ATLETISMO

La joven María Forero baila en la fiesta de San Jakob Ingebrigtsen

La onubense, discípula de José Enrique Villacorta, logra un oro memorable en el Europeo de Cross de Turín en categoría sub 20.

María Forero (19) entra vencedora en la meta de Turín. /RFEA
María Forero (19) entra vencedora en la meta de Turín. RFEA
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

La fondista María Forero, onubense de 19 años, fue la gran protagonista de la delegación española en el Europeo de Cross de Turín. La discípula del leonés José Enrique Villacorta logró una medalla de oro memorable en categoría sub 20 en el duro circuito italiano. La andaluza, que se escapó a falta de dos km, se impuso a la noruega Ostgard y a la finlandesa Mononien, a las que distanció en tres y cuatro segundos respectivamente.

Forero ya había logrado una meritoria quinta posición en los 5.000 m del Mundial sub 20 de Cali (Colombia) disputado el pasado mes de agosto. Hoy ni ella misma se esperaba una actuación de este calibre. "Es increíble, ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado estar tan arriba, he entrado en meta llorando", decía ante el micrófono de la Real Federación Española de Atletismo.

Las chicas del sub 20, con el noveno puesto de Iraia Mendía y el undécimo de Antía Castro, completaron la alegría con el oro por equipos, segunda de las cinco medallas que sumó España. Las otras llegaron con la plata del relevo mixto (formado por Jesús Gómez, Solange Pereira, Adrián Ben y Rosalía Tárrega) y los bronces de los equipos sub 20 y absoluto masculinos.

Fue en esta última categoría en la que el público disfrutó de la gran exhibición del campeonato. No por esperada deja de ser asombrosa cada actuación del noruego Jakob Ingebrigtsen. Aquel niño educado en la filosofía del "ganar, ganar, ganar y volver a ganar" jugó con los hombres que osaron disputarle el trono, con la soltura con la que vacilaba en el tartán a sus hermanos Henrik y Filip, atletas de nivel extraordinario, pero a años luz del fenómeno de la familia.

El primer valiente fue el italiano Yeman Crippa, que delante de su público parecía retar en las vueltas iniciales al rey escandinavo. La afrenta la pagaría cara, quedándose a la postre fuera del podio cuando llegaron los momentos de la verdad. En ellos, el británico Emile Cairess lanzó su ataque y Jakob le dejó creer que el oro era posible unos instantes. Nada más lejos de la realidad. Su medalla sería de plata, a 9 segundos del hombre que renovó su título en el cross continental.

El primer peldaño tenía dueño desde la salida, aunque Ingebrigtsen esperó al km 7 de los 10 de la prueba para irse de sus compañeros de viaje. Fue un cambio de ritmo sutil, con sordina, un pequeño acelerón en tercera velocidad para completar su enésimo entrenamiento con dorsal, este en 29:33. Tiene 22 años, un palmarés de leyenda y media vida por delante. Mientras el planeta está anestesiado con el Mundial de fútbol, algunos elegidos han podido catar hoy una añada de uno de los mejores deportistas del siglo, un atleta 99 puntos Parker. El bronce se lo llevó el belga Isaac Kimeli, a 12 segundos del mito noruego, y al que le faltó un peldaño para arrebatar la presea por equipos a España.

En cuanto a la delegación patria, Mo Katir, inexperto en estos terrenos, fue noveno, mejor español, justo por delante de Oukhelfen. Carlos Mayo y Roberto Alaiz, que vuelve poco a poco por sus fueros, llegaron en los puestos 17 y 18 respectivamente. En mujeres, ganó la también noruega Karoline Bjerkeli Grovdal, con Irene Sánchez Escribano (15) y Águeda Marqués (17) como mejores representantes españolas. El balance, cinco medallas que saben a gloria, como la que saborea a diario San Jakob.