ANÁLISIS: EUROPEO DE CROSS

El atletismo español sonríe en el barro

El equipo español sub 23, bronce en el Europeo de Cross. /RFEA
El equipo español sub 23, bronce en el Europeo de Cross. RFEA

El Campeonato de Europa de Cross fue un ejercicio de supervivencia. En el Parque de Laeken de Bruselas, a los pies del imperial Atomium, los atletas se afanaban en mantener la verticalidad, agarrados en cada curva a las vallas. La prueba era una yincana marcada por el barro, una suerte de París-Roubaix en la que los fondistas iban cayendo en sus propias trampas, las que agravaron la víspera, en el entrenamiento oficial, con sus zancadas.

En estas circunstancias complejas y desconocidas para muchos, España dio la cara. El Europeo de cross no dejó ninguna medalla individual para la Roja, pero sí tres preseas colectivas y la sensación, una vez más, de que la Selección despierta ilusiones en cada gran campeonato. Esa es la tónica general desde hace unos años y hay que saber valorarlo.

Los análisis son poliédricos, pero se distinguen caras muy positivas en esta España. Irene Sánchez-Escribano, con un octavo puesto que aupó al equipo a la plata en categoría sénior, recogió con total merecimiento los frutos a muchos años de trabajo a las órdenes de Antonio Serrano. Una fondista ejemplar, dentro y fuera de las pistas, que siempre rema a favor de un grupo que celebró su éxito por todo lo alto.

Irene Sánchez-Escribano, tras su carrera en Bruselas. RELEVO

En sub 23, las chicas se merecen un capítulo aparte. Ángela Viciosa, la hija del mítico Isaac, firmó una carrera extraordinaria a la que le faltaron 100 metros para bañarse en bronce. También María Forero, la discípula de José Enrique Villacorta, que desplegó toda su raza y carácter en su salto de categoría. Atendiendo a sus circunstancias, este sexto puesto tiene tanto o más mérito que el oro sub 20 del año pasado. Forero es pata negra y ha venido para quedarse.

Ángela Viciosa, tras su cuarto puesto. RELEVO

En chicos, Rubén Leonardo, octavo en sub 20; Miguel Ruibal, quinto en sub 23; y Abde Oukhelfen, séptimo en absolutos, resolvieron con garantías sus respectivos papelones en el fango. No fue el día del nerjeño Oussaim Oumaiz, pero se comportó como un profesional dejándose el alma por la causa. El barró no perdonó a nadie. En la lista de damnificados, el italiano Crippa y el belga Kimeli, dos de los favoritos en las quinielas de los sénior. Entre los más jóvenes, el propio Niels Laros, la joya de la corona del atletismo neerlandés, todo un finalista mundial de 1.500 en categoría absoluta, tuvo que conformarse con la plata sub 20 en Bruselas.

El equipo español sub 20, bronce en el Campeonato de Europa de campo a través.  RFEA
El equipo español sub 20, bronce en el Campeonato de Europa de campo a través. RFEA

La actuación española fue notable y el ambiente sobresaliente. La concentración de la Selección desprendía energía positiva en cada metro cuadrado. Atletas, entrenadores, cuerpo médico, comunicación... y un juez 'azulón' de Getafe respirando la misma pasión por su trabajo. En este ensamblaje juega un papel importante el seleccionador Pepe Peiró, un hombre de consenso que, apoyado por un equipo muy competente y con el diálogo por bandera, es capaz de navegar en el océano de licencias, sueños y peticiones que vertebran el deporte rey de los Juegos.

El atletismo español ha conseguido reunir en la inmensa mayoría de pruebas a deportistas competitivos, que transmiten valores y conectan con la gente. En velocidad, mediofondo, fondo, en saltos y, cómo no, en la marcha, esa disciplina que lleva tirando del carro patrio desde el siglo pasado. La guinda sería dar un paso más en lanzamientos, pero todo llegará con trabajo. Lo fundamental es mantener viva la llama de la pasión, como ha demostrado la Roja en Bruselas 2023. El de Bélgica fue el primer gran campeonato de cross en el que un Ángel, de apellido Basas, observó a su Selección desde el cielo; el querido fisio de España, cuyo recuerdo permanente une más si cabe a sus compañeros.