la incorporación de la mujer a las competiciones-, hoy está muy extendido el dato de que una carrera de este tipo tiene una distancia de 42 kilómetros. Es una cifra que conocen incluso muchos de los que ni siquiera han participado en una carrera amateur. Pero el número exacto, 42.195 metros (es decir, 42,19 km), tiene una historia curiosa que ocurrió en 1908 y determinó esa distancia exacta para las maratones.

Cuantos kilómetros se corren en una maratón y por qué

Más allá de la historia del correo griego Filípides en la Antigua Grecia, la maratón tuvo un punto de inflexión en los Juegos Olímpicos de Londres 1908, cuando apareció sin aviso previo un pedido especial de Alejandra de Dinamarca, reina de Inglaterra en ese momento, que los organizadores decidieron satisfacer.

La carrera iba a tener una distancia de 40 kilómetros, como en los tres Juegos Olímpicos anteriores, pero la línea de salida se cambió para que los niños de la realeza pudieran verla desde el Royal Nursery, la guardería del Castillo de Windsor. Y también se resolvió que la meta estuviera ubicada justo enfrente del lugar ocupado por la reina en el White City Stadium, la sede de los Juegos de 1908. La distancia exacta que separa el Castillo de Windsor y el palco real del White City Stadium es de 42.195 metros, que finalmente quedó oficializada para la disciplina desde los Juegos de París 1924.

Lo que resulta indiscutible es que se trata de una prueba difícil hasta para los atletas más preparados. Y que ganarla es el deseo de todos. Ni hablar si además se marca un récord mundial. Lograr ese objetivo requiere de mucho entrenamiento y también de saber aprovechar la tecnología aplicada al deporte en en todas sus dimensiones. Pero lo decisivo siempre es el deportista. Como le ha dicho Tigist Assefa a Relevo , "las zapatilas no corren solas".