TENIS

Un mal día para los nostálgicos: el revés a una mano da un paso más hacia su desaparición

Por primera vez en la historia, todos los top ten golpean a dos manos. "Se va extinguiendo por lo potente que es el tenis hoy en día", dice Lajovic, que le pega a una mano

Roger Federer golpea un revés a una mano durante el Open de Australia 2020. /EFE/EPA/SCOTT BARBOUR
Roger Federer golpea un revés a una mano durante el Open de Australia 2020. EFE/EPA/SCOTT BARBOUR
Sebastián Varela

Sebastián Varela

El 23 de agosto de 1973, la ATP publicaba el primer ranking de su historia. El rumano Ilie Nastase comandaba la clasificación, seguido de Manuel Orantes, Stan Smith, Arthur Ashe, Rod Laver, Ken Rosewall, John Newcombe, Adriano Panatta, Tom Okker y Jimmy Connors. Aquel primer top ten era un reflejo del tenis del momento: sólo Connors golpeaba el revés a dos manos.

Hoy, 19 de febrero de 2024, cincuenta años después, la ATP ha actualizado su ranking como cada semana. En las diez primeras posiciones aparecen Novak Djokovic, Carlos Alcaraz, Jannik Sinner, Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Alexander Zverev, Holger Rune, Hubert Hurkacz, Alex de Miñaur y Taylor Fritz. Sin Stefanos Tsitsipas, que cae al undécimo lugar, será la primera vez que no haya un tenista con revés a una mano en el top ten.

"Me da lástima que nos hayamos quedado sin referentes en el top ten, pero son cosas que pasan. El tenis va evolucionando rápido y más allá de que yo opino que el revés a una mano es el más lindo del tenis, el revés a dos manos se puede defender un poco mejor con los saques que hay hoy en día y la velocidad con la que se juega", dice a CLAY Horacio Zeballos, dueño de un revés a una mano. Una zurda que alguna vez amargó a Rafael Nadal en una final sobre polvo de ladrillo (Viña del Mar, 2013).

El argentino, ex 39 del mundo en singles y uno de los mejores jugadores de dobles en la actualidad, cree que la desaparición momentánea del revés a una mano en el top ten es una señal de que "el tenis sigue mejorando", y que a pesar de la disminución de exponentes de un tiro tan estético, el buen espectáculo en la cancha seguirá por mucho tiempo.

Explica Zeballos que si bien el revés a dos manos es lo que en general se debe enseñar a los niños cuando están aprendiendo a jugar al tenis, los instintos se deben respetar: "El revés es natural. Cada chico nace con ese instinto de pegar el revés a una o a dos, dependiendo de como se sienta más cómodo. Si yo tengo que enseñar, optaría por las dos manos, justamente por las velocidades que uno ve que se juega".

"Devolver con una mano un saque de 220 kilómetros por hora es muy complicado. La excepción se daría si el chico viene y me dice que lo siente a una mano. Ahí yo digo: 'obviamente vamos con tus instintos", explica el tres veces finalista de Grand Slams en dobles junto al español Marcel Granollers.

"Se va extinguiendo gracias a lo potente que es el tenis en el profesionalismo hoy en día. Jugar el revés con dos manos te da mayor control para usar toda esa fuerza", dice a CLAY Dusan Lajovic, uno de los tenistas más veteranos con revés a una mano que sobreviven en el circuito de individuales.

"Personalmente me gusta el revés a una mano, así lo juego yo, y me gusta más para mirarlo. Le da diversidad al deporte. Pero mira como están las superficies hoy, las pelotas, la fuerza de los tenistas. Todo juega en contra del revés a una mano y quita opciones para diversificar estilos. Ya vemos menos estilos de juego diferentes. Todo es tan potente", agrega el serbio.

Poco futuro para el revés a una mano

En épocas pasadas, los tenistas no tenían la preparación física de la época actual. Jugar con el revés a dos manos implicaba correr medio metro más para un lado, y después al otro para acomodarse bien.

"Hoy le pegan como viene, de frente, de espaldas, con las piernas abiertas. El deporte tan físico como es hoy obligó a que se modificaran las técnicas", analiza con CLAY el periodista Guillermo Salatino, quien cubrió casi 150 torneos de Grand Slam desde 1977 y vio de cerca la evolución del tenis y el lento acercamiento del golpe a la extinción.

¿Hay algún proyecto joven que en el tenis masculino mantenga las esperanzas de los románticos clásicos de cara al futuro? "Puedes ver a los chicos que vienen jugando con el revés a una mano y cada vez son menos", dice Lajovic.

Al mirar la lista, pocos exponentes de menos de 25 años se asoman entre los mejores 300 del mundo. Lorenzo Mussetti es el único referente joven con proyección exitosa. En tanto, el francés Giovanni Mpetshi Perricard se encuentra en buen pie a sus 20 años jugando las qualys de los torneos grandes. Más que eso no hay.

La elegancia del golpe de Roger Federer, los latigazos de Stan Wawrinka e Ivan Lendl, la magia de la zurda de Guillermo Vilas, la efectividad de Stefan Edberg y las cachetadas a la carrera de Pete Sampras son referencias que cada vez se traspasan menos a las nuevas generaciones. Los reveses a una mano dominantes se van guardando en el archivo.